Desde que se desatara la crisis del coronavirus, numerosos estudios han abordado la relación entre el virus y la problemática ambiental. Las medidas de confinamiento tomadas por los distintos Gobiernos internacionales han puesto de manifiesto que los niveles de contaminación en el mundo se han reducido drásticamente. Sin embargo, los investigadores han ido más allá y han confirmado que existe una asociación directa entre la polución del aire y la incidencia de la Covid-19. Los pacientes con la enfermedad que viven en áreas que sufrían altos niveles de contaminación del aire antes de la pandemia tienen más posibilidades de morir por la infección que aquellos que residen en zonas más limpias. Esta es la principal conclusión de un estudio abordado por la Universidad Halle-Wittenberg, en Alemania, y publicado en la revista Science of the Total Environment.
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Altos niveles de contaminación y bajos niveles de movimiento del aire
Según la investigación, dirigida por Yaron Ogen, el 78% de las 4.443 muertes registradas en un solo día en Europa (19 de marzo) ocurrieron en cinco áreas específicas con altos niveles de dióxido de nitrógeno, un contaminante del aire que daña el aparato respiratorio: cuatro regiones del norte de Italia y Madrid. "Puesto que el nuevo coronavirus también afecta al aparato respiratorio, es razonable suponer que podría haber una correlación entre la contaminación del aire y el número de muertes por Covid-19·, apunta el geocientífico. "Estos resultados indican que la exposición larga a las partículas contaminantes puede ser uno de los factores que más contribuyan a la mortalidad del coronavirus, no sólo en estas regiones, sino en el resto del mundo", asegura.
Para llevar a cabo el estudio, Ogen combinó tres tipos de datos. Primero, los niveles de contaminación por regiones y los flujos de aire verticales. El experto explica que, si el aire está en movimiento, los contaminantes cerca del suelo también están más dispersos. Sin embargo, si el aire tiende a permanecer cerca del suelo, es más probable que sean inhalados por humanos en mayores cantidades. Así, el investigador pudo encontrar los puntos calientes con altos niveles de contaminación del aire y, simultáneamente, bajos niveles de movimiento del aire. Por último, comparó estos datos con las muertes relacionadas con el virus. "Cuando observamos el norte de Italia, el área alrededor de Madrid y la provincia de Hubei (China), por ejemplo, todos tienen algo en común: están rodeados de montañas. Esto hace que sea aún más probable que el aire en estas regiones sea estable y los niveles de contaminación son más altos", explica.
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'Envenenar el medio ambiente significa envenenar nuestro propio cuerpo'
"Envenenar el medio ambiente significa envenenar nuestro propio cuerpo y limitar su habilidad para defenderse ante infecciones en situaciones de estrés respiratorio crónico", incide el experto tras la publicación del novedoso estudioso. No obstante, Yaron Ogen no ha sido el único en abordar la relación directa entre contaminación, el enemigo número uno de la salud pública en el mundo para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la incidencia del virus. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard también establece una conexión entre la mortalidad del coronavirus y las regiones con más altos niveles de dióxido de nitrógeno, provenientes sobre todo de las emisiones del tráfico y las calefacciones.
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