¿Eres realmente consciente de cómo colocas tu cuerpo en tu día a día? Cuando andas, cuando trabajas sentada frente a un ordenador, cuando conduces o duermes… ser consciente de tu postura y conocer cuál sería la adecuada tiene muchos beneficios. De eso trata precisamente la llamada higiene postural, de mantener una correcta posición del cuerpo con el fin de evitar lesiones, dolores y proteger, principalmente, la columna vertebral.Siguiendo una serie de normas e interiorizando movimientos puedes aprender a cuidar tu cuerpo de una manera más integral, pues la postura influye en aspectos que posiblemente no conocías, como malas digestiones o dolores de cabeza.
Un completo análisis de higiene postural no solo aborda la manera en que colocas tu cuerpo sino también en qué medida está adaptado tu entorno; si este favorece o perjudica la manera en que te mueves. El objetivo es mantener la alineación y para ello entra en juego, por ejemplo, la altura de la silla de trabajo o la distancia a la que tienes el volante del coche. Además de revisar la organización de este tipo de elementos, es muy importante dedicar un tiempo a ejercitar la espalda, pues funciona como eje principal. Tanto estirarla como fortalecer los músculos que la sujetan son dos rutinas de actividad física que no deben descuidarse y, en este sentido, el pilates es una de las disciplinas más recomendables.
Para comenzar a tomar conciencia de tu postura y aprender algunos tipos para mejorarla, toma nota de las siguientes indicaciones:
- Evita mantenerte demasiado tiempo en la misma posición, ya sea tumbado, sentado o de pie.
- Procura revisar periódicamente tu postura y cuida que la espalda esté recta, los talones y las puntas de los pies bien apoyados.
- A la hora de sentarte, ambos pies deben estar apoyados en el suelo, la cadera alineada con las rodillas y las piernas formando un ángulo de 90 grados. En cuanto a la espalda, completamente apoyada en el respaldo.
- En el caso de pasar mucho tiempo de pie, es conveniente tener uno de los pies adelantado y apoyado en algún tipo de base algo más elevada. Y muy importante, cambiar la postura frecuentemente.
- Usar zapatos cómodos, evitar los que son completamente planos y en caso de llevar tacón procura que sea bajo.
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- En el coche, la distancia con los pedales debe ser la apropiada para poder pisarlos sin tener que despegar la espalda del asiento y los brazos deben quedar ligeramente flexionados al coger el volante.
- A la hora de dormir, evita hacerlo tumbado boca abajo pues modificarás la curvatura de la espalda en la zona lumbar y te obliga a girar el cuello. Boca arriba o en posición fetal (caderas y rodillas flexionadas, con cuello y espalda alineados) son las más recomendables.
- Cuando tengas que coger un objeto del suelo, procura flexionar las rodillas y buscar apoyo auxiliar, en ningún caso doblar la espalda.
- Si es un objeto de peso a cargar, baja con la espalda recta, mantén las piernas ligeramente separadas y pega la carga contra tu cuerpo.
- Dedica tiempo a prestar atención a tu cuerpo, a planificar los movimientos y a darte cuenta de cómo tienes la postura por si fuera necesario corregirla.