¿Sabías que entre el 10% y el 15% de la población mundial son zurdos? Solo en España hay unos cinco millones de personas que usan predominantemente sus extremidades izquierdas, según estadísticas recientes. La princesa Leonor es una de ellas. Como cada 13 de agosto, hoy se conmemora el día mundial del zurdo y por eso hemos querido prestar atención a esta característica que han compartido a lo largo de la historia de la humanidad miles de personas, entre ellas muchos genios como Albert Einstein o Leonardo da Vinci. Esta característica proviene de la preponderancia del hemisferio cerebral derecho, y está determinado por factores tanto genéticos como sociales. Según distintos investigadores, el hemisferio cerebral derecho, asociado a la creatividad, la genialidad y el pensamiento divergente, parece estar más activo en las personas zurdas. Pero también hay científicos que concluyen que los zurdos tienen más posibilidades de sufrir dislexia, hiperactividad o trastornos del estado de ánimo. En su libro Right-Hand, Left-Hand, Chris McManus, del University College of London, sostiene que las personas zurdas tienen una cuota por encima de la media de grandes triunfadores, debido a que sus cerebros están estructurados de manera diferente.
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El estigma de ser zurdo
Lo cierto es que, en nuestra historia, el hecho de ser zurdo ha supuesto para muchas personas un estigma, primero con fundamentos esotéricos y religiosos y, posteriormente, con explicaciones pseudocientíficas que consideraban que una persona zurda lo era porque había adquirido supuestos ‘malos hábitos’, como el uso de los cubiertos, la mano elegida para escribir o la forma de dar una patada a un balón. Tanto es así que no eran pocas las ocasiones en las que se intentaba corregir la zurdera desde la infancia, obligando a los pequeños a utilizar su mano derecha. Ese es el principal motivo por el que aún en la actualidad nos encontramos con personas diestras cuya predisposición genética era a la zurdera, pero que aprendieron a emplear sus extremidades derechas porque era lo que hacía ‘todo el mundo’, lo considerado dentro de la 'normalidad'. Ese estigma podía marcar, sin duda alguna, su personalidad, haciéndoles más inseguros.
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Un mundo pensado para diestros
La buena noticia es que, hoy en día, ya no supone un condicionante importante, pero si es cierto que vivimos en un mundo pensado para diestros, por lo que puede haber, tal y como nos cuentan los expertos de la plataforma de psicología on line Therapychat una causa de estrés cotidiano para los zurdos. El primer ejemplo es sencillo: los objetos de uso diario, en su mayoría, han sido pensados para diestros. Desde un abrelatas, a una guitarra, pasando por una silla de brazo o el pomo de una puerta. Lo cierto es que, poco a poco, los zurdos pueden encontrar objetos adaptados. “Aunque la costumbre hace que la mayoría de los zurdos acabe por emplear los mismos elementos que emplearía un diestro, para muchas cosas la incomodidad de vivir en un ‘mundo al revés’ de lo que te dicta tu cerebro es un estresor con el que lidiar. Por ejemplo, cuando un zurdo aprende a conducir en España, debe hacerlo con un coche de autoescuela que -como norma general- tendrá la palanca de cambios a la derecha”, explican. Y ponen más ejemplos, como algo tan sencillo como los tapones de rosca de las bebidas, unas tijeras, los productos de higiene personal, las medicinas o los productos de limpieza, donde los zurdos han de adaptarse obligatoriamente a la forma de abrir y cerrar las cosas, pensadas, de nuevo, para diestros. Esto ha tenido cierto componente positivo, y es que con la práctica (obligada) han adquirido destrezas, engañando a su cerebro. Por eso, podemos decir que los zurdos tienen también más capacidad de adaptación, y hay muchos de ellos que son, de hecho, ambidiestros.
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La necesidad de adaptarse
Los expertos de Therapychat también añaden que hay determinadas convenciones sociales que se convierten en un problema inevitable para los zurdos, por ejemplo, el uso de bolígrafos, rotuladores, lápices de grafito y casi cualquier elemento para escribir a mano. Y es que nuestro lenguaje y todo el sistema de signos y símbolos occidental está pensado para la escritura de izquierda a derecha, con lo cual, para escribir sin mancharse o bien, los zurdos tienen que adoptar posiciones ‘raras’ para ellos o asumir que irán con la ropa y el brazo llenos de tinta. Y si eres zurdo lo sabes: en el cole, no es extraño que tu codo haya chocado sin parar con el de tu compañero de mesa al escribir o que te haya molestado de lo lindo la espiral del cuaderno.
Las cosas, afortunadamente han ido cambiando y ya se ha dejado atrás el estigma de años pasados. Pero no hay que olvidar que la reinvención diaria que supone ser zurdo para muchas personas puede ser un desencadenante de estrés que termine generando peores consecuencias anímicas y psicológicas. “Somos afortunados de que la sociedad haya evolucionado lo suficiente como para entender que ser zurdo solo es una característica minoritaria, y no un defecto que, por el motivo que sea, haya que corregir o suprimir. No obstante, el día a día de un zurdo puede ser un pequeño reto más para algunas personas, y aunque los niveles de estrés que esto genera no suelen ser graves, sí pueden llegar a empeorar episodios estresantes mayores. Es entonces cuando la ayuda de un profesional es necesaria para dar herramientas que solventen esta situación”, cuenta Aída Rubio, psicóloga sanitaria ycoordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat.
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