Como consecuencia del coronavirus, la vida ha cambiado radicalmente para todos nosotros. Desde que el Gobierno decretara el estado de alarma y las medidas de confinamiento entraran en vigor, el pasado 15 de marzo, nos hemos visto obligados a permanecer en nuestros hogares y frenar por completo nuestra actividad. Aunque ahora estamos inmersos en un proceso de desescalada por fases para alcanzar una nueva normalidad, la pandemia de la COVID-19 ha tenido un importante impacto en los hábitos de vida saludable.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Insomnio, más visitas a la nevera, falta de ejercicio físico, mayor ingesta de alcohol... Consecuencias negativas del aislamiento que entran dentro de lo habitual en una situación de cambios, incertidumbre y preocupación, pero que, ahora que vemos la luz al final del túnel, tenemos que dejar atrás. ¡Es momento de recuperar las buenas costumbres!
Leer: ¿Teletrabajo o vuelta a la oficina? Esto es lo que quieren los trabajadores en la 'nueva normalidad'
Menos descanso
La COVID-19 nos ha quitado el sueño. O, al menos, lo ha alterado. El miedo, la preocupación, la tristeza y la incertidumbre son algunas de las emociones negativas que nos han acompañado durante el confinamiento. Tanto es así que, según un estudio realizado por la Universidad del País Vasco, un 59% de las mujeres y un 46% de los hombres ha tenido problemas relacionados con el sueño durante la crisis del coronavirus. Además, el insomnio, la ansiedad o el estrés derivados de la situación también ha provocado un notable aumento en el consumo de psicofármacos, en especial por parte de las mujeres en más de un 15%.
Menos ejercicio
Ante el cierre de gimnasios y la imposibilidad de salir de casa, una de las preocupaciones de un importante número de personas ha sido la de perder la forma física. Parecía que todos estábamos plenamente concienciados de la importancia física y mental de dedicar unos minutos al día a la práctica de ejercicio, aunque fuera en el salón de casa a través de vídeos y aplicaciones. Sin embargo, los datos nos devuelven a la realidad. Según el estudio, un 51% de los hombres y un 42% de las mujeres han reducido la actividad física que hacían antes de la cuerentena. La nota positiva es que se ha creado un movimiento a favor del deporte y un 24% de los hombres y un 32% de mujeres aseguran haber practicado más ejercicio durante el confinamiento.
Más alimentos procesados
El pasar tantas horas en casa, sumadas a la ansiedad generada por la pandemia, ha provocado que la ingesta de alimentos, en general, haya aumentado. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición estima que los españoles hemos engordado tres kilos de media los durante la cuarentena. Además de la falta de pasos diarios, las numerosas visitas a la nevera que hemos realizado a lo largo de las jornadas de 'encierro' y aburrimiento no han sido para coger verduras o piezas de fruta, sino alimentos hipercalóricos y procesados como alcohol, snacks, chocolate y comida envasada. Eso sí, también hemos dedicado más tiempo a cocinar y descubrir nuevos alimentos, una tarea que, con las prisas del día a día, se nos resistía a la inmensa mayoría.
Leer: Miedo a salir de casa tras la cuarentena: así se manifiesta el 'síndrome de la cabaña'