¿Has oído hablar de la edad metabólica? Sabes perfectamente cuántos años cumples al mirar la fecha en el calendario, pero tal vez no tienes muy claro qué hay detrás de este otro concepto. “La edad metabólica es un indicador que nos dice cómo de joven o viejo es nuestro organismo. En otras palabras, es la edad real de tu estado de forma y de tu salud”, nos cuenta Marc Bonamusa, graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y director del centro de entrenamiento y salud Wellfit.
“Puesto que hay más factores que la edad biológica que influyen en la edad metabólica, es importante entender que estas dos no tienen por qué corresponderse la una a la otra. De hecho, cuanto mejor sea la forma física, la edad metabólica reflejará un número menor al de nuestra edad biológica, puesto que nuestro estado físico reflejará un estado de salud mejor que el del promedio de persona de nuestra misma edad”, añade Júlia Ndocky Ribas, entrenadora personal y técnica de la División de Actividad Física de Metropolitan.
Como decíamos, “la edad metabólica se compara en relación a nuestra edad cronológica, siendo el ideal estar siempre por debajo de la misma. Por el contrario, obtener una edad metabólica por encima de nuestra edad cronológica debería ser motivo de preocupación, debería llevarnos inmediatamente a hacer un cambio en nuestros hábitos y mejorar nuestro estilo de vida cuanto antes, pudiendo evitar así el desarrollo de patologías”, nos cuenta el entrenador personal.
Lee también: Razones mentales y físicas por las que practicar ejercicio puede hacer que tu vida sea mejor
¿Cómo podemos calcularla?
“Se calcula a partir de factores como la edad biológica, el metabolismo basal, la edad y la cantidad de ejercicio que se realiza, masa grasa y muscular de un sujeto, etc”, nos cuenta la experta. Además, Marc Bonamusa nos cuenta que para saber cuál es tu edad metabólica "puedes utilizar cualquier báscula de bioimpedancia, con la que además obtendrás otros datos muy valiosos para tu salud relacionados con tu composición corporal, como el peso, el porcentaje de grasa, de agua, la masa muscular, la masa ósea o el nivel de grasa visceral. En nuestro centro utilizamos todos estos datos en conjunto como una herramienta fundamental para valorar el nivel de salud y condición física de cada uno de nuestros clientes”.
Y para entender cómo funciona la edad metabólica, tenemos que hablar también de la TMB (Tasa Metabólica Basal). “La TMB es el gasto mínimo energético diario que necesitamos para mantener las funciones esenciales de nuestro cuerpo, tales como respirar, mantener la temperatura, el funcionamiento de los órganos, el mantenimiento de toda nuestra estructura músculo-esquelética etc. A medida que envejecemos, la tasa metabólica va disminuyendo, debido a la pérdida de masa muscular y la degeneración celular, por ello debemos prevenir y protegernos a tiempo”, nos cuenta el graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Mientras, a medida que mejoramos nuestro nivel de actividad, la tasa metabólica aumenta, es decir, gastamos más energía para mantener una masa muscular más activa, por la cual tenemos que realizar unos procesos de regeneración celular más intensos, gastar más oxígeno, etc... “Digamos que la gasolina que tu cuerpo requiere para mantenerse vivo en reposo no es la misma si eres una persona sedentaria con un trabajo de oficina, que si eres una persona activa que entrenas de 2 a 3 veces por semana. Por lo tanto, para mejorar la edad metabólica, tenemos que incrementar nuestro metabolismo basal y eso pasa por estar más en forma e incrementar la masa muscular. Es por eso que el ejercicio físico está considerado como el mejor antiaging que existe”, nos explica.
Factores que suman años a tu edad metabólica
Hay que tener en cuenta, por lo tanto, que existen determinados factores relacionados con el estilo de vida que pueden sumar años a nuestra edad metabólica, como nos cuenta la experta de Metropolitan, que los resume en los siguientes:
- Sedentarismo: poca masa muscular, un índice de gasto metabólico bajo, derivado de la falta de actividad física.
- Tabaquismo: la falta de capacidad aeróbica o pulmonar influyen también en la capacidad de realizar actividad física, de oxigenar la sangre, de disponer de unos músculos respiratorios y un corazón que trabajen bien.
- Falta de hidratación: el contenido de agua en nuestras células y, por tanto, nuestros músculos, es importante también para la salud, tanto para la regeneración muscular como para una correcta circulación.
- Hormonas: juegan un papel muy importante en el correcto funcionamiento de muchos de los mecanismos fisiológicos de nuestro cuerpo. Al mismo tiempo, mantener nuestra musculatura activa permite que el sistema hormonal esté correctamente regulado y entrenado para responder a distintas situaciones.
Lee también: 10 consejos para activar tu metabolismo (sin ir al gimnasio)
¿Se puede variar la edad metabólica?
Al contrario que sucede con la cronológica, que es invariable y nos lo recuerda, año tras año, el calendario, la experta de los centros Metropolitan nos explica que la edad metabólica no es inamovible, sino que depende, además de nuestra edad biológica de nuestro estado físico en el momento en que realicemos la medición. “Tener una edad metabólica por debajo de la edad biológica en indicativo de tener un estilo de vida activo y saludable que nos permite tener un estado metabólico correspondiente a una persona de menor edad a la nuestra y, por tanto, una mejor perspectiva de ir sumando años (biológicos) con la salud física de alguien más joven (a nivel fisiológico)”, nos cuenta.
¿Cómo podemos cambiar esa edad metabólica? “La edad metabólica se puede reducir. Y la mejor manera de hacerlos es manteniendo hábitos saludables como, tener una buena salud mental a través de la reducción de los niveles de estrés y teniendo un buen y suficiente descanso nocturno, buenos hábitos alimenticios y evitar hábitos nocivos como puede ser el tabaquismo o lo ingesta de alcohol. Todos los factores nombrados son importantes, pero, sobre todo, si hay un factor que influye de forma notable es el índice de gasto metabólico, y este viene condicionado principalmente por los niveles de actividad que realicemos diariamente”, añade Júlia Ndocky.
El tándem ejercicio-dieta
Y es que hay que tener en cuenta, tal y como nos explica Marc Bonamusa, que las dos principales maneras que existen para incidir en nuestro metabolismo son a través del ejercicio físico y la nutrición. Por ello, si quieres rejuvenecer tu metabolismo y tu salud, sus recomendaciones son:
- Haz entrenamiento de fuerza un mínimo de 2 veces a la semana. A medida que incrementas tu masa muscular más aumentas la energía que gastas en reposo y, por lo tanto, tu TMB.
- Realiza entrenamientos interválicos con sprints y cambios de ritmo tipo HIIT. El HIIT aumenta el consumo de oxígeno después del ejercicio, incrementando el nivel de energía necesario para hacer este proceso.
- Concéntrate en la calidad de tu comida.
- Controla el estrés y mejora la calidad del sueño.