La portavoz de la Sociedad Española de Reumatología, Montserrat Romera, explica que el dolor articular puede ser de características mecánicas o inflamatorias. "Cuando es de características mecánicas, se llama de función, porque aumenta con los movimientos y los esfuerzos, y mejora con el reposo; es característico de procesos degenerativos, como puede ser la artrosis".
El segundo caso, es decir, el inflamatorio, se da cuando "no mejora con el reposo y suele acompañarse de enrojecimiento e inflamación de las articulaciones, propio de enfermedades reumáticas inflamatorias, como la artritis reumatoide". Según sostiene la experta es un dolor que no se puede prevenir, fruto de una lesión o de una enfermedad. Sin embargo, recomienda enérgicamente la práctica de ejercicio regular como fórmula para favorecer la movilidad y fortalecer la musculatura, dos factores que pueden incidir positivamente en la prevención o en tener una mejor calidad de vida en caso de desarrollar una enfermedad.
No obstante, siempre es recomendable visitar al especialista que será quien nos prescriba el tipo de actividad más adecuada en función del dolor articular que padezcamos. A continuación, repasamos algunas de las posibles razones que se pueden esconder tras este tipo de dolencias:
1. Envejecimiento
Con la edad las articulaciones se vuelven menos flexibles y el cartílago puede comenzar a desgastarse y fraccionarse. También puede disminuir el líquido y sufrir el depósito de minerales, conocido como calcificación, algo común en el hombro.
2. Lesiones
Hacer un sobreesfuerzo, coger mucha carga, tener un percance practicando deporte… hay muchas situaciones que pueden tener un efecto negativo en las articulaciones. Los esguinces, fracturas o distensiones musculares son lesiones que pueden provocar una dolencia que se extiende en el tiempo.
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3. Bursitis
Se produce cuando la bursa (una bolsa llena de líquido que actúa como amortiguador entre los músculos, los tendones y los huesos) se inflama o se irrita. Hombro, rodilla, codo y cadera son las articulaciones que más frecuentemente se ven afectadas.
4. Artritis reumatoidea
Esta enfermedad autoinmunitaria provoca la inflamación de articulaciones y tejidos de alrededor. Los genes, los cambios hormonales y las infecciones son condicionantes que pueden tener que ver, aunque se desconoce su origen.
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5. Artritis séptica
En este caso se trata de un problema derivado del ataque de una bacteria, buen a causa de un implante u otro tipo de cirugía, una infección bacteriana en otra parte del cuerpo, una enfermedad crónica… También se manifiesta con inflamación.
6. Osteomielitis
Cuando una bacteria, un hongo o germen ataca a los huesos también pueden derivarse dolores articulares. Un sistema inmunitario delicado, una cirugía o tener un riego sanguíneo deficiente puede ser el origen.
7. Gota
Se produce cuando el ácido úrico se acumula en la sangre y provoca una inflamación en las articulaciones. Esta acumulación es en forma de cristales y hace que las articulaciones se hinchen, se enrojezcan, suban la temperatura y duelan.
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8. Tendinitis
Los tendones son las estructuras que unen los músculos y los huesos y su inflamación también es dolorosa. Es común cuando el tendón pierde elasticidad, como consecuencia de una lesión o una sobrecarga.
9. Lupus
Se trata de una enfermedad autoinmune por la cual el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos del propio cuerpo. Puede afectar a las articulaciones, como también a la piel u órganos como el cerebro y los riñones.
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10. Hipotiroidismo
Las personas que lo padecen pueden presentar dolores musculares, sensibilidad y rigidez articular, sobre todo en hombros y caderas, así como inflamación de manos y pies.
11. Fiebre reumática
Es una enfermedad derivada de una faringitis por estreptococos o escarlatina mal tratada. Suele darse en niños y entre sus síntomas está el dolor y la sensibilidad articular, normalmente en rodillas, tobillos, codos y muñecas. El dolor puede pasar de una a otra.
12. Menopausia
8 de cada 10 mujeres padecen dolor en las articulaciones tras la menopausia. Los cambios hormonales y la deficiencia de ciertos componentes como el calcio y la vitamina D son en gran parte los responsables del empeoramiento de la salud articular.