Desde tiempos inmemoriales, el bicarbonato de sodio, también llamado bicarbonato sódico, es uno de los remedios más recurrentes y efectivos para aliviar la acidez estomacal y la indigestión. Es un compuesto químico sólido y blanco, que se encuentra en la inmensa mayoría de hogares y que se obtiene de un mineral presente en la naturaleza llamado natrón. Sin embargo, más allá de su poder para neutralizar ardores, son muchos los usos de este compuesto en la vida doméstica. Puede emplearse como un potente limpiador, para introducir en nuestra rutina de belleza o como levadura en repostería. Eso sí, el bicarbonato de sodio no se debe consumir de forma continuada sin control alguno porque puede provocar efectos secundarios nocivos para el organismo. Recuerda que debes informarte antes de utilizarlo.
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Excelente complemento de belleza
El bicarbonato es idóneo para introducir en nuestra rutina de belleza por ser versátil, polivalente y natural. Es idóneo para suavizar y exfoliar la piel, especialmente en las zonas más 'complicadas' y rugosas, como codos, rodillas, labios, pies o manos. Un suave masaje es suficiente para eliminar las células muertas, aunque es recomendable mezclarlo con crema hidratante para potenciar el efecto. En el mundo de la belleza, también destaca como blanqueador dental y para tratar el acné y los puntos negros.
Limpieza a fondo
¿Manchas imposibles? Este compuesto puede acabar con ellas. Diluido en una cantidad generosa de agua, el bicarbonato actúa como un potente limpiador. Se emplea para eliminar la suciedad, pero también para acabar con malos olores y desinfectar y blanquear superficies. Estas cualidades convierten al bicarbonato en el producto idóneo para dejar relucientes baños y cocinas, donde se acumula una mayor cantidad de suciedad y grasa. También puede emplearse para limpiar metales preciosos, especialmente oro y plata.
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¡Manos a la masa!
El bicarbonato es popularmente conocido por sus ventajas culinarias. Además de funcionar como un sustituto de levadura casera para la repostería, se emplea para eliminar la acidez de la salsa de tomate, sin necesidad de añadir azúcar. El bicarbonato también es excelente para limpiar y lavar la verdura. Basta con agregar una cucharadita de este compuesto al agua, dejar los alimentos frescos en remojo durante, al menos, diez minutos y enjuagarlos. Así, conseguiremos eliminar el doble de residuos y sustancias nocivas.
Para cuidar el jardín
El bicarbonato de sodio se emplea como remedio natural para disfrutar de nuestras zonas verdes, sin necesidad de usar productos químicos como insecticidas o fungicidas. Para ello, hay que diluir una cucharada en un litro de agua y pulverizar sobre las plantas. Con esta simple fórmula, conseguiremos acabar con una gran cantidad de insectos que atacan las plantas de jardines y huertos de la forma más natural. También lo podemos utilizar para limpiar las palas, rastrillos y demás herramientas que utilizamos a la hora de trabajar en nuestro trocito de naturaleza.