Mucho se está hablando de la llamada fatiga pandémica, pero, ¿esa sensación de cansancio puede tener otro origen? Le planteamos esta pregunta al doctor Alfonso Galán, médico experto en medicina antienvejecimiento en la Clínica Neolife de Marbella.
“Sí, desde luego. En Medicina, tanto ahora en tiempos de pandemia como habitualmente, la astenia, el cansancio, es uno de esos síntomas poco específicos, esto es, que su presencia no apunta a una sola causa en particular, sino que se puede deber a muy diferentes causas. Desde hace más de un año que estamos en pandemia por la COVID-19 se han añadido otras causas más de astenia. Así, sabemos que es uno de los síntomas más recurrentemente referidos por los pacientes tras haber pasado la enfermedad aguda. Por qué el coronavirus causa esto es lo que estamos dilucidando ahora, y ya tenemos bastantes mecanismos identificados, lo que siempre es bueno ya que nos da una diana sobre la que actuar. También la afectación por el virus de diferentes órganos y sistemas lleva a astenia; hablamos de afectación pulmonar, cardíaca, neurológica, muscular…También estamos observando estos síntomas en gente que no ha pasado la enfermedad por Covid-19, pero que sí ha vivido todo lo que la pandemia ha traído consigo: falta de socialización, aislamiento, ruina económica, soledad, estrés, imposibilidad o dificultad para mantener la actividad física previa….”, nos detalla el experto.
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Ocultar otros problemas
¿Puede la fatiga que estamos experimentando por esta situación enmascarar otros problemas de otra índole? El doctor nos explica que así es. “Ante un paciente que refiere fatiga en estos días, podemos tender a decirle que es normal, que seguro que es por la situación, etc, y no investigar más otras posibles causas, hasta severas, de astenia. Aunque estemos en la época de la Covid, sigue habiendo cáncer, enfermedad cardíaca, enfermedades metabólicas, endocrinas, enfermedades psiquiátricas o infecciones por otros microorganismos que debemos sospechar y estudiar”, nos cuenta.
Hay otras muchas causas de astenia que no tienen nada que ver con la pandemia. “No estudiarlas o tratarlas o “dejarlo estar” o “ya se pasará cuando la cosa mejore” solo pueden hacer que empeore. En Neolife, desde hace ya 8 años (mucho antes de la Covid), llevamos escuchando a un porcentaje alto de nuestros pacientes referir cansancio, astenia, falta de energía, de vitalidad, de vigor; y tras un estudio minucioso conseguimos llegar a la causa, a la raíz de ese cansancio y tratarlo para gran satisfacción de los pacientes… y nuestra”, nos detalla.
Aumentan los casos de estrés crónico
Una situación como la actual está claro que influye. No podemos negar la evidencia. “La pandemia nos ha quitado muchas cosas. La situación económica, pérdida de empleos, de sustento, de negocio, es un muy potente estresor para cualquiera, evidentemente. No poder seguir nuestras rutinas de ejercicio, nuestros ratos de deporte, es otra causa de estrés. No socializar como lo hacíamos, no poder ver a la familia y mostrarles afecto como solíamos es causa de estrés. La constante preocupación por la higiene y la salud propia y de los nuestros nos afecta. No poder viajar, aunque sea a una hora de distancia de nuestra ciudad para 'desconectar' del trabajo unos días como hacíamos antes, aumenta el estrés. Salir menos a la calle y pasar más tiempo en casa, y así un largo etcétera….”, nos cuenta el experto, que nos acerca al concepto de fatiga adrenal.
“El estrés es un enemigo muy poderoso, que causa estragos en nuestro sistema. Cuando nuestros estresores superan la capacidad de nuestro cuerpo de lidiar con él, puede aparecer este cuadro. Para simplificarlo mucho, podemos decir que es un cuadro en el que la capacidad de nuestra glándula suprarrenal para responder a este estrés se ve superada. La glándula suprarrenal efectivamente es quien controla el estrés en nuestro organismo. Secreta hormonas fundamentales como cortisol, adrenalina, noradrenalina, DHEA, pregnenolona y aldosterona, que controlan funciones fundamentales en nuestro cuerpo. Cuando sufrimos estrés mantenido y obligamos a nuestra suprarrenal a producir cortisol continuamente para sacarnos de todos los apuros, toda la maquinaria de síntesis de hormonas suprarrenal se orienta a producir cortisol y no produce otras hormonas vitales como la dehidroepiandrosterona (DHEA). Y llegado un punto, tampoco es capaz de producir siquiera bien el cortisol, con lo que perdemos nuestra capacidad de dar respuesta al estrés, y el más mínimo contratiempo o imprevisto se nos hace un mundo”, nos explica.
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Sus síntomas y su diagnóstico
Los síntomas pueden ser muchos y muy variados. El doctor los resume, por ejemplo, en los siguientes:
-Tendencia a ganar peso e imposibilidad de perderlo.
-Infecciones recurrentes o que duran más de lo normal.
-Pérdida de libido e impulso sexual.
-Faltas de atención, memoria y concentración, niebla mental, falta de energía.
-Necesidad de café y estimulantes, necesidad de dulce, alimentos salados y grasos.
-Aumento de síntomas de síndrome premenstrual en mujeres con reglas más irregulares
-Tensión muscular con lumbalgia y cervicalgia.
-Dificultad para levantarse por la mañana.
-Síntomas depresivos.
-Menor capacidad para manejar el estrés, nerviosismo, palpitaciones.
-Alteraciones digestivas, etc…
Como todos los síndromes en medicina, el síndrome de fatiga adrenal consiste en una serie de signos, de síntomas, inespecíficos por separado, pero que en conjunto muestran un cuadro claro de fatiga adrenal. “Cuando el cuadro clínico lo sugiere haríamos analíticas completas y otros estudios que nos mostrarán los niveles de cortisol, DHEA, otras hormonas esteroideas como las sexuales, hormonas tiroideas, perfil de glucemia, de colesterol y triglicéridos, iones, estudios de densidad ósea para demostrar densidad ósea baja, estudios neurocognitivos para valorar atención y concentración, estudios avanzados de composición corporal…”, detalla el doctor.
¿Hay solución?
Tal y como explica el doctor se pueden tomar medidas para combatir este problema que quedan englobadas en lo que llamaríamos “modificaciones de estilo de vida”, por lo que la colaboración e involucración del paciente es vital.
“Evidentemente, como causante de todo, controlar el estrés es fundamental. Sin eso, el resultado no va a ser bueno. Hay que controlar los estresores evitables y aprender a manejar los 'inevitables'. Tener patrones regulares de descanso, trabajo y comidas, así como patrones de relajación diarios, semanales o anuales es fundamental para mantener un estado óptimo de nuestro eje. El ejercicio regular está recomendado, tanto como reductor del estrés como de las consecuencias del síndrome de fatiga adrenal. Por la íntima relación que este síndrome tiene con el control glucémico, es muy importante bajar el impacto de los hidratos de carbono en nuestra dieta. Seguir una dieta mediterránea, huir de carbohidratos refinados y refrescos y aumentar el uso de productos integrales es muy importante. Hay que mantener un adecuado descanso nocturno”, nos dice.
Optimizar, además, la suplementación de determinadas vitaminas y minerales, aportando nutrientes a la glándula suprarrenal para que pueda hacer bien su trabajo y manteniendo buenos niveles de DHEA se obtienen una enorme mejoría.