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Un año de pandemia: ¿cómo ha afectado a nuestra salud mental?

Hemos visto cómo nuestra vida cambiaba en estos 12 meses


11 de marzo de 2021 - 11:41 CET
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Un año. Marzo marca el mes en el que todo cambió hace ya 12 meses. El coronavirus dejaba de ser algo lejano para convertirse en una realidad devastadora en nuestro país. Nos encaminábamos en estos días de 2020 hacia semanas (meses) duros, los peores para la vida de muchas personas. Así, desde el estallido de la pandemia hace ahora un año hemos tenido que adaptarnos a una situación anómala que ha puesto nuestra salud mental a prueba. Pero, ¿cuáles ha sido los principales problemas que hemos atravesado en cada momento de la pandemia? Y, sobre todo, ¿qué podemos hacer para seguir cuidando nuestra salud mental? Te lo contamos con ayuda de los expertos de TherapyChat, plataforma de psicología online, que hacen un recorrido psicológico a lo largo de estos 12 meses. “Durante estos doce meses, quien más quien menos ha visto su vida convulsionada y ha podido sentir en su piel lo que es sufrir ansiedad, aislamiento, bajo estado de ánimo. Es importante que, en este contexto, sigamos trabajando en una mayor concienciación e información social sobre los beneficios que nos puede aportar cuidar nuestra mente y acudir a un psicólogo ante estos síntomas”, cuenta Aída Rubio, psicóloga sanitaria y coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat.

 

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Pre-pandemia

La mayoría de las personas afrontaba momentos de ansiedad ya previos al estallido de la pandemia. Los expertos destacan que hay que mencionar, por lo tanto, en primer lugar, que no eran pocas las personas que llegaban a esta compleja y atípica situación con el vaso de la ansiedad muy cargado.

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Marzo – Junio

Fueron los meses más complicados, los del confinamiento estricto. Los del quédate en casa. En esos meses, la convivencia se puso a prueba en muchas casas. Por eso, al poco tiempo de llegar el confinamiento, incrementaron las consultas relacionadas con problemas de pareja y aumentaron los problemas familiares en general. Algo, sin duda, lógico como consecuencia de pasar más tiempo en casa y cerrar nuestro mundo exterior. Y es que, de un día para otro, desapareció el oxígeno que cogemos de fuera, lo que dificultó la convivencia en muchos hogares y generó mucha acumulación de tensión. “Se trata de un círculo vicioso, puesto que la pandemia afecta al estado de muchas personas, produciendo estrés, ansiedad y demás problemas emocionales que, a su vez, afectan a las relaciones más cercanas, las cuales cierran el círculo volviendo a afectar a nuestro estado de bienestar general. No obstante, la aparición de un enemigo común tan resistente produjo una unión y solidaridad en la sociedad que hizo aflorar un gran número de sentimientos positivos y actos altruistas: innumerables videotutoriales, clases gratuitas, acciones de donación y ayudas entre vecinos son solo algunos de los ejemplos”, comentan los expertos de la plataforma.

 

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Julio – Septiembre

El verano supuso un pequeño paréntesis. Pero no para algunos problemas de salud mental. Con la que se denominó “nueva normalidad” la ansiedad volvió a colocarse en cabeza y se convirtió en el mayor motivo de consulta. Pero, además, se le sumaron cuestiones de autoestima y de crecimiento personal. ¿Por qué estos tres problemas? Los expertos cuenta que, en primer lugar, porque, una vez que salimos de la burbuja del confinamiento más duro, y apareció la necesidad de adaptarse a vivir fuera de casa, pero de una nueva forma, con limitaciones añadidas (mascarilla, distancia, sin abrazos), una gran incertidumbre por la situación y el lógico miedo a la enfermedad, que no se había ido. Por otro lado, con el tiempo, se produjo una sensación de estancamiento, debido a las limitaciones impuestas. Esto ha provocado que no existan muchas novedades a nivel personal y que las interacciones con otras personas también sigan afectadas. Nos volvimos más vulnerables a bajadas de autoestima o a sentir la necesidad de salir de esta “cárcel” psicológica para crecer.

