Hielo. Es lo que ven muchas personas del centro de la península cuando se asoman a sus ventanas y miran el estado de sus calles. Aunque se trabaja con intensidad para retirar los restos del paso del temporal Filomena, lo cierto es que las bajas temperaturas (un frío extremo que ha batido todos los récords) no han hecho sino dejar placas inmensas de hielo en muchas de nuestras aceras y calzadas, debido a la congelación de la nieve que ha caído. Parecen auténticas pistas de patinaje y quien más quien menos ha tenido un resbalón. Algunos de ellos con consecuencias, pues acaban en el departamento de traumatología de Urgencias en los hospitales, que se han visto desbordados debido a las numerosas fracturas y lesiones que han tenido que atender estos días.
Lo más sensato es quedarse en casa, pero si tienes que salir, no está de más seguir una serie de consejos útiles, que nos ayudarán a evitar disgustos, como explican en el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA), donde han recopilado una serie de recomendaciones para evitar resbalones y caídas. Y hacen hincapié en dos aspectos fundamentales para no perder el equilibrio: la importancia de vigilar nuestra postura al caminar así como de elegir bien el calzado.
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Sí, caminar como un pingüino es buena opción
Las prisas no son buenas aliadas en estos momentos. Para evitar sufrir caídas, una de las cuestiones principales es andar despacio. “Si vamos a paso lento y siendo conscientes de dónde pisamos y la forma en la que lo estamos haciendo, podremos ser capaces de prevenir a tiempo un resbalón. De igual manera, es importante que vayamos a pasos cortos y sin movimientos bruscos. Es posible que lo hayáis escuchado pero, sin ninguna duda, la mejor forma de andar por hielo es hacerlo como los pingüinos: pasos cortos, pecho hacia fuera para adelantar el centro de gravedad y brazos sueltos para ayudarnos a mantener el equilibrio. Si inclinamos el tronco hacia adelante, conseguiremos que el centro de gravedad sea más consistente y perderemos el equilibrio más difícilmente”, nos detallan.
Elegir bien el calzado, fundamental
Junto con la postura, otro pilar fundamental es elegir bien el calzado que nos ponemos cuando salimos a la calle en días de hielo. Desde el Colegio Oficial de Podología, nos remarcan que un buen zapato debe tener las siguientes características:
- Suela antideslizante y con marcas profundas: “Aunque siempre es importante, en estos días más que nunca, es esencial prestar atención al agarre de nuestro calzado. Para ello, debemos asegurarnos de que la suela sea antideslizante. Además, también es imprescindible que tenga un buen grosor, para aislarnos mejor del frío, y que sea entre uno y dos centímetros más alta del talón que de la puntera. En cuanto a las marcas, cuanto más profundas sean, para clavarse en la nieve y el hielo y evitar que nos resbalemos, mejor”, comentan.
- Una talla adecuada. Pueden haberte dejado unas botas de nieve para intentar ayudarte en estos días, pero ten presente que sean de tu talla. Es fundamental que el calzado se adapte bien a nuestro pie, y no debe quedarnos ni grande ni pequeño. “Es importante en este sentido, y más en estos días, descartar cualquier zapato con el que no estemos 100% cómodos, pues nos arriesgamos a forzar nuestros músculos, pudiendo causarnos daños de salud en pies e, incluso, en otras partes de nuestro cuerpo como rodillas o caderas”, cuentan.
- Estructura y diseño. Y no solo ha de adaptarse a la forma de nuestro pie, sino también a nuestros propios movimientos fisiológicos, para favorecer de esta forma una marcha estable, sin esfuerzos añadidos. “Para ello, es fundamental que la estructura del zapato sea funcional, lo más ligeros posible, flexibles, con elasticidad en la puntera y un correcto apoyo en el talón y la zona metatarsal. Por otro lado, en cuanto al diseño, en estos casos, también será beneficioso que nos cubra los tobillos para protegerlos del frío y evitar posibles torceduras”, nos explican.
- Buen material. Siempre, pero sobre todo en es esta época del año, la característica más importante en el acabado de un buen calzado es la impermeabilidad. Además, también es siempre importante que sea transpirable y fabricado con materiales naturales.
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