Cuando te diagnostican cáncer de mama, lo primero en lo que piensas es en la muerte. El miedo a morir por esta enfermedad se cruza en el mismo instante en que tu médico te da el diagnóstico. Sin embargo, la información que recibes de inmediato sobre los avances en esta patología, que permiten una supervivencia que supera el 85% siempre que se diagnostique de forma precoz, hacen que ese drástico final se difumine y que pasen a preocuparte otras cosa. Los efectos secundarios de la quimioterapia, por ejemplo. Y es que todas sabemos que si tenemos que recibir este tratamiento, va a ser difícil que no experimentemos náuseas, cansancio y, por supuesto, pérdida de cabello. Estos fármacos, de hecho, provocan daños permanentes en la piel, el pelo y las uñas, por eso hay que saber cómo cuidarte.
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La sequedad es, probablemente, uno de los efectos secundarios observados con mayor frecuencia en los pacientes oncológicos. Esta manifestación está asociada al efecto antiproliferativo de los fármacos en la capa más superficial de la piel (epidermis). El estado de inmunosupresión, la desnutrición y las frecuentes anemia y carencia de proteínas en los pacientes oncológicos también influyen en la sequedad de la piel. Pero hay otro tipo de efectos secundarios en la piel.
"Las complicaciones cutáneas en pacientes oncológicos, secundarias a los agentes quimioterápicos, son frecuentes, poco conocidas y subestimadas por médicos de otras especialidades. Sin embargo, requieren de un diagnóstico diferencial amplio para descartar complicaciones infecciosas, algunos síndromes paraneoplásicos, la posible extensión metastásica del tumor y los déficits nutricionales, en el contexto de un paciente oncológico. Los efectos cutáneos adversos más frecuentes asociados a la quimioterapia estándar son las alopecias, los enrojecimientos palmo-plantares, la pigmentación, la dermatitis post radiación, la mayor sensibilidad a radiación ultravioleta, así como la sensibilidad en mucosa oral, la sequedad de la piel y las alteraciones en las uñas", señala la doctora Rosmary Marín, especialista del servicio de dermatología del Hospital Vithas Las Palmas.
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¿Por qué se producen daños en la piel?
Los daños en la piel a causa de estos fármacos quimioterápicos se debe a que su actividad "está dirigida a células de división rápida, como sucede con las células tumorales. No obstante, los fármacos no distinguen entre células sanas y tumorales por lo que pueden afectar a cualquier de tejido de nuestro organismo; siendo la médula ósea, el tubo digestivo y la piel, los órganos que se ven dañados con mayor frecuencia. En ciertos tipos de cáncer de mama, los antiestrógenos utilizados en la hormonoterapia bloquean los beneficios de nuestros estrógenos en la piel, provocando en las mujeres una menopausia inducida", aclara la especialista.
Otro de los efectos secundarios de la quimioterapia en la piel es la aparición de manchas. No se sabe por qué se produce. Se ha atribuido, principalmente, al efecto tóxico en los melanocitos, que induce un aumento en la producción de la melanina, responsable de la coloración cutánea. "Otras teorías señalan a mecanismos más complejos, como un mayor flujo de sangre a determinadas áreas del cuerpo con el mayor depósito del fármaco en la piel o anomalías endocrinas", añade la doctora Rosemary Martín.
Tratamiento para la piel
El tratamiento recomendado es la hidratación adecuada con emolientes y la utilización de jabones suaves que permiten restaurar la función de barrera de la epidermis, aumentar de la cantidad de sebo y la mejora los síntomas. En las escamas o áreas engrosadas son efectivas las preparaciones con lactato de amonio y urea, aunque deben usarse con precaución en pieles sensibles. El uso diario de protector solar de amplio espectro con factor de protección solar (FSP), de al menos 15, también es indispensable en el cuidado diario. Además, es aconsejable evitar el uso de detergentes o perfumes que puedan irritar la piel.
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¿Puedo evitar que se me caiga el pelo?
Otra de las cuestiones que se pregunta una mujer a la que le han diagnosticado cáncer de mama y que va a recibir quimioterapia es si va a perder el cabello. Se denomina alopecia tras quimioterapia y suele darse de forma generalizada. "La pérdida de cabello puede ocurrir con muchos fármacos quimioterápicos. Generalmente es reversible, aunque con determinados fármacos (docetaxel o paclitaxel a dosis altas) podría ser más prolongada o incluso irreversible", explica el doctor Álvaro Barranquero, dermatólogo del Hospital Vithas Málaga y Vitas Xanit. ¿Se puede evitar?
"Se han investigado diversas terapias farmacológicas para conseguir reducir o enlentecer este proceso, con poca evidencia. Una terapia que podría ser eficaz es la hipotermia del cuero cabelludo (por ejemplo, usando gorros hipotérmicos) que producen una vasoconstricción de los vasos sanguíneos del cuero cabelludo reduciendo la cantidad de quimioterápico que alcanza la zona durante la infusión del medicamento", señala el especialista en dermatología.
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Las uñas también se pueden caer
Es importante el cuidado de las uñas ya que sufren mucho durante los tratamientos oncológicos. "Hay que evitar las uñas postizas, si se pintan usar siempre esmaltes hipoalergénicos, mantener bien hidratada la lámina ungueal y si vas a limarlas hacerlo suavemente de fuera hacia dentro evitando movimientos de un lado a otro que pudieran romper la uña", añade el doctor Enrique Herrera, del mismo Hospital.
La mejor manera de cuidarlas es una buena hidratación. Asimismo, "el uso de diversos nutricosméticos (medicación oral en forma de comprimidos o sobres) de forma sistémica o cosméticos de aplicación tópica podría ser eficaz para recuperar la uña. Es fundamental evitar la sobreinfección por hongos (onicomicosis) que podría enlentecer el proceso de reparación".
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