El verano es la época del año en la que todos sacamos nuestros pies a lucir queriendo que se vean cuidados y bonitos. Esta estación del año, la más esperada del calendario, es sinónimo de llevar sandalias e incluso andar descalza. Sin embargo, después de un invierno con calcetines gruesos, botas robustas y zapatos cerrados, los pies no suelen estar en su momento más óptimo, pudiendo presentar una pedicura descuidada y una piel seca, encallecida y, en definitiva, poco atractiva. En los meses más fríos, solemos olvidarnos de esta parte del cuerpo y de mimarla correctamente. Afortunadamente, podemos poner fin al problema siguiendo una serie de consejos para cuidar nuestros pies desde casa y que estén completamente sanos y preparados para lucir sandalias y recibir los rayos del sol.
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Agua fría
Sumergir los pies en agua fría reporta grandes beneficios. El agua fría se encarga de relajar y activar la circulación sanguínea de pies y piernas en tan solo 15 segundos, tiempo suficiente para notarlos más ligeros y menos hinchados. Después de lavarlos, asegúrate de pasar la toalla entre los dedos y la planta para eliminar toda la humedad hasta que queden completamente secos. Además de sumergirlos en agua fría, alzarlos por encima de las caderas, ya sea sentada o tumbada, es un buen ejercicio para activar la circulación.
Eliminar durezas
En invierno, suelen aparecer durezas y grietas como consecuencia del uso de calzado demasiado rígido y por el roce o la presión del pie de forma continuada. Podemos eliminar las durezas con cuidado diario y exfoliación. La solución más eficaz es ablandar la piel encallecida y gruesa poniendo los pies en remojo y, a continuación, rascar la zona de las durezas con una piedra pómez, una herramienta idónea para exfoliar, eliminar pieles muertas y acabar con todo tipo de impurezas. Otro remedio casero altamente beneficioso consiste en frotar previamente medio limón en la zona afectada para, a continuación, rascar las callosidades suavemente con la piedra.
Hidratación
Talones agrietados, pies cansados, piel seca, durezas, descamaciones, grietas… La hidratación es esencial para tener unos pies sanos y bonitos. Debemos hacerlo a diario, preferiblemente por la noche, con una crema específica y masajear la zona durante 3-4 minutos para descargar tensiones musculares y mejorar la elasticidad. La piel de los pies es cinco veces más gruesa que la de otras zonas del cuerpo, por lo que requiere de productos con una mayor concentración de componentes hidratantes. También es recomendable aplicar una crema de rápida absorción después de cada ducha.
Uñas a punto
El cuidado de las uñas no es únicamente una cuestión de estética, sino también de salud. El primer paso para una perfecta pedicura es cortar las uñas. El momento adecuado para hacerlo es tras la ducha, cuando las uñas están más blandas. Deben cortarse de forma recta y limpia, limando ligeramente los picos, para evitar que, al crecer, se claven en los laterales de los dedos. Aunque el resto del año pasan prácticamente desapercibidas, la pedicura ocupa un puesto de honor en cualquier ritual de belleza con la llegada del verano. Puedes 'colorearlas' con los tonos de moda, como el lila, el azul cielo o el ‘nude’ irisiado, u optar por los clásicos como el rojo, que funcionan bien en cualquier tipo de piel.
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