Los expertos tienen cada vez más datos y evidencias sobre la COVID-19 y algunas de las últimas están relacionadas con el virus y la boca. Se habla ya de lengua covid, pero aún hay más. La última investigación ha concluido que los pacientes con enfermedades periodontales tienen mayores complicaciones si se contagian de este virus.
Todo parte de una investigación que se centró en examinar a 568 pacientes que habían contraído la COVID-19, de los cuales 258 tenían periodontitis. De este grupo, 33 tuvieron mayores complicaciones con el virus, mientras que tan solo 7 de los 310 pacientes con encías sanas tuvieron un diagnóstico grave. Todo esto teniendo en cuenta que el estudio considera “complicaciones” algunos de los siguientes escenarios: ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), ventilación asistida o fallecimiento. Atendiendo a los resultados de este estudio, se concluye que estas personas con el virus y periodontitis han tenido 3,5 veces más probabilidades de ser atendidos en la UCI, 4,5 veces más probabilidades de necesitar un ventilador y casi nueve veces más probabilidades de morir.
“La periodontitis implica una mayor presencia de bacterias en la boca que, al final, terminan pasando al riego sanguíneo del paciente y no es de extrañar que afecte al diagnóstico del virus”, nos detalla el doctor Jorge Ferrús, implantólogo y periodoncista, cofundador de la Clínica Dental Ferrús & Bratos de Madrid. “Ahora mismo toda precaución contra el contagio del coronavirus resulta esencial, y gracias a los resultados de este estudio podemos tomar mayor conciencia sobre la importancia de la salud de nuestros dientes, encías y lengua”, continúa el periodoncista. “Es por ello que el cuidado de la boca consigue evitar que el virus sea más agresivo en el organismo de una persona contagiada”.
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Prestar atención al cuidado de las encías
El doctor Jorge Ferrús nos explica que las encías tienen una función muy importante a nivel de estética, ya que al sonreír solemos mostrarla y puede hacer que una dentadura sea más o menos armónica. Pero dejando a un lado la parte puramente visual, las encías tienen un importante papel en la funcionalidad de los dientes. “Forman parte del periodonto, es decir, de los tejidos encargados de cubrir, proteger y dar soporte a las piezas dentales. Junto con las encías, también realizan esta función el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar. Las encías son las encargadas de tapar la raíz de cada diente y los une al hueso maxilar y mandibular, asegurando su estabilidad en la arcada”, nos cuenta.
¿Cuáles son las principales enfermedades relacionadas con las encías?
El especialista nos cuenta que son las enfermedades periodontales, es decir, las que perjudican al periodonto. “Según su fase y lo avanzada que se encuentre la enfermedad, se diferencian entre gingivitis y periodontitis. Estas patologías implican otra serie de complicaciones en las encías: recesión, inflamación, sangrado, aumento de la sensibilidad dental y, en última instancia cuando la periodontitis no se ha tratado a tiempo y está demasiado avanzada, conlleva la pérdida del diente”, nos explica. Y es que, cuando la gingivitis no se aborda correctamente y pasa a convertirse en periodontitis, el sarro de los dientes empieza a acumularse en la zona subgingival -bajo la encía-, por lo que es necesario realizar un tratamiento en la clínica dental para higienizar toda la zona afectada. “La acción de estas bacterias va, poco a poco, afectando al hueso y al soporte del diente, formando lo que conocemos como bolsas periodontales, destruyendo el tejido conjuntivo que rodea a la pieza”, añade
Y no hay que olvidar que, aparte de las enfermedades periodontales, en ocasiones podemos experimentar cierta retracción en las encías debido a un cepillado agresivo y con excesiva fuerza. “Esto suele suceder, generalmente, en los caninos superiores. Cuando la encía se va “hacia atrás” y deja al descubierto parte de la raíz dental, el paciente experimenta un aumento de su sensibilidad dental”, nos dice.
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Presta atención a estas señales
¿Cuáles son las señales de alarma que nos indican que podemos tener un problema? “Aunque no siempre se le da la importancia que merece, el sangrado de encías ya es un indicio de que estamos ante la primera fase de la enfermedad periodontal: la gingivitis. Además de esta señal, viene acompañada de inflamación y enrojecimiento de la encía. Si advertimos estos síntomas, es importante que consultemos con un dentista de confianza para que realice una profilaxis dental”, cuenta el doctor Jorge Ferrús.
¿Cuál es la causa de estas enfermedades?
Ya tenemos claro cuáles son y cuáles son los signos que nos ponen en alerta. Pero, ¿Por qué aparecen? “El origen de las enfermedades periodontales está en una insuficiente o deficiente higiene dental diaria, cuya consecuencia es la acumulación de bacterias que se depositan a lo largo de la línea de la encía. Con el paso del tiempo, las bacterias se solidifican y se crea el sarro o cálculo dental. Como explicaba antes, se van introduciendo en el interior de la encía y van destruyendo los tejidos de soporte dentario”, nos explica el doctor.
