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¿Qué lecciones positivas podemos sacar del confinamiento?


8 de mayo de 2020 - 15:35 CEST
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Llevamos semanas en las que la incertidumbre, la ansiedad, el desánimo se han convertido en nuestros compañeros de viaje. La crisis sanitaria motivada por el coronavirus nos ha sumido en la desesperanza por una situación inesperada e insólita, casi de ciencia ficción. Pero los expertos insisten en que de todo se aprende y todas las situaciones vividas nos pueden dejar lecciones positivas. Factores psicológicos como la resiliencia, la variabilidad emocional o los marcadores de biorritmos serán clave para adaptarnos y superar una situación sin precedentes, en la que ha primado el aislamiento social, según los científicos.

 

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Consecuencias psicológicas

Hay que partir de que esta situación dejará consecuencias a nivel psicológico. De eso no hay ninguna duda. Y es que el hecho de estar ‘encerrados’ durante semanas influye. Para Rosa María Baños, catedrática de psicopatología de la Universidad de Valencia y consejera de la Fundación Gadea por la Ciencia, “el confinamiento tendrá efectos psicológicos sobre las personas por el mero hecho de restringir sus movimientos o desplazamientos, porque no estamos programados para estar en espacios cerrados”.


Además, conviene tener en cuenta que “la situación presenta algunos agravantes. El nuevo escenario está motivado por un contexto de peligro externo que añade mucho más estrés y, por otro lado, el confinamiento hace que perdamos contacto con ciertos marcadores de tiempo que nos ayudan a determinar nuestros biorritmos y a estabilizar el estado de ánimo, como la luz natural o el contacto con la naturaleza. Todo ello conduce a respuestas emocionales de miedo, ansiedad y preocupación que, al prolongarse en el tiempo, nos llevarán a estados de ánimo inestables, en los que todo se intensifica y experimentaremos cascadas de emociones muy variadas”.

 

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Una gran capacidad de adaptación

Pero, como decíamos, hay que centrarse en lo positivo. Y es que hasta de lo malo se puede sacar algo bueno. “Aunque la situación tendrá un efecto negativo, no es incompatible con el desarrollo de ciertos efectos positivos. El ser humano tiene una gran capacidad de adaptación y lo hemos demostrado a lo largo de la historia. Más allá de las variaciones emocionales o los problemas de convivencia que puedan derivarse, ya que no estamos acostumbrados a convivir 24 horas con las mismas personas, hay que tener en cuenta las capacidades de afrontamiento que tienen todas las personas y las facilidades de adaptación de algunas de ellas, algo que se conoce como resiliencia”, explica la experta.

 

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Sacar lecciones tras el estrés

Lo que está claro es que se darán casos en algunas personas de estrés postraumático, derivado de una situación como la que nos ha tocado vivir, pero también existen otras personas que, basándose en su experiencia, después de vivir estas situaciones crecen y mejoran. “Digamos que la situación traumática les ayuda a cambiar profundamente su manera de relacionarse con ellos mismos y su entorno, su sentido de la vida, y la manera que tienen de percibir el mundo”, apunta, matizando, eso sí, que “este crecimiento postraumático y los cambios positivos que se derivan de él, no quiere decir que todo se vea de forma positiva, sino que se extrae un gran aprendizaje de todo esto y esto hace que las personas salgan más fortalecidas”. En definitiva, aclara, “sacaremos lecciones, no solo a nivel individual, sino también colectivo y social”.

 

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Personas más vulnerables

Eso sí, hay personas más vulnerables que hay que tener muy en cuenta tras esta situación de confinamiento.  La experta cita a aquellas que padecen trastornos mentales, de personalidad o adicciones y cuyos problemas a raíz del confinamiento, se pueden intensificar. “Y por otro lado, nuestra respuesta al estrés también dependerá de los recursos materiales y sociales de los que dispongamos durante este periodo. Estos aspectos también son muy importantes, como la red social de la que disponemos, el número de personas con las que convivimos y la relación que mantenemos con ellas, el espacio personal e íntimo, las zonas del hogar al aire libre, etc.”

 

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La ayuda de las nuevas tecnologías

Para sobrellevar mejor las numerosas complicaciones que plantea esta situación que nos ha pillado a todos con el pie cambiado, hay que tener en cuenta cómo nos pueden ayudar, por ejemplo, las nuevas tecnologías. Baños explica que, exceptuando situaciones de mal uso, “sirven para acercarnos a nuestro entorno y eliminar barreras como la soledad o el distanciamiento social”.

 

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Buscar recursos para encontrarnos mejor

Mucho te hemos hablado de la importancia, pese a que nuestra situación personal haya cambiado por encontrarnos en paro o teletrabajando en casa, de instaurar una cierta rutina y disciplina en lo que hacemos, pero con cierta mesura, algo que confirma la experta, que anima, por ejemplo, a seguir poniéndonos el despertador para mantener horarios de sueño, tener periodos de ejercicio y descanso, una alimentación saludable o la posibilidad de tener tiempo de relax.


“Pero incluso para estas recomendaciones no existen prescripciones generalizadas que sirvan del mismo modo a todo el mundo. Nadie mejor que uno mismo conoce los recursos que le ayudan a encontrarse bien y regular sus emociones. Debemos identificarlos y ponerlos en marcha”. Sin embargo, no podemos olvidarnos de que “lo que hoy es una crisis sanitaria, conducirá con toda probabilidad a una crisis económica que añadirá nuevos estresores, por lo que tendremos que seguir haciendo frente a nuevos problemas con un fuerte impacto sobre cada uno de nosotros”. Toca ponerse en marcha para trabajar este aspecto.