La displasia de cadera es un problema de salud frecuente que afecta a nuestras mascotas. Es una enfermedad degenerativa y hereditaria, pero si sabes un poco más sobre ella podrás ayudar a tu perro con ejercicios capaces de aliviar su malestar.
¿Qué es la displasia de cadera y cómo detectarla?
La displasia de cadera es una unión inadecuada entre la cavidad articular y la cabeza del fémur. Es una de las patologías más frecuentes en los perros, algunas razas como el labrador retriever, el setter irlandés, el pastor alemán, el doberman, el dálmata y el bóxer son más propensas a padecerla. Esto no significa que otras razas no padezcan esta anomalía.
Es una malformación genética y hereditaria, aunque notes cierto comportamiento en tu mascota que te haga sospechar que tiene displasia, siempre recurre al veterinario. Otros factores como el crecimiento acelerado, una alimentación exagerada en proteínas o la actividad física desmedida e inapropiada para tu perro durante su juventud, pueden propiciar la aparición de esta enfermedad.
Algunas conductas son muy representativas de perros que sufren de displasia de cadera, como que le cueste mantenerse de pie, incluso después de haber estado mucho tiempo tumbado, o que los paseos ya no lo predisponga como antes porque se cansa con facilidad.
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¿Cómo puedes ayudarlo?
Cuanto más conozcas sobre la displasia de cadera y cómo afecta a los perros más preparada estarás para ayudarlo durante el post operatorio o en la etapa previa a la operación. Los masajes son agradables para los perros porque alivian el dolor pero recuerda que ni los masajes ni ningún ejercicio para perros con displasia debe causarle dolor a tu mascota.
Los ejercicios están orientados a fortalecer los músculos, especialmente los relacionados con la estabilidad y la movilidad. Si notas que estos no alivian el malestar de tu perro es probable que algo estés haciendo mal, recurre al veterinario para que te ayude con ellos. En ocasiones, ante el dolor, los animales dejan de realizar ese movimiento, si esto ocurre con tu perro podría terminar desencadenando una atrofia de la parte trasera.
Ejercicios que fortalecen los músculos y alivian el dolor
Existen dos clases de ejercicios que podemos realizar con un perro que tiene displasia de cadera, los pasivos y los activos. Los primeros se aplican durante la etapa previa a la operación o cuando el perro está recién operado. Como su nombre indica son ejercicios lentos que no pretenden la movilidad del animal, sino el trabajo puntual en la zona. Por el contrario, los ejercicios activos se realizan, generalmente, cuando ya han pasado varias semanas de la operación o el animal tiene mayor movilidad.
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Coloca una mano en la cadera de tu mascota y con la otra ayuda a que flexione y extienda una de sus patas hasta la altura de la cadera. Al principio deberás hacerlo muy suavemente para no añadir más dolor, pero a medida que los músculos se calientan puedes aumentar el ritmo. Se recomienda hacer este ejercicio unas diez veces con cada pata. Otra actividad que alivia y mejora este problema es realizar un movimiento de cadera alejando y acercando una de sus patas al tronco.
Una vez que tu perro ya se siente mejor, los ejercicios activos le resultarán divertidos y entretenidos. El slalom es una de las actividades preferidas de los perros. Consiste en poner obstáculos en su camino para lograr que haga un zigzag al recorrerlo.
La hidroterapia es otra de las actividades recomendadas para perros con displasia porque el agua favorece el trabajo de fortalecimiento de los músculos sin aumentar su dolor. No dudes en consultar con el veterinario para que sea él quien aconseje el momento adecuado y la rutina de entrenamiento que debe tener tu perro según sus condiciones particulares.
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