Aun así, nos preguntamos si hay personas que tienen mayor tendencia a desarrollar problemas relacionados con las encías. “Es cierto que existe una relación entre la genética y el desarrollo de enfermedades periodontales, al igual que hay personas más propensas a tener caída de cabello, por ejemplo. A pesar de que la predisposición genética puede hacer que tengamos mayores problemas bucodentales, nuestros hábitos diarios tienen un papel de peso en la aparición de gingivitis y periodontitis”, nos cuenta. De hecho, matiza que es posible encontrarnos ante un paciente con propensión a desarrollar caries y que, sin embargo, no tenga ninguna lesión de este tipo porque evita el azúcar en exceso en su dieta y extrema la limpieza de su boca. “Igualmente, es posible evitar la aparición de una enfermedad periodontal siguiendo las recomendaciones del odontólogo y acudiendo a las revisiones pautadas”, recomienda basándose en su experiencia.
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¿Se pueden prevenir?
Partiendo del conocimiento de las causas, sin duda, sí que podemos plantearnos que estas enfermedades de las encías se pueden prevenir. “La base de una buena salud bucodental es la higiene diaria, por lo que para prevenir la enfermedad periodontal y cualquier otra, es necesario extremar la limpieza de la boca. Esta pasa por cepillarnos al menos dos veces al día y aplicar la técnica adecuada de cepillado -la técnica de Bass-. Consiste en realizar pequeños movimientos circulares y de barrido desde la encía hasta el final de cada diente y colocando el cepillo en un ángulo de 45º”, recomienda el experto.
Además, la higiene oral debe completarse con el uso de otros elementos, como los enjuagues bucales, la seda dental y un cepillo interproximal. “Lo cierto es que la limpieza interdental -entre diente y diente- supone el 40% de la higiene total de la cavidad oral, por lo que no debemos olvidarnos de ella. Estos utensilios pueden usarse una vez al día, pero están especialmente indicados en personas que tienen prótesis dentales o estén en un tratamiento de ortodoncia”, nos dice. Y recuerda la importancia de acudir a revisiones periódicas al dentista. “Si todo está bien en nuestra boca, basta con hacer una visita cada 6 meses y realizar una profilaxis cada 10 o 12 meses. No obstante, cuando estamos ante un paciente que ya ha tenido problemas periodontales, nuestra recomendación es hacer un seguimiento y una higiene dental cada 4 o 6 meses”, sugiere.
Posibles complicaciones
“A nivel oral, las enfermedades periodontales terminan afectando a la funcionalidad y estética de la boca. Cuando perdemos una pieza dental, las cargas oclusales -masticatorias- no se reparten como deben y el hueso alveolar comienza a desaparecer. Esta estructura ósea recibe el estímulo de la raíz dental y, cuando desaparece, empezamos a perder parte de ese hueso. Además, no contar con todos los dientes implica mayores complicaciones en el momento de masticar los alimentos”, cuenta el doctor, que añade que antes de llegar al extremo de experimentar la pérdida de una pieza, la constante acumulación de sarro hace que la dentadura adquiera una tonalidad amarilla y se desarrollen problemas de halitosis.
Pero aún hay más, el mal estado de las encías puede incidir negativamente en la diabetes, las patologías respiratorias y los problemas cardiovasculares. “La diabetes y la enfermedad periodontal tienen una relación bidireccional, ya que la primera genera una respuesta inflamatoria, contribuyendo a la rápida destrucción de las encías por parte de las bacterias. Por otra parte, la periodontitis complica el control de la glucemia por parte del organismo”, explica. Mientras, “en el caso del sistema respiratorio, está claro que la cavidad oral es una puerta a la entrada de agentes patógenos que pasan directamente a los pulmones, y precisamente así nos podemos contagiar de COVID-19. Por la misma respuesta inflamatoria de la periodontitis, aquellas personas que tienen alteraciones respiratorias desarrollan neumonía o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) con más facilidad”. Y, por último, también afecta a los problemas coronarios. “La Sociedad Europea de Cardiología considera la periodontitis como factor de riesgo cardiovascular desde el año 2012. Una de las bacterias causantes de la enfermedad periodontal es la porphyromona gingivalis que, en personas con problemas de corazón, aumenta el riesgo de presentar un infarto de miocardio o un ictus si pasa al riesgo sanguíneo”.
Con estos últimos descubrimientos, la comunidad científica va esclareciendo nuevas formas de evitar que el COVID-19 afecte de forma muy grave a las personas contagiadas. “Tras este descubrimiento, puede ser conveniente que se tenga en cuenta la salud de las encías de los pacientes con coronavirus para controlar esta enfermedad y evitar un peor diagnóstico del propio virus”, concluye el doctor.
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