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¿Se puede prevenir la cistitis siguiendo estos hábitos?

Las infecciones urinarias aumentan los meses de verano


29 de junio de 2020 - 16:48 CEST
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Nos encontramos, no hay duda, ante uno de los problemas que más afecta a la mujer. Son las infecciones del tracto urinario (ITU), como la cistitis. Sin duda, en la aparición de las conocidas e incómodas cistitis, la anatomía de la mujer influye, y es que la longitud de su uretra es reducida y, por tanto, las bacterias tienen más facilidad para llegar a la vejiga. Tanto es así, que ellas sufren diez veces más cistitis que los hombres. Y hay más datos que nos hacen reflexionar: según diferentes estadísticas, se producen unos 4 millones de casos al año y entre un 40 y un 50% de las mujeres tendrán al menos una infección del tracto urinario en su vida, siendo habitual en el comienzo de la actividad sexual y después de la menopausia. “El 25% de ellas la sufrirá de modo recurrente, siendo el verano una época de mayor incidencia, debido a la humedad acumulada en la zona que genera el ambiente ideal para el crecimiento bacteriano”, indica el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud de la Mujer, ginecólogo y presidente honorífico de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). El experto nos confirma que, durante el confinamiento, para él ha sido el principal motivo de consultas urgentes, lo que nos da una muestra de su relevancia.

 

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Un problema más frecuente en verano

Como decíamos, esta patología, provocada en un 80% de los casos por la bacteria Escherichia coli, aumenta considerablemente durante los meses de verano. Tal como explica la doctora Sandra Ortega, ginecóloga de Vithas Castellón, “existen varios factores típicos de la época estival que favorecen este tipo de infección y que aumenta en un 20% la probabilidad de cistitis en las mujeres como son el calor y sudoración, lo que hace que sea el caldo de cultivo perfecto para que proliferen las bacterias; el contacto directo con el agua fría de playas y piscinas y también la humedad permanente que se queda en la zona vaginal con la ropa de baño mojada”.

 

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Así se manifiesta

Los síntomas son bastante claros: presión en la parte inferior de la pelvis, dolor o escozor al orinar, aumento del número de micciones, urgencia miccional, así como dolor al mantener relaciones sexuales, son algunos de los síntomas que manifiesta la cistitis. Antes hacíamos mención a su aumento en los meses de verano. Sin embargo, existen otras causas atemporales como el estreñimiento o las relaciones sexuales que pueden favorecerla. Por ello, la especialista subraya “la importancia de no automedicarse y acudir al médico ante los primeros síntomas para someterse a un análisis de orina y averiguar si la Escherichia coli es el germen responsable o no, y por lo tanto a qué antibióticos es sensible la bacteria que la provoca, de esta manera también evitaremos las cistitis de repetición”.

Tal y como cuentan desde la firma de higiene íntima Chilly, aunque las razones por las que se produce este tipo de infección son muy variadas, las principales son: los pobres hábitos de higiene, la alteración de la flora vaginal por el uso de anticonceptivos, la práctica de relaciones sexuales, la resistencia a los antibióticos o una mala curación de una infección urinaria anterior.

 

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El agua, un excelente aliado

Hay aliados para intentar prevenirla al alcance de la mano. Y es que según los datos extraídos de un estudio del Dr. Thomas Hooton, director clínico de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Miami, las mujeres que contraen infecciones urinarias de forma frecuente, podrían reducir su riesgo de recaída a la mitad con un consumo superior al litro y medio de agua por día. El estudio se llevó a cabo con 140 mujeres sanas menores de 45 años, con al menos tres episodios de ITU durante el último año. Los resultados reflejan que durante un año las mujeres que bebieron más de un litro y medio de agua, sufrieron un 50% menos de infecciones, un promedio de 1,5 respecto a las mujeres que bebieron menos cantidad, que padecieron de media hasta 3.

 

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¿Se puede prevenir?

Entre las medias higiénico-dietéticas más recomendadas para prevenir y tratar la cistitis se encuentran, además de beber abundante líquido, para mantener limpio y en perfecto estado todo el tracto urinario, evitar sustancias excitantes (alcohol, cafeína), cambiar el bañador mojado tras el baño o usar ropa interior de algodón. Y también, para prevenir la cistitis es clave según la profesional de los hospitales Vithas, “regular la temperatura del aire acondicionado para que no sea excesivamente frío. Además, es fundamental no retener la orina y mantener una higiene adecuada de la zona vaginal con el uso de jabones neutros con el fin de mantener el pH de la zona vaginal”. La doctora Ortega hace especial hincapié en las relaciones sexuales y explica que “es muy importante antes de cada relación sexual que la pareja se lave bien la zona perianal y sobre todo orinar después de cada relación sexual, con el fin de eliminar posibles bacterias que hayan podido pasar a la uretra”.

 

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¿Puede echarnos una mano la alimentación?

Respecto a la alimentación, el tratamiento preventivo con arándano rojo americano, además de estar exento de efectos secundarios, contiene una sustancia llamada proantocianidina (PAC), que tiene una acción bactericida específica sobre la Escherichia coli en el intestino, evitando que ésta llegue hasta la vejiga. “También los espárragos, peras o apio por su potente acción diurética son alimentos idóneos para la prevención”, comenta la doctora Sandra Ortega. Y es que no hay que olvidar que la cistitis es causada en un 80% de los casos por dicha bacteria, “que se adhiere a las paredes del tracto urinario causando la infección, por lo tanto, para su prevención, es importante evitar esa adhesión y ahí la acción conjunta del arándano rojo y la D-manosa puede resultar eficaz”, subraya el doctor Palacios.

 

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Cómo tratarla

“El tratamiento, además de antibiótico para los casos más agudos, puede acompañarse de preparados farmacéuticos de activos vegetales o probióticos, que refuercen la terapia antibiótica, y de medidas higiénico-dietéticas”, indica el doctor Palacios. Y es que no hay que olvidar que entre los efectos secundarios de los antibióticos, “se sitúan las infecciones vaginales, por lo que es importante también mantener en buen equilibrio la flora íntima, mediante la acción de los lactobacilos, para poder prevenir estos procesos infecciosos”, apunta. Un ejemplo al que hace referencia el médico es CIS-Control Stop, de Laboratorios Arkopharma, un complemento alimenticio para el bienestar del tracto urinario cuya novedad radica en su doble fórmula a base de activos vegetales y fermentos lácticos.

 

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Cistitis en mujeres en la menopausia

Hay un momento especialmente complicado cuando llega la menopausia. Y es que según detalla la Asociación Española de Urología (AEU), el riesgo de cistitis en mujeres menopaúsicas se incrementa por cuatro si la mujer ha tenido ITU antes. La razón es que existen características propias de esta etapa que facilitan el desarrollo de esta patología. Tal como explica la especialista, “durante el climaterio las paredes del tracto urinario en la mujer se vuelven más débiles lo que facilita la adhesión de las bacterias como la Escherichia coli y a la vez el déficit de estrógenos produce que el pH de la vagina se altere y esta quede más vulnerable ante la colonización de patógenos” y resalta, además, la importancia del fortalecimiento del suelo pélvico “ya que durante la menopausia su fortaleza disminuye, lo que da lugar a una pérdida del tono muscular de la vejiga que incrementa el volumen de orina posmiccional”.

 

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