Quien más quien menos esperaba la llegada de 2021 con esperanza. Todos queríamos dar la patada a 2020, un año para olvidar por la pandemia del coronavirus, y confiábamos en que el nuevo año llegara cargado de buenas noticias. Sin embargo, cuando ya hemos estrenado el segundo mes del año, hay cosas que no mejoran, que siguen igual. Restricciones, toque de queda, distancia social, mascarilla, escasa vida social, cero abrazos… La vida precovid está ya muy lejos en la memoria. ¿Y si no vuelve? Al menos, tal y como era… Y es que no somos pocos los que nos preguntamos cómo podemos gestionar esta situación de incertidumbre, de túnel sin salida, cuando, después de pasar un año, seguimos sin ver la luz.
“Cuando las situaciones de incertidumbre se alargan en el tiempo, puede aumentar la angustia y bajar el ánimo. Por eso es fundamental no olvidar que nada es permanente, todo pasa, y podemos enfocarlo como un espacio para el aprendizaje y el desarrollo de recursos personales que nos ayuden a adaptarnos y crecer”. Este el mensaje que nos transmite Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos, quien explica que “es posible que después de la situación de pandemia que estamos viviendo, se incorporen a nuestra vida nuevos hábitos, pero esto no tiene por qué ser malo. Lo que sí debemos contemplar es que nada permanece para siempre, y antes o después pasará”.
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Una gran capacidad de adaptación
Pero claro, surge la duda de si no recuperaremos lo que conocíamos como normalidad. ¿Estamos preparados para ello? La experta piensa que los seres humanos tenemos una enorme capacidad de adaptación a los cambios y crisis. “Ha sido precisamente esto lo que ha garantizado nuestra supervivencia a lo largo de nuestra existencia. Habrá posiblemente nuevas costumbres y normas de convivencia, pero no por ello tenemos que pensar que será para mal y, rebajada la incertidumbre, podremos recuperar un estado de mayor calma, que nos predispondrá a adaptarnos y desarrollar mejores recursos”, nos explica.
Y añade que ante una crisis más necesitamos desarrollar herramientas de adaptación para alcanzar el equilibrio. “El ser humano ha sido capaz a lo largo de la historia de superarse en las crisis y desarrollar aprendizajes fundamentales para su adaptación y supervivencia”, nos explica.
¿Es bueno marcarse objetivos?
Ahora bien, ¿es bueno o malo en una situación como la actual marcarse objetivos a medio plazo o es mejor vivir en el día a día? La experta lo tienes claro: “Es importante que aprendamos a vivir el presente, y trata de no estancarnos en el pasado ya que deprime, ni anticiparnos en el futuro, que es generador de ansiedad, pero igualmente es bueno que hagamos planes a medio plazo y marcarnos objetivos alcanzables en estas circunstancias. No debemos apartar la ilusión o las ganas de lograr metas. Ajustándolas a la situación actual, tener objetivos y planes alcanzables a medio plazo es importante para mantener el ánimo y la motivación”. La clave es vivir el día a día, pero con la esperanza de un futuro mejor en el horizonte.
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¿Cómo debemos afrontar esta situación?
Hay que ser paciente y aprender a gestionar este tiempo que nos queda por delante hasta que todo vuelva a ser lo más parecido a lo que teníamos antes de marzo de 2020. Y la psicóloga nos da algunas claves para conseguirlo:
- Dosificarnos la información a lo largo del día, acerca de la pandemia.
-Guardar espacio suficiente para los momentos en soledad, los hobbies y equilibrarlos con nuestras relaciones sociales.
-Mantener unas rutinas saludables, de sueño y alimentación.
-Durante el día, saber separar muy bien los espacios de trabajo de los de nuestra vida personal, sobre todo si estamos teletrabajando en casa.
-Realizar una rutina de ejercicio físico. No ha de ser muy exigente, 20 minutos al día son suficientes.
- Fijarnos objetivos como decíamos, alternando los que sean a corto plazo o casi inmediatos, con los objetivos a medio plazo. Nos ayudará a mantener ilusiones y motivación.
-No olvides sonreír, este gesto activa múltiples músculos faciales que facilitan la segregación de endorfinas, hormonas del bienestar.
-Cuida tus relaciones y mantén el contacto con ellas, no te aísles.
-Aprovecha además para mejorar tu comunicación y aprende herramientas de asertividad. La buena relación con nuestros seres queridos es el mejor estabilizador del ánimo y sube la autoestima.
Adaptarse mejor o peor
Por último, le planteamos a la experta de qué depende de que haya personas que se han adaptado mejor a esta situación que otras. “Las diferencias individuales y las circunstancias personales, así como el momento vital en el que se encuentre cada persona son algunas de las variables que han podido influir. Hay personas que se regulan y sienten cómodas en su espacio íntimo, sin precisar demasiado estímulo externo, mientras que otras requieren del mundo exterior para esa misma regulación. Ambas formas son tienen sus ventajas e inconvenientes, no es mejor una que otra, pero en estos momentos sí puede marcar una diferencia”, concluye.
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