Han pasado más de 50 días confinados en casa pero, poco a poco, vamos viendo la luz al final del túnel. Queda mucho camino por recorrer, pero ya tenemos la posibilidad de salir a hacer ejercicio y a pasear tras semanas sin pisar apenas la calle. Todos tenemos ganas de recuperar poco a poco nuestra forma física, pero hay que hacerlo con sentido común para evitar problemas. Además de seguir las indicaciones concretas de las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus durante la realización de estas actividades, la Fundación Española del Corazón (FEC) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) recuerdan la importancia de hacer deporte de forma segura también para nuestra salud cardiovascular, para la que el ejercicio físico es un pilar fundamental.
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Los efectos del parón en nuestra salud
Y es que quien más quien menos se ha visto obligado a hacer un paréntesis en su rutina habitual. Y el hecho de dejar de hacer deporte, de mantenerse activo, incluso durante periodos cortos de tiempo como el confinamiento, puede tener consecuencias para nuestra salud. “Cuando dejamos de hacer ejercicio aparece una desadaptación cardiaca y vascular, lo que lleva a una subida de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial”, indica el Dr. Domingo Pascual Figal, del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la SEC. “Se ven perjudicados otros órganos, sobre todo a nivel osteomuscular, haciendo que el sistema cardiovascular se vea sometido a un mayor esfuerzo ante un ejercicio similar al que estábamos acostumbrados antes del confinamiento”, añade.
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Retomar el ejercicio de forma progresiva
La solución, por lo tanto, es retomar la actividad física de forma gradual y controlada para evitar a su vez problemas a nivel cardiovascular. Y el doctor Pascual Figal pone incluso una cifra: “No deberíamos plantearnos hacer lo que hacíamos antes del confinamiento en un periodo inferior al tiempo que hemos estado confinados”. Por lo tanto, debemos ir avanzando a lo largo de aproximadamente esos 50 días para recuperar nuestro nivel de actividad. Los expertos apuntan a que la vuelta al ejercicio supone, además de un mayor incremento en la respuesta de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, una mayor elevación de las catecolaminas, unas sustancias que pueden llevar a desencadenar arritmias e, incluso, un infarto agudo de miocardio. La clave está en la moderación. “Si salimos a caminar y nos sometemos a un esfuerzo moderado, la subida de frecuencia cardiaca y de la presión arterial van a ser también moderadas y no se va a producir un gran estrés fisiológico”, detalla el cardiólogo. Por el contrario, si un sistema cardiovascular desadaptado se enfrenta a una salida brusca a hacer deporte después de semanas en las que hemos perdido el hábito, “la respuesta de ese sistema va a ser exagerada de tal forma que subirán mucho las pulsaciones, la presión arterial y aumentarán las catecolaminas, la adrenalina y la noradrenalina. Todo esto puede provocar la rotura de placas de ateroma en las arterias coronarias produciendo un infarto agudo de miocardio”.
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¿Cuánto deporte hacías antes del confinamiento?
Los expertos nos animan a tener en cuenta dos conceptos importantes cuando nos planteamos retomar el ejercicio físico: el volumen y la intensidad. Y hay que partir de nuestra condición física antes de la pandemia. “Hay que tener muy en cuenta lo que hacíamos antes. No es lo mismo la desadaptación de una persona que antes hacía deporte a diario, que la de otra que lo hacía tres días en semana”, puntualiza en primer lugar el experto. Aunque se puede aumentar progresivamente el volumen de ejercicio hay que limitar su intensidad. “Esto quiere decir que si antes salíamos a caminar o correr tres días en semana, ahora podemos salir todos los días de forma que aumentamos el volumen, pero con una intensidad disminuida, leve o moderada en estas fases iniciales”, apunta el cardiólogo. Además, aumentar el volumen, entendido como duración, va a permitir una readaptación al ejercicio físico más rápida.
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¿Con o sin mascarilla?
Muchas personas se han preguntado si conviene hacer deporte con mascarilla o no. Hay diversas opiniones, y si bien hay expertos en running que apuestan por su uso, desde la Fundación Española del Corazón destacan que la oxigenación es fundamental a la hora de hacer ejercicio. “Si no hay una buena oxigenación vamos a someternos a un mayor estrés y el ejercicio puede ser más contraproducente”, indica el doctor. ¿Qué alternativa tenemos si queremos prevenir el contagio? En su opinión, “lo ideal, más que el uso de mascarilla, es mantener la distancia de seguridad”.
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Muy atento a los síntomas de alerta
Los expertos en salud cardiovascular apuntan que la mayor parte de síntomas que nos indican que se está produciendo un problema en el corazón, como pueden ser la disnea o la angina de pecho, entre otros, aparecen durante la práctica de ejercicio. Y el problema es aún mayor en personas mayores o con patologías cardiacas previas, pues el hecho de haber estado inactivas puede haber llevado a un empeoramiento de estas enfermedades y que este haya pasado desapercibido. De ahí que los cardiólogos insistan en la importancia de prestar atención a la posible presencia de estos síntomas durante la vuelta a la actividad física, y en el caso de que veamos señales de alarma, consultar con nuestro médico de forma inmediata. También aquellas personas con factores de riesgo cardiovascular deben mantener un control y seguimiento de los mismos, en especial de la presión arterial, al en el momento en el que vuelvan a hacer ejercicio.