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Si tienes lumbago, ten en cuenta estas recomendaciones útiles

Ayudan a prevenir su aparición y a mitigar el dolor


16 de septiembre de 2020 - 14:52 CEST
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Los datos son claros: según apuntan desde la Sociedad Española de Reumatología, se estima que un 85% de la población va a sufrir al menos un episodio de lumbalgia a lo largo de su vida. No es extraño que estemos ante una de las principales causas de baja laboral en nuestro país. Y es que son muchas las personas que se ven afectadas por un dolor que se localiza en la zona baja de la espalda, entre el límite inferior de las costillas y la zona glútea. 

¿Cuáles son sus causas? Las más frecuentes son las de origen mecánico: alteración de la estática vertebral (escoliosis), contracturas musculares (por sobrecarga mecánica o tensional), problemas degenerativos del disco intervertebral y/o de las articulaciones posteriores vertebrales, fracturas por osteoporosis o traumatismos violentos. Y hay otras menos habituales, como pueden ser enfermedades inflamatorias de las estructuras vertebrales (como la espondilitis anquilosante), infecciones o tumores.

El diagnóstico se suele establecer según las características del dolor y la exploración física. Si el dolor dura más de 3 semanas se suele realizar una radiografía de columna. En el caso de que el dolor sea  muy persistente a pesar del tratamiento realizado o si se sospecha alguna complicación de los nervios, puede estar justificado realizar pruebas complementarias más complejas, como el escáner o la resonancia magnética.

Los expertos de la Sociedad Española de Reumatología resumen algunos de los consejos más útiles en el caso de que vivas un episodio de dolor lumbar. Toma nota.

 

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Mantener el peso bajo control

Tal y como explican los expertos si evitamos ganar peso, le estamos haciendo un gran favor a nuestra espalda. De esta forma, lo que conseguimos es evitar una sobrecarga sobre unas estructuras vertebrales a veces degeneradas. Y es que el exceso de peso ejerce una mayor presión en la espalda, como si llevásemos una mochila a cuestas todo el día. Quien mejor nos puede asesorar en este sentido es el médico, quien nos dará una serie de consejos nutricionales que podemos incluir en nuestra rutina, que suelen tener como objetivo principal seguir una dieta baja en calorías, además de realizar algo de ejercicio físico, siendo muy recomendable caminar. 

 

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¿Un dolor agudo?

Lo que más suele preocuparnos es cuando aparece un dolor súbito. Lo cierto es que el dolor suele desaparecer en unos días, pero aun así hay que tener una serie de consejos en cuenta, como por ejemplo evitar el reposo total en la cama, pues es conveniente cambiar a menudo de posición, caminar y moverse de vez en cuando, para ir recuperando nuestra actividad en cuanto sea posible, tras esos primeros momentos de reposo. Suele ser una buena alternativa aplicar calor suave en la espalda, durante unos 20 minutos dos o tres veces al día, así como masajes suaves en la zona. Solo el médico podrá valorar la necesidad de iniciar un tratamiento con medicamentos antiinflamatorios y que calmen el dolor.

 

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La importancia de cuidar los hábitos posturales

Hay que tener especial cuidado con las posturas que adquirimos para realizar nuestros hábitos diarios. Así, el doctor de la Sociedad Española de Reumatología recomienda, por ejemplo, para retirar objetos “en alto”, recurrir al uso de algún pedestal o escalera, mientras que si recogemos objetos del suelo, conviene doblar las rodillas para acercarnos al suelo. Hay que procurar, además, siempre que sea posible, no alzar objetos demasiado pesados. Además, el respaldo del asiento del coche debe tener contacto total con su espalda, mientras que la mesa de trabajo y la pantalla del ordenador, deben de tener una altura adecuada con silla que apoye la parte baja de la espalda y pueda reclinarse, algo que tenemos que tener también muy en cuenta si teletrabajamos. Un último consejo: si vas a permanecer mucho tiempo de pie (por ejemplo, cuando tienes que planchar) es buena idea apoyar una pierna sobre un pequeño taburete.

 

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Pon especial cuidado al elegir el colchón

Sin duda, elegir un buen colchón es una excelente inversión. Desde la Sociedad Española de Reumatología nos cuentan que está demostrado que los colchones de consistencia firme proporcionan mayor soporte y disminuyen los dolores de espalda. Y también influye la postura que eliges para dormir: se recomienda hacerlo boca arriba con una almohadilla bajo las rodillas, o de costado con una almohadilla entre las piernas; mientras que se debe tener en cuenta que dormir boca abajo modifica la normal curvatura (lordosis) de la región lumbar y ocasiona dolores por la mañana.

 

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Fuera estrés

Al enfrentarnos a situaciones estresantes, no le estamos haciendo ningún favor a nuestra espalda. El estrés o la ansiedad son factores que aumentan la “tensión” sobre la musculatura de la espalda y agravan el dolor. Por eso, puede ser buena idea consultar con el médico si necesitamos tratar el problema de base.

 

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Recurrir al fisioterapeuta

Suele ser una excelente alternativa para tratar problemas como puede ser el lumbago. Y es que el fisioterapeuta, además de conseguir con sus técnicas una mejoría del dolor, nos puede ayudar a identificar los “malos hábitos” que solemos tener (de la actividad laboral, familiar, social, deporte…) y así conseguir, siguiendo sus consejos, su corrección.

 

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Fuera tabaco

Sí, tal vez no lo habías pensado, pero el doctor Andrés Ariza, reumatólogo del Hospital General de Ciudad Real, cuenta que el tabaco provoca una hipoxia crónica en el organismo al disminuir el calibre de los vasos sanguíneos, lo que origina una disminución del aporte de oxígeno a los tejidos, dificultando así su capacidad de regeneración. Además se ha demostrado que el tabaco aumenta el riesgo de osteoporosis y el nivel de los “neurotransmisores” del dolor, en la sangre.

 

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Elige bien tu calzado

También es importante el calzado que eliges. Los expertos recomiendan no utilizar tacones altos y, en ocasiones, puede ser necesario un estudio podológico (de la huella y/o biomecánico de la marcha) por si es necesario el diseño de plantillas adaptadas a las alteraciones que presenten los pies, y que pueden derivar en problemas como el lumbago.

 

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Realizar ejercicio

Hay disciplinas que se convierten en excelentes aliadas de la salud de nuestra espalda, por lo que es importante incluirlas en nuestra rutina para reforzar la musculatura lumbar y abdominal. Son, por ejemplo, el Pilates, el Tai Chi o el Yoga, pero también actividades en la piscina, como el Aquagym… Todo depende de las necesidades de cada paciente.

 

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