No importa el frío. Los runners pueblan nuestras calles, y es que cada vez hay más personas que aprovechan los beneficios de una disciplina deportiva en auge. Y ahora que buscamos alternativas para hacer deporte al aire libre, más todavía. Por eso, teniendo en cuenta que hay que seguir una serie de recomendaciones para no tener problemas, es importante tener en cuenta cómo debemos cuidar y prestar atención a nuestros pies. Sobre todo cuando, tal y como nos confirman desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), se han detectado dolencias y patologías en los pies por la práctica no adecuada de este deporte. Tanto es así, que han recopilado cinco prácticas que pueden ser consideradas erróneas.
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Poco a poco
Como sucede en todas las prácticas deportivas, hay que ir de forma progresiva. Debemos tener presente cuando nos calzamos las deportivas, que toda carrera de más de 40 o 50 minutos necesita un periodo de adaptación, por lo que si eres relativamente novato en esto del running, debes ir cogiendo forma de forma progresiva, y has de cuidar epecialmente tus pies, utilizando unos calcetines técnicos e hidratándolos bien para que éstos se vayan habituando a la práctica. Hay que tener, además, especial cuidado con las pequeñas lesiones que pueden surgir, como pueden ser ampollas, rozaduras o laceraciones.
La importancia de elegir bien el calzado
Los expertos alertan de la importancia de elegir bien nuestras zapatillas deportivas. No se puede uno lanzar al asfalto o a correr por el parque con cualquier deportiva que tengas en casa. Alertan de que sobre todo esta práctica es muy común en las personas que se inician en esta disciplina deportiva y solamente se fijan al comprarla en que sea una zapatilla cómoda, por ejemplo. “Para escoger una zapatilla adecuadamente hay que tener en cuenta el peso de la persona, el tipo de pisada que tiene y los kilómetros aproximados que vaya a realizar. En esto, es de gran ayuda contar con el asesoramiento de un podólogo ya que, si no, las afecciones más comunes derivadas del uso de un calzado deportivo inadecuado son las tendinitis, sobrecargas o fascitis, entre otras”, apunta Maite García, presidenta del ICOPCV.
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Un estudio de la pisada
“El 80% de las lesiones de los corredores vienen derivadas por problemas de apoyo plantar. Este tema es clave y por eso debemos ponernos únicamente en manos de profesionales para realizar un estudio biomecánico”, explica la experta, que destaca que el estudio de la pisada es una herramienta muy útil, pero hay que tener en cuenta que ha de ser realizado por un podólogo o un médico para que sea fiable. De hecho, en el caso de no ser así, puede llevar a conclusiones erróneas sobre la supuesta zapatilla más adecuada, que perjudique a los miembros inferiores.
¿Es útil la sal?
Los expertos apuntan además que hay que tener en cuenta que el agua con sal no cura las heridas. “Éstas deben ser desinfectadas y tratadas adecuadamente. Nos encontramos en consulta infecciones y otros problemas como consecuencias de no haberlas curado correctamente. Lo que sí que es cierto que hacer contrastes con baños de agua caliente y fría son estupendos para mejorar la circulación y aliviar los procesos inflamatorios derivados de los excesos en la práctica deportiva”, concluye Maite García.
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¿Has oído hablar del ‘barefoot running’?
Los expertos hablan también de esta tendencia del barefoot running, que implica correr descalzo o casi descalzo, con unas deportivas minimalistas especiales, ya que esta práctica requiere unas condiciones físicas determinadas (éste sólo está indicado en corredores que no presenten defectos importantes en su pisada y cuya elasticidad ligamentosa y muscular tolere el estiramiento progresivo, que es imprescindible, para adaptarse a la nueva situación). Incluso si se tienen estas condiciones hay que dar un plazo de un año para la adaptación y así evitar lesiones derivadas por problemas en los pies.