Llega el final del día y no caminas bien, sino que arrastras las piernas porque te pesan como dos pilares de hormigón. Es una experiencia muy común que afecta al 80% de las mujeres, pero también a muchos hombres y que suele ir acompañada por calor, hormigueo, calambres e inflamación en la zona de los tobillos. El origen del problema está en que las venas de esta zona tienen ciertas dificultades para enviar la sangre de retorno desde las piernas al corazón. Esto provoca que el equilibrio de líquidos se altere y se acumulen hasta convertirse en un edema, es decir, en tobillos y piernas hinchadas. La situación provocada por el coronavirus hace que cojamos malas posturas al teletrabajar o estemos demasiado tiempo sentados o tumbados. Todo esto, junto al sobrepeso que algunas personas padecen y el aumento de las tempertaturas en los últimos meses conduce a problemas circulatorios en las extremidades inferiores. Existen varios remedios y hábitos diarios que nos ayudarán a devolver a las piernas su ligereza natural, así que toma nota para que nada te pare.
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Elevación de piernas y giros de pie
Realizar este ejercicio durante algunos minutos después de una jornada agotadora ayudará a mejorar la circulación y disminuir la inflamación que provoca dolor. ¿Qué debes hacer? Todas las noches, después de tomar una ducha relajante o un baño con sales (si eres una privilegiada con bañera en casa), acuéstate y eleva las piernas formando un ángulo recto. Lo ideal es permanecer en esta posición unos 15 minutos para disminuir la tensión sanguínea. Si el dolor no disminuye, se aconseja levantar unos cuantos centímetros la parte baja el colchón de la cama para dormir con las piernas elevadas. Otra de las cosas que puedes hacer para descongestionarlas es sentarte cómodamente en el suelo o en una silla, extender cada pierna y hacer giros con un pie. Primero gíralo hacia la derecha y, después, hacia la izquierda dibujando media circunferencia. Repite el mismo ejercicio 10 veces con cada extremidad.
(Auto)masajes y cruce de piernas
Si tienes la oportunidad de que alguien en casa, aprovéchate y que te eche una mano. Si por el contrario estás sola, no te preocupes, también puedes hacerlo. Este quizá sea uno de los remedios más placenteros para relajar las piernas y disminuir la sensación de cansancio. Los masajes son una forma efectiva de activar la circulación y disminuir la inflamación provocada por la retención de líquidos o la tensión muscular. Lo mejor que puedes hacer es conseguir aceite esencial de ciprés u otro con propiedades antiinflamatorias y utilizar una pequeña cantidad para realizar los movimientos con tu dedos. Debes hacer una ligera presión sobre los músculos, pero sin excederte para no provocar lesiones. Es muy importante que cuando lo realices, orientes tus maniobras hacia arriba. Así la sangre circulará y conseguirás deshacerte de esa sensación de carga. Otro ejercicio que puedes hacer es mientras estás sentada cruzar y descruzar las piernas para que empiece a circular la sangre.
Ejercicios con rulo y caminar
Coloca un tubo de espuma o un par de toallas enrolladas detrás de las rodillas y hazlo rodar moviendo las caderas. Así masajearás la llamada fosa poplítea, una hendidura que hay detrás de las rodillas por la que pasan muchos vasos sanguíneos. Te ayudará a activar la circulación en la zona de los gemelos y el muslo. Y si no se te había ocurro todavía, caminar es el ejercicio más sencillo, ya que no requiere preparación ni material adicional. Si lo realizas un mínimo de veinte minutos a paso ligero comenzarás a sentir que respiras diferente, lo cual denostará que tu circulación sanguínea ha mejorado e incluso mentalmente tendrás una sensación de calma. Ya sabemos que en casa es difícil, pero puedes crear un recorrido de habitación en habitación y dejar volar la imaginación.