Si estás embarazada o lo has estado, seguramente habrás oído hablar de la diástasis, que se produce por la distensión del abdomen o línea alba con separación de los músculos abdominales. La diástasis no solo es lo opuesto al deseado vientre plano, sino que también produce un desplazamiento de los órganos internos. No se puede prevenir, puesto que, inevitablemente, el abdomen crecerá debido al embarazo, pero sí se puede mejorar. A pesar de que hay que tener mucha paciencia, existen ejercicios para el abdomen que pueden ayudar que nuestro vientre 'vuelva' a su sitio. Eso sí, los expertos recuerdan que tienen que estar supervisados por un fisioterapeuta.
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¿Por qué se produce la diástasis?
La causa más general de la diástasis es el crecimiento del útero durante la gestación. "Ocurre en todos los embarazos, pero algunas mujeres no logran recuperar su estado natural tras el parto. Esto puede deberse a varias causas, la propia naturaleza del tejido pero también por malos hábitos o posturas antes y durante la gestación", señala el fisioterapeuta Rafael Vicetto, director de Fisioterapia Vicetto Madrid. De hecho, pese al parto, algunas mujeres pueden tener el vientre tan abultado que parece que aún no haya dado a luz o tengan un segundo embarazo.
¿Es exclusivo de embarazadas?
Según afirma el fisioterapeuta, puede diagnosticarse también en niños, aunque esto puede ser debido a la inmadurez del tejido que, con el paso del tiempo, mejorará. "Por ejemplo, los que tienen muchos cólicos o vómitos durante el primer año, tienen más riesgo de sufrir diástasis, puesto que la zona abdominal queda más expuesta y eso puede hacer que el vientre esté más abultado", señala. También puede producirse en personas que no hayan estado embarazadas si han hecho mucho ejercicio abdominal, sin asesoramiento, o si han padecido alergias y han tosido mucho. ¿Por qué? Todo esto ejerce presión y hace que los músculos abdominales sufran más.
Lo que está claro es que el 100% de las embarazadas la padecen. Y su recuperación depende de tener claros algunos puntos. "Haber realizado mucho ejercicio abdominal, por ejemplo, puede haber dañado el tejido en el pasado. Este tipo de ejercicios así como las flexiones de troncos que se hacen inocentemente (al toser, al poner la lavadora, al atarse los zapatos) hace que el abdomen no sea competente". La competencia abdominal es la capacidad que tiene la faja abdominal y perineal para sujetar las vísceras ante las presiones y esfuerzos, contrayéndose para que la presión no se dirija a las zonas débiles.
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¿Qué consecuencias tiene la diástasis abdominal?
Cuando hay diástasis solemos perder la funcionalidad de nuestra faja abdominal, haciéndonos más vulnerables a sufrir problemas de suelo pélvico, incontinencia, lumbalgias y molestias digestivas por la pérdida de sostén de las vísceras. Pero son problemas que suele solucionarse con un tratamiento específico de fisioterapia.
En este sentido, el especialista señala que hay programas que pueden ayudar a solucionarlo. "Nosotros realizamos una valoración con ecógrafo para medir esa competencia abdominal. "Si la diástasis es de 2,5 centímetros o más sugerimos un tratamiento de 12 semanas, con faja abdominal y ejercicios hipopresivos". El fisioterapeuta recuerda que no vale buscar un tutorial de este tipo de ejercicios y hacerlos en casa, puesto que se corre el riesgo de hacerlos mal y empeorar el problema.
También se pueden realizar ejercicios de pilates, ejercicios de control/activación postural, así como trabajo abdominal específico y reeducación postural. "Lo que es imprescindible es que estén dirigidos por un fisioterapeuta, quien controlará la ejecución, así como la intensidad y la duración", concluye la fisiterapeuta Alicia Romero Nieto, de la Clínica Fisioterapia, en Madrid.
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