Sabemos que la soledad y la melancolía son la otra cara de la moneda de la Navidad. Y es que todos los años hay personas que ven en estas fiestas el peor recordatorio de su situación y pasarlas sin compañía supone un motivo más para estar tristes. Este año va a ser peor. Y es que van a ser muchos los mayores, nuestros padres y nuestros abuelos, que van a vivir las navidades aislados. Aunque esta sea la mejor manera de evitar que se contagien y que sufran las severas consecuencias de contraer la COVID-19, desde luego, no va a ser la mejor medicina para su salud, tanto física como mental. Así nos lo advierte la doctora Montse Marsà, de Mundopsicólogos. La especialista, sin embargo, sí nos da algunas pautas para acortar distancias y que nuestros familiares no sufran las consecuencias psicofísicas de esta pandemia.
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¿Por qué nos sentimos más solos en estas fechas?
La doctora nos explica que "el hecho de quedarse solos durante los días en que todo el mundo está en compañía da más pena que en un día normal, debido a que las navidades las tenemos socialmente asociadas a un momento de estar en familia, de reencontrarnos con personas que hace tiempo que no vemos, incluso, de hacer viajes para la ocasión, de abrazos, fiestas, con grandes banquetes y sobremesas". Algo que no podremos realizar este año. O, al menos, no se recomienda realizarlo.
Esto puede tener consecuencias en la salud mental de nuestros familiares. Incluso, la nuestra. Cuando celebramos juntos la Navidad, nos sentimos en compañía, formamos parte de un grupo, dejamos de lado las disputas y compartimos Además, señala la especialista, "la ilusión de la preparación de las fiestas y de arreglarnos para la ocasión es algo que nos moviliza y nos motiva. No obstante, la soledad que en estas fechas algunas personas pueden sentir, también puede hacerse más grande y abrir heridas que en otras fechas pueden no estar tan presentes. Estar solos puede producir pena, tristeza, sentirnos vulnerables y sentirnos fuera de lo que se supone que está viviendo el resto de personas. Esta sensación de sentirse fuera, puede agravar su sentimiento de soledad y puede llevarlos a sufrir o agravar algún tipo de trastorno psicológico".
Por ello, es muy importante que tengamos en cuenta qué significa para nosotros y para nuestros familiares o allegados la Navidad y comprendamos cómo puede afectar pasarlas solos. De hecho, recomienda la doctora Marsà, "es importante protegernos y encontrar otra manera para obtener aquello que necesitamos:
- Amor
- Ilusión
- Compartir
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¿Cómo acortar distancias y alegrar a nuestras familias en Navidad?
No todos nos vamos a sentir solos. De hecho, puede que algunas personas sientan incluso un alivio ante las actuales restricciones. Sin embargo, las personas más mayores sí experimentarán más vulnerabilidad y soledad. Hecho que se agrava cuando se han perdido seres queridos. En estas fechas, el sentimiento de pérdida o incluso de abandono puede hacerse más fuerte y alcanzar picos muy altos.
Recomendaciones para los abuelos que se quedan solos
- Llamadas y videollamadas. Estamos en un momento en que hemos potenciado las conexiones sociales a través de la tecnología: hemos hecho más llamadas, hemos aprendido a hacer videollamadas… Por lo que la primera recomendación sería que potenciaran estas comunicaciones en estas fechas.
- Darle un nuevo significado a estas fechas. Esto no significa perder o dejar de lado el “espíritu navideño”, sino descubrir un nuevo significado y pensar que habrán próximas ocasiones en las que reunirnos pero de un modo diferente.
- Seguir con las costumbres navideñas. Si estaban acostumbrados a cocinar y preparar unas comidas deliciosas, a decorar la casa, a tener una rutina distinta a los días “normales”, que sigan haciéndolo, aunque haya ciertas situaciones que cambien o no podamos compartir de la misma manera en que lo hacíamos antes.
Consejos para las familias que no pueden ir a ver padres y abuelos
- Lo primero, comunicarnos. Llamarlos, hacer una videollamada, hacerles partícipes de las comidas que cada uno hace en su casa…
- Recuperar aquellas conductas de antes, por ejemplo enviar una postal felicitando la Navidad
- Enviarles alguna cesta con comidas que puedan disfrutar. La situación en sí no será la misma, pero aceptarlo nos llevará a poder disfrutarlas de una nueva manera
- Hacer partícipes a unos padres y unos abuelos que pueden sentirse solos, de la manera que sea.
"Pensemos que a veces esas pequeñas llamadas pueden alegrar muchísimo a la otra persona. Algo que nos llevará a vivir la Navidad de una manera más positiva (aunque distinta), es sentirnos partícipes de algo que, aunque no estemos juntos, compartimos y nos lleve a recordarnos mutuamente", concluye la doctora Montse Marsà, de Mundopsicólogos.
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