La pandemia del coronavirus ha transformado por completo nuestras vidas. Desde que se decretara el estado de alarma, nos hemos tenido que aislar en nuestras casas para evitar la propagación del virus. Afortunadamente, los datos de las últimas semanas invitan a no perder la esperanza y se ha comenzado un proceso de desescalada con el que ir recuperando, de forma escalonada, nuestra actividad habitual. Las peluquerías, los pequeños comercios o las terrazas son algunos de los establecimientos que han vuelto a subir la persiana, con estrictas medidas de higiene y prevención, limitaciones de aforo, distancias de seguridad, citas previas y otra serie de normas de obligado cumplimiento. Después de semanas y semanas ejercitándonos en el salón de nuestros hogares, los gimnasios son otros de los espacios a los que la inmensa mayoría deseamos volver a disfrutar.
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Sin embargo, al igual que ocurre con el resto de servicios, son muchos los interrogantes acerca de cómo será este esperadísimo regreso en la 'nueva normalidad'. En nuestro país, hay más de 4.700 centros deportivos que se están preparando para volver a abrir sus puertas con ilusión y ganas, pero también con un sinfín de dudas. Aunque aún no hay fecha oficial de apertura, los gimnasios se están adelantando al futuro y están diseñando cómo seran sus instalaciones en la era post COVID-19, en la que el aforo y la limpieza marcarán la gran diferencia.
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Menos aforos y más limpieza
Las salas de musculación llenas, los turnos para utilizar una máquina o las 'peleas' por reservar una plaza en una clase colectiva son cosa del pasado. La Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID) ha desarrollado un protocolo de medidas para transformar el funcionamiento de los centros de entrenamiento en la nueva realidad post-confinamiento, con el objetivo de que la vuelta se realice de forma escalonada, prudente y responsable. La reducción del aforo total de las instalaciones en un 30%, dejándolo en el 70% que marca la licencia de actividad, es la principal norma que se llevará a cabo. Para garantizar la distancia social de un metro y medio en la sala de máquinas, proponen "la separación o alternancia de máquinas y equipamiento, el marcado del suelo o la vigilancia por parte del personal".
Lo mismo ocurre en las clases grupales, en las que también se limitará notablemente el aforo para garantizar un espacio mínimo de 2x2 metros por cada alumno, sin contar con el profesor. Una de las propuestas más llamativas de este nuevo plan es que todas las actividades que se puedan trasladar al exterior se realizarán al aire libre.
El uso de la toalla por parte de los clientes será obligatorio y también se limitará en un 50% el aforo en los vestuarios, donde se aconseja alternar las duchas y, en la medida de lo posible, no usar los secadores de pelo y manos. Por supuesto, la limpieza y desinfección de las máquinas y el material de entrenamiento se realizará de forma habitual para asegurar la protección de los usuarios y también la de los empleados.
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