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Queda poco para el verano y la operación bikini ya empieza a ser una realidad. Si te has descuidado durante durante los meses de cuarentena y no has controlado tu alimentación, seguro que estás pensando en realizar algún régimen de adelgazamiento para bajar esos kilos que te sobran. Lo primero que debes tener en mente es acudir a un nutricionista o endocrino para ver qué dieta se adecúa más a tu metabolismo y a tu nivel de vida. No todos los planes son para cualquier personas, así que saber cuál es el mejor para ti es primordial para que funcione a largo plazo y no tengas el tan odiado efecto rebote. "Si alguien las quiere hacer, debería buscar a un profesional que le ayude a ponerlo en práctica de la mejor forma posible", explica Loredana Arhip, dietista y nutricionista del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y Hospital Beata María Ana. Últimamente se ha puesto muy de moda la dieta OMAD, un plan alimenticio con 23 horas de ayuno que no convence a muchos especialistas. ¿Qué opina la experta?
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Esta dieta es muy simple: "una comida al día" u OMAD, acrónimo de su denominación en inglés (One Meal A Day). Como bien indica su nombre, el concepto es bastante fácil: significa que puedes comer solo durante una hora en un período de cuatro horas anteriormente predefinido. Según los seguidores de la misma, durante esa hora puedes ingerir todo tipo de alimento y en cualquier cantidad, pero cuando se ha acabado ese período, únicamente podrás tomar bebidas sin calorías, café o agua. Además, debes tener en cuenta alguna norma con las comidas: tienes que comer en un plato de 28 centímetros de diámetro y tu ración no debe superar los 7,6 cm de altura desde el plato. "Actualmente existe un aumento de métodos dietéticos que prometen una pérdida de peso o mejoran en el estado de ánimo, como son el ayuno intermitente o el método OMAD, pero la gran desventaja de estos es que son tan novedosos que de momento no existen estudios, ni datos, como para ser capaces de sacar conclusiones en cuanto a su seguridad o eficacia a largo plazo", explica la experta.
"Esto nos limita a la hora de poder ponerlos en práctica y recomendarlos como patrones dietéticos por sí solos. La recomendación de este tipo de dietas no se debe basar en su popularidad o por el hecho de que 'están de moda'. No olvidemos que hace unos años atrás otros planes alimenticios eran famosos en el momento, por aquel entonces se decía que eran los mejores (casi para todo), mientras que ahora ya ni las mencionamos", continúa. Los seguidores de la dieta OMAD sostienen que comemos en exceso y luego nos matamos de hambre, ignorando por completo cualquier señal de hambre o de saciedad que nos manda nuestro cuerpo. Los seres humanos se adaptaron para poder pasar largas horas entre las comidas, pero hoy en día estamos comiendo constantemente desde el desayuno hasta la cena, algo con lo que la expertas no está de acuerdo.
"En cuanto al método OMAD como tal, actualmente no hay suficiente evidencia para recomendarlo como un patrón dietético a seguir, pero si se decide realizar, es importante que sea bajo supervisión de un profesional, ya que en algunas personas vulnerables podría desencadenar un trastorno de conducta alimentaria. Es muy difícil que los métodos que se basan en ayuno cumplan con las características mencionadas anteriormente. Aparte de esto, las dietas que implican un horario muy estricto para la ingesta, son casi insostenibles a largo plazo. Primero por la dificultad de la propia persona para seguirlos, así como la incompatibilidad con los planes alimenticios de las otras personas (familiares, amigos, etc.), los horarios de trabajo o días festivos", comenta Arhip.
Es cierto que perderás mucho peso y de manera rápida, pero la experta señala que no es saludable ni sostenible para un correcto adelgazamiento. "Es importante saber también que el ayuno implica una restricción de la ingesta de alimentos durante un tiempo determinado, por lo que este periodo restrictivo como tal no se puede considerar una dieta. Además, a través de una de este tipo es muy difícil mejorar la ingesta de nutrientes, corregir hábitos alimentarios y realizar una buena educación nutricional. Independientemente del patrón dietético que se recomiende (ya que al modelo óptimo se llega desde muchas combinaciones diferentes), este tiene que seguir al menos las características mencionadas anteriormente. Como ejemplo, uno que se ciña perfectamente a estas características, es la dieta mediterránea, dada su abundancia en frutas, verduras y hortalizas, legumbres, aceite de oliva, etc. así como alimentos con una alta densidad de nutrientes y componentes no nutritivos bioactivos (antioxidantes y anticancerígenos)", recomienda la nutricionista.