Septiembre siempre ha sido conocido como el mes de la vuelta al cole, y este año para muchos adultos, supondrá, también, el regreso al trabajo en la oficina, después de meses teletrabajando en casa. A pesar de la incertidumbre que todavía nos rodea, lo cierto es que numerosos trabajadores van a encontrarse, de nuevo, con todo aquello que dejaron atrás hace tiempo. Incluidos sus compañeros. En algunos casos, este reencuentro será esperado, mientras que en otros tendrá cierto sabor amargo por diversos motivos como tratar, una vez más, con personas con las que no mantenían una buena relación.
Un sinfín de emociones que pueden complicar la vuelta al trabajo más atípica de los últimos tiempos. Pero, ¿cómo podemos afrontar esta situación? Hablamos con la psicóloga Patricia Fernández, de ‘Somos estupendas’, una plataforma de bienestar dirigida a mujeres, para averiguarlo.
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El estrés y la ansiedad, dos sentimientos comunes en el regreso a la oficina
A la hora de regresar a la oficina, la psicóloga nos explica que pueden darse dos tipos de posturas. Por un lado, aquellos que se incorporarán con total normalidad. Y, por otro, a los que les produzcaestrés y ansiedad. Lo que es totalmente normal porque, tras un período prolongado de teletrabajo, lo han instaurado como un hábito. Aunque al principio, quizá, les costó esa adaptación, ahora ya se encuentran en una zona de confort de la que les resulta complicado salir.
Por este último motivo, detalla que actualmente hay muchas personas con sintomatología ansiosa y pensamientos rumiativos (es decir, meditándolo de forma constante) sobre el regreso al trabajo y la situación actual del coronavirus. Los sentimientos son muy variados: desde personas a las que les da miedo volver al trabajo (y exponerse más a la posibilidad de contagio), hasta las que no quieren volver porque eso supondrá retomar relaciones que antes eran insatisfactorias e incluso tóxicas.
Señales que te indican que la relación con tu compañero no es buena
Nos pasamos gran parte de nuestra vida trabajando, por lo que no resulta extraño que lo que suceda en el ámbito laboral nos afecte, al igual que la relación que mantenemos con los compañeros y superiores. Estar bien con ellos será, por tanto, importante para nosotros. Esto, según detalla Patricia Fernández, "no quiere decir que toda la relación tenga que ser perfecta para considerarse como buena, o que no se den conflictos, sino que la intensidad y la duración de las conductas que pueden ocasionar cierto malestar han de ser lo más reducidas posible". De modo que no se tornen en un hábito, hasta poder considerarse una relación tóxica y/o desadaptativa, entendida esta última como aquella relación "no funcional", en la que siempre hay una persona que lleva las riendas y ejerce conductas 'tóxicas', mientras que la otra es quien las padece. Y la psicóloga nos comenta que, en muchas ocasiones, reconocer que sufrimos una relación tóxica nos cuesta.
Las señales suelen ser "bastante aparentes para quien lo sufre", ya que, comúnmente, ellas mismas tienen la sensación de que la relación no va bien. El problema radica en que esto es muy sutil de cara al resto de personas, lo que les genera mucha frustración y temor a poder comentarlo y exponerlo en público.
Algunas señales que nos pueden ayudar a discernir si es una mera percepción personal o, en efecto, se trata de una relación insatisfactoria, son:
- Te interrumpe y desautoriza ante el resto de los compañeros.
- Delega en ti todo el trabajo, tildándolo de cooperación, cuando, en realidad, estás sobrecargada.
- Te da consejos sobre lo que es correcto o lo que no, y, a veces, éstos son muy negativos. Asimismo, comenta lo que deberías hacer, hasta el punto de que, en ocasiones, hace comentarios incluso de tu forma de vestir.
- Tiene cambios constantes de humor.
- Otros signos más visibles y extremos de las relaciones tóxicas pueden llegar a ser insultos, menosprecios o amenazas.
Cualquiera de estos comportamientos puede alertarnos de que esa relación no es adecuada, y, desde el punto de vista de la psicóloga, "siempre es aconsejable que esas conductas tengan un fin cuanto antes, ya que, si no, podríamos hablar del famoso acoso laboral o mobbing (en ese caso, apuesto por no tener miedo a denunciarlo)".
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Desde problemas de sueño hasta el abandono del trabajo: las consecuencias de una relación tóxica
La psicóloga Pilar Conde, por su parte, nos enumera algunas de las consecuencias que puede tener una relación tóxica son numerosas:
- Aumento del nivel de estrés diario.
- Disminución de la efectividad en el trabajo.
- Impedimentos para promocionar en el ámbito laboral.
- Privarse de relaciones positivas con otros compañeros por evitar a esa persona.
- No sentirse realizado.
- Abandonar el trabajo, a pesar de que éste sea su sueño.
- Afectar a otras áreas de la vida personal. Desde el estado de ánimo hasta las relaciones de pareja e incluso el sueño. El malestar generado durante las horas laborales puede llegar a influir más allá de la esfera profesional, repercutiendo en su día a día.
¿Cómo poner fin a las malas relaciones laborales?
Patricia Fernández recalca que, en ningún caso, hay que hacer caso omiso y continuar aguantado situaciones de este tipo, ya que, de este modo, el comportamiento de la persona se empodera aun más con respecto a esa persona con la que ejerce su fuerza. Además, se retroalimenta la inseguridad de la persona que lo sufre, y acaba ocasionándole daños psicológicos. Para evitarlo, debemos:
- En un principio, la experta considera conveniente utilizar la comunicación (asertiva) con la persona en cuestión. Lo que significa hacerlo de una manera respetuosa, planteándole que esas conductas tienen que cesar, e iniciar un trato cordial. También es importante que, al iniciar este proceso, no haya reproches sobre lo ocurrido anteriormente. Es como si estuvieseis escribiendo una nueva página en blanco.
- Si, después de haber intentado dialogar, esa relación tóxica no cesa, hay que ponerlo en conocimiento de los superiores.
- En caso último de que, aun sabiéndolo los máximos responsables, no se toman las medidas oportunas, se puede valorar la opción de recurrir a un perito forense (un psicólogo forense que pueda valorar el caso realizando un peritaje).
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La importancia de estar bien con uno mismo
Desde 'Somos estupendas' resaltan, asimismo, el papel esencial que nosotros mismos jugamos en este regreso a las oficinas. Igual de importante que la comunicación es saber gestionar nuestros pensamientos y sentimientos. "Volver al trabajo no es tan malo si tomas las riendas de cómo quieres volver. Para ello es fundamental que piensen en los beneficios que les aporta la vuelta y en la toma de decisiones que quieren tener en torno al ámbito laboral".
Nuestro estado anímico puede influir también en cómo percibimos las situaciones, y por esta razón, hay que cuidarse a uno mismo y tener un autoestima sana.
A todo esto, la psicóloga Pilar Conde suma otros consejos tales como:
- Comprometerse con uno mismo a dejar de hablar de ese problema fuera del trabajo, y centrarse en disfrutar de otras áreas de la vida.
- Concentrarse en las personas con las que se siente bien, y en todo lo que le gusta de su profesión.
Y si se necesita ayuda, no dudar en pedir ayuda a un profesional para que pueda valorar la situación.
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