Tener una mascota en casa significa mucho más que tener un compañero. Para los mayores supone un apoyo emocional, y para los más pequeños un amigo 'peludo' que está su lado en todas sus aventuras. Sus beneficios para el bienestar de adultos y niños son múltiples y bien conocidos, pero según un estudio de la Universidad de Alberta, en Canadá, convivir con una mascota (en concreto, perros y gatos) es también positivo para las mujeres embarazadas. Y en especial para sus bebés.
El estudio, elaborado por la universidad canadiense a unos 800 bebés, descubrió que tener un perro o un gato durante el embarazo había supuesto unos beneficios muy interesantes para la salud de los pequeños. A diferencia de las gestantes que no contaban con mascotas, aquellas que convivían con una desarrollaron más Ruminococcus y Oscillospora, dos bacterias intestinales beneficiosas para los bebés, que reducen el riesgo de que padezcan enfermedades respiratorias, como alergias o asma, y otros problemas de salud como el sobrepeso.
Desarrolla el sistema inmunológico de los bebés
Esto se debe a que cuando los canes o mininos corren, buscan comida o cavan en la tierra, transportan dichas bacterias, trayéndolas "desde afuera, adentro" y éstas tienden a acumularse en el polvo y la suciedad, según asegura Anita Kozyrskyj profesora de Pediatría en la Universidad de Alberta. Lo que también vendría a demostrar que, aunque mantener la limpieza del hogar es necesario, pese a la creencia común, tampoco hay que excederse. Siempre que entre dentro de los parámetros habituales de higiene, una mascota no provocará ningún problema al embarazo y al futuro bebé. Todo lo contrario.
La experta admite que es lógico que los padres se preocupen porque algunas bacterias son patógenas y peligrosas para los pequeños, pero considera que se ha desarrollado "una obsesión" por la higiene que ha provocado el aumento de problemas como la alergia o el asma. Es más, apunta a que la interacción con las bacterias es necesaria para el desarrollo del sistema inmunológico del pequeño, las defensas naturales del cuerpo humano a la hora de enfrentarse a infecciones. Por último, el estudio también ponía de relieve que esta convivencia entre mascotas y embarazadas disminuía las posibilidades de que la futura mamá transmita una infección estreptocócica durante el parto, que puede causar problemas tan graves como neumonía en los recién nacidos. Infecciones de la piel, septicemias, endocarditis o faringitis se incluyen en estos casos.
Responsables y con capacidad de cuidar
Estos beneficios para la salud de los más pequeños se suman a las habilidades sociales y emocionales que adquerirán al crecer junto a mascotas como perros o gatos. Los niños muestran un sentido de la responsabilidad con sus mejores amigos, comprendiendo rápidamente que son los encargados de cuidar varios aspectos de su vida. La empatía y el respeto por los demas se ven potenciados gracias a estos acompañantes peludos.