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Síntomas de infarto o de ictus y otros motivos para ir a urgencias en Navidad

Aunque tengas miedo al contagio, no ignores estas señales de alarma que te indican que algo no va bien y que tienes que recibir asistencia médica. Además, te contamos por qué es más frecuente sufrir un problema grave de corazón en estas fechas


Actualizado 30 de diciembre de 2020 - 13:23 CET

Desde que comenzó el confinamiento por la COVID-19 y hasta hoy muchas son las personas que ignoran algunos síntomas que pueden alertarnos de un problema grave de salud. De hecho, los expertos lo avisan: los hospitales son lugares seguros y no hay que dejar de ir al médico por miedo al coronavirus. Y menos en Navidad, época del año en la que son más frecuentes algunos accidentes, así como algunas enfermedades como las cardiovasculares. De hecho, hay más casos de infarto en estas fechas. Así nos lo cuentan la Dra. Mª Jesús Cano, coordinadora de Urgencias de Vithas Alicante y el Dr. Javier Cortés, cardiólogo del Hospital Vithas Medimar. Estos dos especialistas insisten en no ignorar ninguna señal que nos lance nuestro cuerpo, no esperar si los síntomas son preocupantes y acudir a urgencias si tenemos la sospecha de que puede tratarse de una dolencia grave. Por ejemplo, si sentimos dolor en el pecho, palpitaciones rápidas, falta de aire… "No debemos demorar la cita con nuestro médico. Prevenir es de gran importancia para evitar problemas de salud más graves", nos dicen.

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Y es que, como decíamos, el infarto de miocardio es un problema de salud grave muy típico en Navidad y, por supuesto, un motivo para ir a urgencias. "Según un estudio sueco, los días 24, 25, 26 de diciembre y el 1 de enero el riesgo de presentar un infarto de miocardio aumenta un 15%. Las transgresiones dietéticas, con un mayor consumo de calorías, de sal y de alcohol pueden contribuir a un aumento significativo de la tensión arterial. El mayor nivel de estrés asociado a la organización y asistencia a eventos, compras navideñas, viajes y una menor duración del sueño, puede actuar como desencadenante de un infarto. Todo ello agravado porque nos relajamos en las medidas preventivas, en las revisiones médicas y acudimos al hospital cuando los síntomas son más graves", señalan. 

Por tanto, además de los síntomas de infarto señalados anteriormente, también hay que estar atentos a otras señales, como por ejemplo, "la sensación de falta de aire, dolores en la mandíbula, en los dientes, estómago o espalda". Pero no sólo el infarto puede producir un desenlace fatal. Tenemos también que consultar urgentemente si notamos que nos falta la respiración, si tenemos palpitaciones o hemos perdido la consciencia, ya que puede haber otras enfermedades del corazón que deben ser tratadas.

- Leer también: Otras señales por las que tienes que ir al médico aunque temas al coronavirus

Cómo saber si me está dando un ictus

El ictus es una de las primeras causas de muerte en nuestro país y siempre debemos de atender a sus posibles síntomas, en cualquier época del año, no solo en Navidad. La Sociedad Española de Neurología desglosa los siguientes como los más importantes y frecuentes:

  • Pérdida de fuerza en la cara, nos cuesta gestualizar y hacer muecas.
  • Esta debilidad se acompaña de la parálisis parcial del brazo o la pierna, a veces ambos, de un lado del cuerpo.
  • Sensaciones de hormigueo o de adormecimiento en la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo, sin llegar a la paralización y sin que tenga origen postural.
  • Pérdida repentina de visión, parcial o total, en uno o los dos ojos.
  • Alteraciones súbitas del habla que comportan dificultad para articular palabras y hacernos entender.
  • Dolor de cabeza repentino de intensidad considerable y sin causa aparente.
  • Dificultad para caminar, coordinar movimientos o mantener el equilibrio.

Si sentimos estos síntomas o si notamos que algún familiar, amigo o allegado los presenta, hay que ponerse en contacto con el 112 y transmitir la sospecha de que se trata de un ictus. Esto permitirá que se active el 'codigo ictus', que permite una atención temprana y reduce las secuelas de este accidente cerebrovascular. De nuevo, es importante destacar que hay que actuar y recibir atención médica, aunque tengamos miedo a la COVID-19.

Otras señales que también debemos vigilar, nos advierten los especialistas, ya que pueden ser síntoma de que algo no va bien, son:

  • Dolor abdominal
  • Pérdida no justificada de peso
  • Alteración del ritmo intestinal

- Leer también: Dolor abdominal, ¿cuándo es por algo grave?

El peligro de los atragantamientos en Navidad

Por último, debemos destacar el riesgo que representan las comidas y los excesos de estas fechas para todos, pero, en concreto, para los niños y mayores. Y es que en Navidad, el riesgo de atragantamiento se incrementa y suelen ser comunes las noticias de muertes por asfixia, debido al mayor consumo de ciertos alimentos como los frutos secos, turrones, polvorones, exceso de alcohol o las uvas de nochevieja, así como las habituales conversaciones con el alimento en la boca. Por ello, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) recomienda extremar las precauciones sobre todo en niños menores de 5 años y en personas mayores de 65, los más vulnerables a sufrir asfixia.

Las uvas, por ejemplo , por su tamaño y su piel resbaladiza, pueden propiciar que se traguen sin masticar y generen un taponamiento de las vías aéreas, impidiendo respirar, recuerda la SEORL-CCC.

En general, se recomienda no dar frutos secos a los niños menores de cinco o seis años, por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia. Tampoco es aconsejable darles uvas, zanahoria cruda, palomitas de maíz, caramelos duros y otras frutas como la manzana antes de los cinco años. Además se advierte de la importancia de extremar los cuidados con el manejo de juguetes o piezas pequeñas de estos, así como los globos.Otros alimentos típicos de la Navidad como los frutos secos o los polvorones también son causa habitual de atragantamientos.

- Leer también: Atragantamiento y otros accidentes domésticos en Navidad

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