Cada vez somos más conscientes del 'superpoder' de los alimentos. No solo nos aportan los nutrientes necesarios para hacer frente a las actividades diarias, prevenir enfermedades y conseguir un peso ideal, sino que también se encargan de poner en marcha nuestro organismo y aportarnos infinidad de beneficios, desde tener una piel más bonita hasta proporcionarnos un 'chute' extra de energía y mejorar la salud del pelo o las uñas. Desde hace relativamente pocos años, hemos ido ampliando nuestra despensas e introduciendo productos como kale, bulgur, quinoa, chía o açai que cargan de nutrientes, sabor y color nuestros platos. Uno de los alimentos, tan desconocidos como sanos, que ha entrado ya a formar parte de las estanterías de los establecimientos es la levadura de cerveza.
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¿Qué es la levadura de cerveza?
La levadura de cerveza es un tipo de hongo unicelular que se obtiene de la descomposición de la malta o la cebada y posee múltiples propiedades saludables para el organismo. No contiene alcohol, ni azucares, ni gluten y se puede encontrar fácilmente en supermercados y herbolarios en polvo, escamas o copos. También se comercializa en forma de cápsulas o comprimidos, como suplemento nutricional. Se trata de un condimento con un sabor originariamente amargo, aunque el grado dependerá de la marca. La levadura de cerveza resulta altamente nutritiva, ya que contiene proteínas de alto valor biológico, fósforo y vitaminas del complejo B.
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Contribuye a reducir el nivel de colesterol de alta densidad, el conocido como 'colesterol malo', produce un fortalecimiento del sistema inmunológico, mantiene fuertes corazón y sistema arterial, ayuda a mantener estable la tensión arterial y mejora la textura, fortaleza e hidratación de la piel, el cabello y las uñas. La levadura de cerveza es rica en fibra dietética, por lo que combate el estreñimiento y favorece el desarrollo de la flora bacteriana intestinal. Además, su elevado contenido en vitamina B2, aminoácidos y minerales hace que este producto aporte una cantidad de energía elevada.
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¿Cómo incluirla en la dieta?
La levadura de cerveza tiene hoy en día múltiples posibilidades de uso en la cocina. Los expertos recomiendan tomar de dos a tres cucharadas diarias, acompañadas de otros alimentos en el desayuno, almuerzo y cena para una mejor absorción, aunque se aconseja su toma por las mañanas para poner a raya el cansancio o la fatiga. Se suele utilizar como condimento en todo tipo de platos, a los que aporta un sabor muy especial. Desde ensaladas, cremas, guisos y sopas, hasta tostadas, batidos, pastas e incluso rebozados. También se suele utilizar para la elaboración de pan o como sustituto al queso por su fuerte aroma.
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¿Tiene algún tipo de contraindicaciones?
No obstante, aunque su consumo no suele suponer ningún problema, se recomienda consultar siempre con un médico antes de incluirla en la dieta. En primer lugar, aquellas personas que sean alérgicas a la levadura deben evitar consumirla porque puede provocar urticarias, erupciones o inflamaciones. Además, hay que tener en cuenta que puede interaccionar con determinados medicamentos como, por ejemplo, en el caso de los antidepresivos, algunos de estos fármacos pueden ser inhibidores de la monoamino oxidasa; debido a que la levadura de cerveza contiene tiramina, esta puede provocar una reacción si se mezcla con estos medicamentos. De igual modo hay que evitar mezclarla con ciertos analgésicos, como la meperidina porque puede provocar un aumento de la presión arterial. Finalmente, si se está embarazada o en periodo de lactancia, conviene consultar con el especialista si es aconsejable incluirla en la dieta.