Someterse a una cirugía estética puede tener sus ventajas y sus inconvenientes, y es algo que puede suponer riesgos para nuestra salud que es necesario conocer. Es por ello que es importante saber si las razones que nos mueven a ello son las adecuadas o no, ya que la intención de una intervención quirúrgica para cambiar o modificar el físico puede esconder ciertos trastornos, que pueden ser desde una falta de autoestima o aceptación social, hasta una adicción enfermiza que debe ser tratada.
Si nos atenemos a su eco mediático, la cirugía estética bien podría parecernos ser solo cosa de famosos, para quienes el botox, el ácido hialurónico o las inyecciones ricas en plasma, para mantenerse lo más jóvenes posible, están a la orden del día. No obstante, en estos tiempos donde prevalecen las nuevas tecnologías y la preocupación por nuestra imagen, esta práctica ha ido, paulatinamente, extendiéndose.
En este contexto, voces expertas afirman que durante los últimos años ha habido un aumento progresivo de hasta el 30% de la demanda en cirugías plásticas, siendo España uno de los países de la Unión Europea donde más intervenciones de este tipo se realizan. Así lo asegura también el cirujano plástico Moisés Martín Anaya, para quien, sin embargo, su profesión se ha ido alejando cada vez más del mundo del espectáculo, más de lo que podrían hacernos pensar los likes o los seguidores en redes sociales.
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¿Cuáles son los motivos que se esconden tras una cirugía plástica?
Las razones de este incremento de las cirugías estéticas, independientemente de los avances que se han producido en las técnicas de tratamiento, tienen que ver con la satisfacción que los clientes han encontrado en estas intervenciones, entre ellas una disminución del estrés y, como consecuencia, una mejora en la calidad de vida. A ello hay que unir un aumento de la autoestima y de la satisfacción con su imagen corporal, lo que influye de manera directa en sus relaciones personales y en un estado psicológico más positivo a la hora de relacionarse con los demás.
Pero tras el incremento de la cirugía estética y el hecho de sentirse bien consigo mismo, también hay pacientes que quieren mejorar su aspecto por motivos muy concretos:
Complejos físicos que pueden derivar en trastornos psicológicos
Existen complejos que pueden dar lugar a pensamientos distorsionados sobre una cierta parte de nuestro cuerpo. Ese valor sobredimensionado que se le da a al físico y el malestar que nos produce este pueden llegar a atormentarnos hasta el punto de provocarnos estrés emocional o psicológico, y por ende la urgente necesidad de someternos a una cirugía para cambiarlo. Entre las operaciones más comunes se encuentran la otoplastia o corrección del tamaño y forma de las orejas, o aumento de mama.
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Divorcios o rupturas sentimentales, entre las causas más comunes
La cirugía plástica, como acontecimiento posterior al divorcio, se ha convertido en una tendencia común entre aquellos pacientes que intentan verse mejor y demostrarle a sus exparejas la confianza que tienen en sí mismos. Es por ello que la liposucción o abdominoplastia se encuentran entre las operaciones más demandadas entre este tipo de personas.
Búsqueda de trabajo
Las operaciones de cirugía estética para conseguir un puesto de trabajo "son ya una realidad", asegura Moisés Anaya. Según este especialista, el 30% de las operaciones de cirugía estética se hacen por motivos laborales, ya que el trabajo es cada vez más importante y en algunos de ellos, un buen físico o una buena presencianson requisitos imprescindibles para obtener el puesto deseado. El lifting es, en este caso, la operación estrella, puesto que la madurez física no siempre es sinónimo de madurez profesional y los pacientes acuden a ella para tratar la flacidez de la piel y las arrugas que delatan el paso de los años.