"Te lo tomas todo muy personal", "estás loca", "eres demasiado sensible", "estás haciendo todo mal" o "todo te molesta". Para algunas personas, estas frases son habituales, especialmente en sus relaciones de pareja. Sin embargo, tras estas palabras, se podría esconder un patrón de abuso emocional con nombre propio: gaslighting. Se trata de una estrategia de manipulación de la percepción de la realidad del otro, que provoca que la víctima llegue a dudar de su propia percepción, juicio, memoria o cordura. El término, que hace alusión a 'hacer luz de gas', apareció por primera vez en Gaslight, una obra teatral del año 1938, que más tarde llegaría a Hollywood en formato película. En ella, un hombre manipula a un mujer para que crea que está loca y así robar su fortuna escondida. Por desgracia, este abuso suele desarrollarse a lo largo del tiempo y de forma gradual, por lo que no es fácil de detectar.
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Las siete etapas del 'gaslighting' en una relación
Numerosos estudios se han adentrado en el 'desconocido' fenómeno del gaslighting y han analizado su impacto destructivo. Uno de ellos es el llevado a cabo por Preston Ni, profesor de habilidades comunicativas y autor de Cómo manejar con éxito los gaslighters y detener el acoso psicológico. El escritor, un experto en la materia, ha explicado en Psychology Today las siete etapas del gaslighting en una relación, aunque matiza que, dependiendo de la situación, puede haber variaciones en el orden y el número de fases de este tipo de engaño.
- Mentir y exagerar: El objetivo es conseguir desestabilizar y desgastar a la víctima para que dude de sí misma y de su propio criterio. Todo gaslighter utiliza frases como: "Estás loca, eso no ha pasado así".
- Repetición: Esta etapa consiste en repetir mentiras y falsedades para llevar siempre la iniciativa y dominar la relación.
- Intensificar la disputa: Más ataques, más culpas y más negaciones para sembrar más dudas y confusión en la víctima.
- Desgaste: El gaslighter consigue desgastar a su víctima, que se desanima, se vuelve frágil, pesimista, temerosa, debilitada y duda de sí misma. La víctima comienza a cuestionarse su propia percepción, identidad y realidad.
- Formar relaciones codependientes: Se forma una relación codependiente basada en el miedo, la vulnerabilidad y la marginación, que hace que la pareja sea completamente dependiente del agresor.
- Dar falsas esperanzas: Otra de las maniobras utilizadas por los gaslighters es la de dar falsas esperanzas, con suavidad y bondad, para que la víctima piense que, en el fondo, el agresor no es tan malo y que la relación puede mejorar. Sin embargo, se trata de una estrategia temporal que refuerza aún más la relación de codependencia.
- Dominar y controlar: El objetivo de este tipo de abuso, tal y como indica el autor Preston Ni, es el de "explotar a sus víctimas a voluntad, para aumentar su poder y ganancia personal". En la última fase de la técnica, el agresor consigue mantener a su víctima en un constante estado de dudas, miedo y, sobre todo, inseguridad.
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