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La pérdida del sentido del olfato y gusto es uno de los síntomas más rotundos de que se sufre la COVID-19, la enfermedad producida por el virus SARS-CoV-2, el famoso coronavirus. Pese que al principio se trataba de una afectación que alarmaba a los pacientes, hoy ya no extraña. Y, además, suele asociarse a una buena evolución de la infección. El inconveniente es que dejar de oler o no detectar el mismo sabor de los alimentos inquieta y afecta al día a día, ya que ver la capacidad olfativa mermada influye en todas las actividades cotidianas y en nuestro bienestar.
Según nos explica el codirector de los Servicios de Otorrinolaringología de los hospitales Quirónsalud Campo de Gibraltar y Marbella, el doctor Carlos O´Connor Reina, “este trastorno olfativo, impide apreciar cualquier olor y puede venir acompañado de otros síntomas como depresión o falta de apetito. Cuando surge en edad avanzada es un factor que debe ser estudiado, ya que puede estar asociado a procesos degenerativos”.
“La causa mayoritaria de la disfunción olfativa se debe a procesos patológicos nasales, sinusales o a ambos, también puede producirse por infección de las vías respiratorias altas (resfriado común y la COVID-19) o debido a traumatismos craneales", detalla el otorrinolaringólogo, quien resalta que hay un porcentaje menor de pacientes cuya pérdida de olfato ha desvelado dolencias latentes. Y es que existe una proporción minoritaria de consultas en las que se descubre que la anosmia viene originada por epilepsia, accidentes cerebrovasculares, cirugía cerebral, alteraciones endocrinas, alzhéimer, Parkinson o depresión.
Por otro lado, debido a la vinculación de los sentidos del olfato y del gusto, la deficiencia del primero repercute inmediatamente en el funcionamiento del segundo. “En la masticación se transfieren olores de los alimentos que se elevan desde la boca a las fosas nasales. Ello explica que se produzca una experiencia olfativa simultánea a la deglución que nos permite percibir el sabor de la comida. La carencia de olfato por tanto provoca la ausencia de sabores”, aclara el doctor Juan Carlos Casado Morente Codirector de los Servicio de Otorrinolaringología de los hospitales Quirónsalud Campo de Gibraltar y Marbella.
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Cómo recuperar la pérdida de olfato
“La mayoría de los pacientes recuperan estos sentidos de forma espontánea, pero estamos encontrando que cerca de un 20% no los recuperan o, al menos, no en su totalidad y presentan dificultad para identificar determinados olores. Por ello, se estima que hay una gran cantidad de pacientes que tras sufrir la COVID-19 están padeciendo estas secuelas”, afirma el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). De hecho, las estimaciones apuntan a que cerca de 345.000 personas en España han sufrido anosmia y ageusia debido a la COVID-19 en algún momento de su evolución.
Para la recuperación de estos sentidos, los servicios de otorrinolaringología emplean el entrenamiento olfatorio. “Consiste en entrenar y rehabilitar el sentido para ejercitar la memoria olfativa y poco a poco ir recuperando ambos, ya que la función gustativa está muy ligada a la olfativa. Para ello exponemos al paciente a sustancias odorantes durante unos 30 segundos varias veces al día en función de cada fase, y lo acompañamos de un estímulo visual”, explica el doctor Gutiérrez Fonseca. Una vez terminado el entrenamiento “se evalúa por parte del otorrinolaringólogo la capacidad olfatoria del paciente mediante pruebas de olfatometría, que puede ser cualitativa, midiendo la capacidad para identificar aromas o cuantitativa, que detecta umbrales”, indica.
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Puedes entrenar el olfato en tu propia casa
Pese a que cualquier estrategia nos podría servir, por ejemplo, acostumbrarnos a oler plantas, perfumes, especias en nuestro hogar, existen kits de entrenamiento que utilizan olores esenciales para volver a oler con normalidad. Es el caso de un kit de entrenamiento formado por cuatro aceites esenciales 100% naturales y bio de diferentes aromas con todos los elementos necesarios para realizar el entrenamiento con éxito.
Los aceites esenciales son de geranio rosat, limón, eucalipto radiata y clavo. “Cada uno de ellos cuenta con unas características organolépticas determinadas que les confieren los aromas empleados en la terapia de estimulación repetida de la vía olfatoria: floral, frutal, resinoso y especiado. Además, incluye una guía de entrenamiento para las tres fases de la terapia, 400 tiras olfativas y una tabla para el seguimiento y evaluación final”, comenta Estefanía Mejías, farmacéutica del departamento científico de Arkopharma Laboratorios, quien recuerda, no obstante, que si se detecta que se ha perdido el sentido del olfato, es importante llamar al centro de salud para indicarlo y que lel médico de cabecera lleve a cabo las pruebas necesarias para detectar si se sufre la infección.
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