Cuando pensamos en cuidarnos, solemos prestar atención a nuestra salud física. Nos preocupan los dolores, el malestar físico. Pero no siempre prestamos la atención que se merece a nuestra salud mental que, en comparación con la salud física, suele quedar en segundo plano. Y es que, sin duda, son dolores y molestias más silenciosas, y no se ven a simple vista. Pero están ahí y también hay que prestarles la atención que se merecen. Por eso se conmemora cada 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental, para concienciar sobre la importancia de estas dolencias. Y más aún en una situación compleja y llena de incertidumbres como la que vivimos debido a la crisis sanitaria de la COVID-19. Una situación que preocupa a los expertos en salud mental, conscientes de que dejará huella a la población, que ha visto cómo, de repente, su modo de vida ha cambiado.
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La necesidad de pedir ayuda
Así lo creen los expertos de Mundopsicologos.com, que apuntan que las consecuencias del confinamiento a nivel psicológico han sido las más variadas, en particular existe el miedo al aumento de la agorafobia (miedo a los lugares abiertos), claustrofobia (miedo a los lugares cerrados), demofobia (miedo a las multitudes), haptefobia (miedo al contacto físico) y anuptafobia (miedo a quedarse soltero). No es extraño que en estos meses haya aumentado la demanda de servicios on line de servicios de psicología. Este es un fenómeno que se ha constatado en toda Europa, y no es casualidad que el 90% de los profesionales en España e Italia afirman tener la intención de implementar esta forma de terapia en un futuro próximo (80% en Francia). Tanto es así, que en nuestro país, el 52% de los psicólogos afirma realizar sesiones de terapia online de forma habitual, y en un 35% de los casos lo hacen a petición de los propios pacientes. Pero, además de contar con esa ayuda profesional, los expertos apuntan a que hay una serie de consejos que podemos seguir para conseguir aprender a estar bien, a cuidar nuestra salud mental.
- Descansa y duerme bien. Es vital tener un sueño reparador. Descansar adecuadamente y las horas adecuadas es fundamental para recuperar energías y permitir que el cerebro realice correctamente sus funciones.
- Cuida tu dieta. Es vital seguir una dieta sana y equilibrada si queremos mantener nuestro organismo en plenas condiciones.
- La importancia de desconectar. Vivimos hiperconectados y, de vez en cuando, hay que dejar de lado el móvil, para recuperar el contacto contigo mismo, apartado de continuos estímulos externos.
- Relacionarse, ¡vital! Somos seres sociales, por lo que es vital mantener contacto y relación con nuestros seres queridos, lo cual también redunda en beneficio de nuestra salud. Estar con los demás y compartir alegrías y tristezas ayuda a reducir las ansiedades y preocupaciones, experimentar emociones positivas y construir relaciones de confianza mutua.
- Viaja y visita lugares hermosos. Cambiar de aires es una buena opción, y si además, en tus planes o escapadas apuestas por lugares bellos, miel sobre hojuelas. Y es que la belleza es buena para la mente. Caminar en medio de la naturaleza o admirar una ciudad llena de arte infunde una sensación de profundo bienestar. Descubrir nuevos rincones es bueno para tu mente y tu estado de ánimo. Disfruta planificando el viaje, llevándolo a cabo y recordándolo: es una oportunidad para el enriquecimiento y el crecimiento personal.
- Descansa cuando lo necesites. A veces hay que parar. Hay que saber decir basta y detenerse, aprender a comprender cuando se ha llegado al límite. De esta forma estarás consiguiendo no llegar a niveles de estrés excesivos, cuando ya la solución es más complicada.
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- Haz ejercicio. Mens sana in corpore sano. El dicho no está nada equivocado. Y es que un cuerpo sano influye, y mucho, en tu salud mental. El movimiento pone en marcha la producción de endorfinas y serotonina, neurotransmisores que, si se liberan en las cantidades adecuadas, producen estados de bienestar.
- Tiempo para el relax. Hay disciplinas que pueden echarte una mano en lo que a tu salud mental se refiere. La meditación y el yoga son un excelente ejercicio para recuperar la respiración correcta y con ella la armonía interior.
- Sé positivo. Reír alarga la vida y tiene beneficios para la salud. Por eso, hay que afrontar la vida con una sonrisa en el rostro y siendo positivo. El mal genio y el pesimismo son enemigos declarados de la felicidad.
- Por eso, ¡trata de no enfadarte! Recuerda lo que decían nuestras madres: ya tienes dos tareas, enfadarte y desenfadarte. Y es que, la mayor parte de las veces, el enfado no conduce a nada.
- Aprende a perdonar. No es bueno para nuestra salud mental guardar rencor, es muy útil para aligerar los pensamientos. Por eso, tenemos que aprender a pasar página y seguir adelante en lugar de cavilar sobre el pasado.
- Da las gracias. Tomar conciencia de lo que tienes, de lo que has hecho hasta ahora, en lugar de enfocarte siempre en lo que aún no se ha logrado, es fundamental para desarrollar una actitud optimista y agradecida ante la vida.
- Ayuda a quien lo necesita. Hoy es otra persona, mañana puedes ser tú. Quien más quien menos puede necesitar ayuda. Por eso, piensa que se puede hacer mucho por los demás, empezando por los pequeños gestos de nuestro día a día.
- No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Intenta no posponer cosas que tengas en mente. Aplazar constantemente nos hace sentir abrumados por los eventos y sin el control de nuestra vida. ¡Dejemos de procrastinar y actuemos! Solo así las cosas empezarán a cambiar, positivamente.