Todavía queda mucho por aclarar con respecto a la COVID-19, pero, poco a poco, gracias a la investigación, también vamos teniendo más certezas sobre por qué afecta más a unas personas que a otras, aunque aún hay muchas incertidumbres. Pero, por ejemplo, sí que sabemos que la hipertensión arterial aumenta el riesgo de desarrollar síntomas más graves en los pacientes contagiados por coronavirus. Hace apenas unos días, ya anticipábamos que los hipertensos forman parte de los pacientes susceptibles de ser vacunados de la gripe en esta campaña del otoño de 2020, precisamente porque la hipertensión agrava los cuadros de COVID-19, por lo que se pretende reducir al máximo la posibilidad de coinfecciones o descartar al menos el contagio por gripe. "Se ha incluido a los hipertensos entendiéndolos como pacientes cardiorrespiratorios crónicos teniendo en cuenta que se agrava mucho su cuadro por el tema crónico", nos detallaba el doctor José Ignacio Peis, coordinador del grupo de trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de SEMERGEN.
A ello hay que sumar los resultados de una reciente investigación vinculada al Registro Clínico SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que confirman que la hipertensión arterial es la comorbilidad más frecuente en el paciente COVID-19 (está ligada a un 50,9% de los casos de fallecidos) y que se asocia a un mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa en el paciente COVID-19, independientemente de otras comorbilidades, sexo y edad.
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¿Pueden los fármacos para la hipertensión favorecer la complicación de la Covid-19?
Dicha investigación tenía dos objetivos: en primer lugar, comprobar si la hipertensión representaba un factor de riesgo independiente de muerte en pacientes hospitalizados con SARSCoV-2, o si por el contrario, su elevada prevalencia simplemente reflejaba la edad avanzada de la mayoría de los pacientes. Pero, además, también pretendía examinar el efecto que el tratamiento antihipertensivo (del tipo IECA/ARA2, el más habitual) anterior al ingreso podía tener sobre estos pacientes, a raíz especialmente de un estudio publicado al inicio de la pandemia, que sugería que estos fármacos podían potenciar la susceptibilidad y/o gravedad de la infección por SARS-CoV-2. Y es que ya en primavera, cuando se constataba que el coronavirus afectaba a los pacientes con patologías coronarias especialmente, se publicaron noticias que apuntan a diversos fármacos como posibles responsables de complicaciones cuando un paciente se contagiaba. Era el caso de algunos medicamentos antihipertensivos, por ejemplo. Ya entonces los expertos apuntaban a que no existía evidencia que apoyara este efecto perjudicial, por lo que no se recomendaba la suspensión del tratamiento. Este estudio no hace sino confirmarlo.
Las conclusiones apuntan a que los pacientes tratados con dichos fármacos antihipertensivos antes de su ingreso hospitalario no presentaban mayor riesgo global de muerte. Además, si bien la presencia de hipertensión por sí misma constituye un factor de riesgo, el grupo de los tratados con ARA2 presentaban el menor riesgo de mortalidad por todas las causas entre todos los antihipertensivos.
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En palabras del Dr. Enrique Rodilla, presidente de la Sociedad de Medicina Interna de la Comunidad Valenciana (SMICV) y facultativo de la Unidad de Hipertensión del Hospital de Sagunto, “esta investigación supone un avance importante para comprender la relevancia de la hipertensión arterial y de su tratamiento previo al ingreso hospitalario en la infección por SARS-CoV-2”. El estudio, publicado en el Journal of Clinical Medicine, ha analizado datos de 12.226 pacientes ingresados con infección por SARS-CoV-2 de 150 hospitales, con una edad de entre 18 y 106 años.
Tal y como explican los expertos, tras la hipertensión arterial (50,9%), las comorbilidades más frecuentes en el paciente COVID-19 serían, por este orden: diabetes (19,1%) y fibrilación auricular (11,2%).
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