El coronavirus ha marcado un antes y un después en la vida de todos. Tras unas atípicas vacaciones, en las que la inmensa mayoría ha optado por disfrutar en segundas residencias o en destinos sin grandes aglomeraciones, comienza un ‘nuevo curso’ marcado por las dudas en todos los sectores: ¿Podré contagiarme en el trabajo? ¿Abrirán las escuelas? ¿Mantendré mi puesto de trabajo? Este escenario de máxima incertidumbre hace aún más complicado el regreso a la rutina tras el periodo vacacional. Afortunadamente, podemos gestionar el estrés y la ansiedad dentro de esta nueva normalidad. Irene Giménez, Psicóloga del Institut Dra. Natalia Ribé, nos da las claves para que la vuelta al trabajo tras el descanso estival sea lo más satisfactoria (y menos estresante) posible en tiempos de pandemia.
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Aprender a sostener la incertidumbre
Cansancio, tristeza, desmotivación y apatía son algunos síntomas más comunes del conocido como síndrome posvacacional. Los días previos a la reincoporación pueden ser un verdadero quebradero de cabeza y suelen estar marcados por el estrés, la ansiedad y el malestar emocional, más con esta insólita situación de fondo. "Lograremos gestionar el estrés frente a la vuelta a la rutina aprendiendo a sostener la incertidumbre. Nada de lo que está ocurriendo depende de nosotros. Es algo externo sobre lo que no podemos ejercer ningún tipo de control", explica la psicóloga, quien recomienda utilizar herramientas que sí están a nuestro alcance, como las técnicas de control, que nos permitan rebajar los niveles de ansiedad al llegar a casa, y las técnicas de mindfulness, que nos ayudan a trabajar la atención plena, el aquí y ahora. "El fin de estas técnicas es poder disfrutar de lo que sí tenemos y no solo anhelar o añorar lo que no podemos hacer", continúa la experta.
Consejos generales
La especialista nos brinda una serie de consejos generales tras la reincorporación a la rutina para afrontar el síndrome posvacacional con la mejor de las actitudes.
- Dosificar la gestión de las tareas pendientes a nuestro regreso. Cuando nos reincorporamos al trabajo, solemos encontrarnos con cientos de correos y papeleo, y querer responder a todo a la vez nos lleva a angustiarnos. Hay que marcarse pequeñas metas e intentar ir solucionando el trabajo paso a paso. Debemos pensar que no somos los únicos que regresamos de vacaciones, de manera que el resto también necesitará de estas semanas de transición para ir adaptándose.
- Adaptarnos a las nuevas medidas de seguridad laborales del mejor modo posible. Es importante no dejarnos llevar por el pánico. Si hacemos las cosas correctamente y cumplimos con las normas, como distancia de seguridad, el lavado frecuente de manos y el uso de la mascarilla, debemos estar tranquilos.
- Intentar que la vuelta a la rutina no sea radical. Al salir del trabajo podemos optar por hacer alguna actividad parecida a la que hacíamos en vacaciones. Cualquier cosa que nos permita desconectar y nos ayude a regresar a nuestro día a día, paulatinamente.
- Realizar deporte también ayuda. El deporte hace que liberemos endorfinas y, por tanto, hace que nos sintamos mejor. Nuestra sensación de tristeza porque nuestras vacaciones han llegado a su fin será menor si dedicamos parte de nuestra jornada a movernos.
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