Seguro que habrás escuchado hablar en muchas ocasiones de la pirámide alimentaria o nutricional, una gráfica que los nutricionistas utilizan como herramienta para explicar los diferentes grupos de alimentos que existen y su frecuencia de consumo para mantener una dieta equilibrada, variada y sana, algo fundamental en estos tiempos de confinamiento debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Esta pirámide se ha ido adaptando a los nuevos tiempos y a los cambios en la forma de vida, consiguiendo aportar cada vez más información acerca de un estilo de vida saludable, en el que no se debe prohibir nada, pero se debe adquirir un equilibrio correcto en el consumo de los diferentes alimentos.
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¿Cómo debemos interpretar la pirámide nutricional?
Lo primero que debemos de tener claro es que la pirámide nutricional se debe leer desde la base hacia arriba, siendo los alimentos que se encuentran en el primer escalón o el más grande los que se deben consumir con más frecuencia.
En esta nueva pirámide, además de añadir el ejercicio diario y el consumo de agua todos los días, mínimo 1-1,5 litro (de 4 a 6 vasos de agua al día), también hace hincapié en la importancia de mantener un estado emocional y mental saludable, cocinar utilizando técnicas culinarias sanas (vapor, horno, asado, cocido, hervido, al papillote, etc) y mantener un control calórico o energético al igual que del peso.
Si seguimos, veremos que esta pirámide aporta más alimentos vegetales recomendando aumentar su frecuencia de consumo y, disminuye, en su justa medida los productos de origen animal. En la base como siempre se encuentran los cereales, preferiblemente, integrales (pasta, arroz, pan, cereales…), ya que debemos consumirlos a diario. Pero esta nueva pirámide añade también a este grupo las legumbres y semillas. Y es que la pirámide anterior igualaba el aporte de proteína de origen vegetal al animal, debiendo consumirse ambos en un 50% y ahora, según la OMS, debemos aportar a través de la alimentación un 75% de proteína de origen vegetal y un 25% de origen animal.
Las frutas y verduras deben ser la base de nuestra alimentación. Demos ingerir 5 raciones al día (3 de fruta y 2 de verdura).
Igualmente, recomienda el consumo de 2-3 lácteos al día y alimentos de origen animal 1 a 3 veces al día, alternando entre carne, pescado y huevos, siendo más saludable el pescado y los huevos que la carne.
Los procesados, bollería y alimentos, por lo general ricos en sal, grasas saturadas y azúcares, deben consumirse ocasionalmente, al igual que las bebidas alcohólicas.
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También son importantes los suplementos
En esta nueva pirámide aparece por primera vez un nuevo concepto, el de los suplementos, nombrando la vitamina D como el más importante por regla general. Y es que a pesar de vivir en un país soleado, el déficit en vitamina D lo sufre un porcentaje muy alto de la población.
Se cree que esto es debido a un cambio en el estilo de vida, ya que estamos siempre en lugares cerrados (gimnasio, oficina, coche, etc) además de algún posible caso de problemas de absorción. Con lo cual, la suplementación empieza a ser una opción para aquellas personas que por el motivo que sea no pueden cubrir sus necesidades nutricionales. En estos días de confinamiento, el déficit se puede hacer más evidente.
En resumen, esta nueva pirámide hace más referencia al consumo de vegetales y menos a los de origen animal, añade la importancia del estado emocional y las técnicas culinarias y hace hincapié en la importancia de la suplementación para quien lo necesite.
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