Si tienes un dolor muscular, tal vez tu fisioterapeuta te haya planteado la opción de recurrir a una técnica denominada punción seca (la traducción literal de Dry Needling). En ella se recurre a la ayuda de una aguja, tal y como nos cuenta Rafael Guerra, experto y docente en punción seca, y vocal del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, que nos detalla que, eso sí, no se inyecta ningún líquido a través de ella, y cuyo objetivo es tratar disfunciones a nivel neuromuscular. En la actualidad, se utilizan agujas de acupuntura, ya que por su menor calibre permiten realizar la técnica con menos molestia para el paciente.
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¿Para qué casos está indicado este procedimiento?
Tal y como nos explica el experto, la técnica de punción seca está indicada en cualquier proceso en el que el paciente presente dolor y/o disfunción, siempre que la causa tenga un origen neuromusculoesquelético. E insiste en una idea fundamental: “Es muy importante que la realice un fisioterapeuta que tenga la formación y experiencia adecuada”.
¿Qué patologías puede ayudar a tratar?
Pueden beneficiarse de la técnica gran cantidad de pacientes con diferentes enfermedades que cursen dolor o disfunción, ya que la musculatura al estar profundamente inervada y vascularizada, puede ser una fuente muy importante de dolor, independientemente de la patología que presente. ¿Siempre está indicada o tiene algún tipo de contraindicación? Como nos explica, la técnica de punción seca está indicada siempre que un paciente presente dolor, "sin embargo será el fisioterapeuta el que valore la idoneidad de la técnica, tanto por su indicación, como por la presencia de alguna contraindicación, como por ejemplo el caso de pacientes que estén medicados con anticoagulantes”, nos detalla Rafael Guerra.
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¿Cómo se aplica?
Es el fisioterapeuta quien debe valorar las diferentes hipótesis de tratamiento: primero realiza la historia clínica, y tras la exploración física selecciona de forma muy precisa el área a tratar utilizando una aguja para normalizar el tejido muscular que esté provocando los síntomas al paciente. “Aunque no es obligatorio, es muy recomendable realizar las técnicas de punción seca de forma ecoguiada, los cual contribuye a mejorar la seguridad, la eficacia y la validez de la técnica, minimizando la molestia del paciente y evitando tratamientos innecesarios. De esta manera, se evitan efectos adversos y se consigue llegar directamente a la diana de tratamiento”, nos cuenta.
Ahora bien, hay pacientes que tienen pavor a las agujas. ¿Qué le diría el fisioterapeuta a un paciente que tiene especial miedo a las agujas, pero que puede beneficiarse de este tratamiento? “Es normal que un paciente pueda tener miedo a las agujas, pero para realizar la técnica de punción seca se utilizan de un calibre tan fino que cuando las ven y las tocan muchos pierden el miedo. No obstante, es excepcional encontrar personas que rechacen la técnica, siempre que estén en manos del profesional adecuado y reciban la información adecuada sobre el tratamiento”, nos comente.
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¿Estamos ante la mejor elección para tratar los puntos gatillo?
Lo primero que tenemos que saber es qué es un punto gatillo miofascial. “Morfológicamente, se trata de un área de placas motoras disfuncionales; dicho en un lenguaje más sencillo, es una disfunción de aquellos interruptores que ponen en funcionamiento cada una de las fibras musculares. El tratamiento con punción seca está posicionado en el nivel más alto de recomendación y de evidencia, tal y como avalan numerosas publicaciones científicas”, nos cuenta.
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¿Es un procedimiento doloroso?
El especialista nos cuenta que no es un tratamiento especialmente agradable pero si el fisioterapeuta tiene la formación y la experiencia adecuada, puede ser menos molesto e incluso en ocasiones bastante tolerable. “Además, al realizar la punción seca de forma ecoguiada se evita realizar punciones en zonas que no sean el objetivo de la técnica, por lo que también se minimiza la molestia y tiene mucha más aceptación. Aunque la verdad es que son los propios pacientes los mejores relaciones públicas de la técnica y los que van transmitiendo todas sus virtudes”, añade Rafael Guerra, que concluye dejando claro que, pese a haber agujas de por medio, nada tiene que ver este tratamiento con la acupuntura: “Ninguna similitud, más allá de utilizar las mismas agujas y del efecto neuromodulador inherente de introducirlas en el cuerpo del paciente. Son técnicas e indicaciones totalmente diferentes”.
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