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Octubre – Hoy

El tiempo ha ido avanzando y cuesta ver el final. No es extraño que hayan aumentado los casos de depresión, consecuencia natural de la reducción de estímulos positivos en nuestra vida, por un tiempo tan prolongado. Adicionalmente la ansiedad cronificada también ha podido generar bajo estado de ánimo, aumentando los casos de la anteriormente mencionada depresión.

 

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Valoramos más nuestra salud mental

La pregunta clave es, claro está, hacia dónde nos dirigimos. A lo largo de estos meses hemos tenido mucho tiempo para reflexionar, para darnos cuenta de lo que realmente importa, de valorar las cosas que antes pasaban desapercibidas. Aspectos como la valoración de la salud física y mental, la compañía y la cercanía de los seres queridos cobran hoy más importancia que nunca. Por eso, aunque se ha hablado mucho sobre la salud física, y son muchos los que se han puesto a hacer ejercicio en casa, también se ha dado mucha importancia a los temas relacionados con la salud mental. Y muchas personas se han dado cuenta de que no pasa nada por pedir ayuda psicológica en el caso de necesitarlo. Eso ha permitido que más personas hayan dado el paso hacia la mejora de su bienestar mental beneficiándose de la ayuda de los especialistas en la materia.

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Cuídate

Y todo ello con el horizonte de años venideros. Según la OMS, en 2030, es decir, en menos de una década ya, la depresión será la primera causa de discapacidad en el mundo. Por esta razón, desde TherapyChat recopilan varios consejos para intentar atajar esta situación. Parten de que para intentar evitar llegar a padecer una depresión hay dos cosas muy importantes que podemos hacer: en primer lugar, protegernos, y, en segundo lugar, si ya han aparecido los primeros síntomas, atajarlos lo antes posible. ¿Cómo podemos intentar esto?

Lo primero que has de hacer es cuidarte a ti misma. Tienes que tener en cuenta que cuerpo y mente están conectados, así que es importante prestar atención a las señales de alerta que ambos te dan. No hay duda: la mente necesita de un cuerpo descansado, que no viva al límite entre mil tareas. los expertos insisten en recomendaciones fundamentales: dormir las horas que necesitas cada día, haciendo descansos activos en distintos momentos de tu jornada y reservando, por supuesto, un tiempo al día para tu ocio. A su vez, cuida tu cuerpo con ejercicio físico, una alimentación equilibrada y evitando sustancias perjudiciales.

 

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Relaciónate y hazlo bien

Somos seres sociales. La gente querida que nos rodea es un pilar fundamental para nuestro bienestar emocional. Se ha demostrado que las relaciones significativas que tenemos actúan como amortiguadores ante situaciones de estrés, y también que la calidad de esas relaciones influye en el buen pronóstico de un paciente. Respetando las recomendaciones sanitarias marcadas por la pandemia, con cuidado, pero es importante no aislarse, mantener el contacto con los demás.

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Vive aquí y ahora

Es importante vivir el presente. Y es que si vives en el pasado o en el futuro, estarás viviendo realidades que no existen. En el pasado podemos dejarnos atrapar por la nostalgia o la culpa, y vivir en el futuro trae consigo la ansiedad y la preocupación infundada por lo que vendrá. Los expertos matizan que ninguno de ellos te ayuda a centrarte en la realidad presente ni a fomentar una emoción positiva.

 

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Baja tus expectativas a la realidad

No intentes ser perfecta. Si vives con miras demasiado elevadas o intentando alcanzar dicha perfección, estarás en un estado de constante frustración ante la imposibilidad de lograrla. Todo ello, con el tiempo, puede generar sensación de indefensión ante el mundo. Y es que puedes incluso llegar a crearte la idea de que, hagas lo que hagas, no logras nada de lo propuesto.

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Trabaja tu amor propio

Tienes que cuidarte, como decíamos antes, y tienes, además, que quererte. Es importante que te alejes de aquellas relaciones tóxicas que no te dejan avanzar. Y si tú eres tu mayor relación tóxica, ponte en camino hacia la aceptación de ti mismo, hacia el crecimiento y el cambio en aquellas cuestiones en las que deseas mejorar. "Además, tienes que permanecer alerta ante épocas de mayor ansiedad y/o bajo estado de ánimo: es mejor que lo abordes con un psicólogo ante las primeras señales antes de que vayan a más. Escucha, además, las necesidades de tu cuerpo y tu mente y responde a ellas", concluyen.

 

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