La crisis sanitaria del coronavirus ha marcado un antes y un después en nuestras vidas. Desde que se decretara el estado de alarma para hacer frente a la pandemia, hemos tenido que transformar radicalmente nuestros hábitos y reducir nuestra actividad. Sin embargo, aunque a veces cuesta ver el vaso medio lleno, la cuarentena ha sido una oportunidad única para aprender a valorar lo verdaderamente importante y percatarse de lo fundamental que es gozar de buena salud para poder enfrentarse a problemas que puedan surgir en el futuro. Los cambios continúan en esta nueva normalidad, en la que los alimentos ecológicos podrían tener un papel protagonista.
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Disparo en el consumo
La crisis sanitaria podría disparar el consumo de alimentos ecológicos, que son aquellos que se han obtenido mediante métodos agrícolas respetuosos con el medio ambiente y que no han sido alterados artificialmente. "La crisis sanitaria podría disparar el consumo de productos ecológicos, habida cuenta de que este tipo de alimentación es la que mejor nos inmuniza ante hipotéticos o nuevos virus", ha asegurado la presidenta de la Asociación Vida Sana y directora de Biocultura, Ángeles Parra. Según ha indicado la presidenta, a raíz de la pandemia, una parte de la población podría optar por consumir solo alimentos ecológicos para "tener un sistema inmune muy fuerte y enfrentarse así a nuevos problemas en el futuro". Según ha apuntado Parra, el gasto anual en alimentación orgánica se ha duplicado en cuatro años: "Llevamos ya un tiempo en el Top Ten del consumo mundial de productos orgánicos y, hasta la fecha, éramos sólo productores. Ahora somos también consumidores".
No obstante, no todos son buenas noticias para el sector alimentario bio. La alarmante crisis sanitaria ha venido acompañado por una durísima crisis económica, que ha golpeado en los bolsillos de muchas personas, que han perdido sus puestos de trabajo o han visto reducidos sus ingresos. Los alimentos ecológicos resultan más caros que los artificiales, aunque los productos eco más demandados, como huevos, lácteos, frutas y verduras, pueden encontrarse a buen precio en diferentes cadenas de supermercados. Además, los pequeños productores también están sufriendo las consecuencias de la recesión.
Nuevo perfil del consumidor 'eco'
Algo que también ha transformado el coronavirus es el perfil del consumidor de alimentos sostenibles. Hasta hace no tanto tiempo, eran las personas entre 35 y 50 años las que se mantenían fieles a una alimentación ecológica. Sin embargo, los millennials han ido ganando terreno y, según la Asociación Vida Sana, ya representan al 30% de los consumidores de productos ecológicos. Esta generación, explica Parra, cambia drásticamente sus hábitos de consumo cuando se inician en la maternidad y la paternidad. Todo hace pronosticar que la tendencia por la cesta sostenible seguirá en alza, aunque "seguro que habrá cambios".