La llegada del calor y las altas temperaturas suele ser sinónimo de bajadas de tensión que pueden provocar lipotimias o síncopes. Mientras que este último es una pérdida brusca y temporal de la consciencia, de duración breve y con recuperación espontánea, la lipotimia es un desvanecimiento, pero sin llegar a la pérdida total de la consciencia. Y aunque el calor es precisamente una de las causas por las que se produce un desmayo o una lipotimia, no es la única. Problemas cardiacos, cambios bruscos de postura (pasar de estar tumbado o sentado a estar de pie), una bajada de azúcar en sangre o el consumo de ciertos fármacos, alcohol o drogas también pueden provocarlo. Igualmente el estrés, un dolor agudo, tos o estornudos con fuerza o realizar ejercicio físico de alta intensidad también pueden provocar desmayos.
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Hay personas que son más propensas a sufrir bajadas de tensión, por lo que es necesario identificar los síntomas previos, de tal manera que si reconocemos la inminencia de un desmayo, aunque no podamos prevenir la bajada tensión, sí evitaremos una caída que pueda provocar traumatismos o fracturas. Es importante saber actuar no solo ante los primeros síntomas de una bajada de tensión, sino también en caso de pérdida de consciencia, empezando por mantener la calma, algo vital para poder ayudar a la persona que se haya desmayado o que haya perdido la consciencia.
Qué hacer ante una bajada de tensión
- Si la persona afectada está al sol hay que llevarla a un lugar con sombra. O si se encuentra en un lugar caluroso o muy concurrido, hay que conducirla a un sitio donde pueda tomar el aire fresco.
- Recuéstala de manera inmediata, aunque también es útil para restablecer la tensión que se siente cruzando las piernas, bajando la cabeza y cerrando los puños con fuerza. Si eres tú quien tiene los síntomas, avisa de lo que te ocurre a quien tengas alrededor.
- Túmbala con los pies en alto formando un ángulo de 45º con las piernas respecto al suelo (colocar algún apoyo bajo sus piernas puede ayudar a conseguir esta postura). Es importante que la persona que haya sufrido la bajada de tensión permanezca en esta posición unos minutos para facilitar el flujo sanguíneo y la oxigenación.
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- Hay que ayudarle a que respire mejor. Para conseguirlo hay que quitarle o aflojarle las prendas que le opriman el cuello o el pecho (corbata, bufanda, camisa) y en la medida de lo posible, abanicarle. Es importante evitar las aglomeraciones de personas a su alrededor.
- Si la persona afectada se mantiene consciente y en condiciones de ingerir líquido se le puede ofrecer agua, café, té o una bebida azucarada, que aumentará la concentración de glucosa en la sangre y le ayudará a recuperarse.
Cómo actuar ante un persona inconsciente
Es primordial no dejarse llevar por el pánico y los nervios de ver a una persona inconsciente.
- Hay que comprobar que respira y llevarla a un lugar seguro y tranquilo. Una vez allí, aflójale las prendas que le puedan comprimir el cuello o el pecho.
- Túmbale con la cabeza ligeramente ladeada y eleva sus pies por encima del corazón.
- Si vomita, colócale en posición lateral de seguridad (de cúbito supino), para así evitar que lo aspire y se atragante.
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- No debes suministrarle líquido o alimento.
- Espera a que se recupere completamente y cuando lo haga, ayúdale a incorporarse lentamente. En caso de que no recupere la consciencia en unos minutos hay que llamar a emergencias.
- Si no respira y no hay latido, hay que llamar de inmediato al 112 y a continuación iniciar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). En caso de que estés acompañado de alguien más, podéis ahorrar unos segundos si uno se encarga de avisar a emergencias y el otro hace la RCP.
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