Existen muchas posturas invertidas pero hay una que es la estrella, la sirsasana. De hecho, también recibe el nombre de ‘reina de las posturas’ porque cuando logras hacerla has dado un paso más allá en esta disciplina. Están las personas que practican yoga y los que practican yoga y hacen la sirsasana. Pero no todo lo que reluce es oro y muchas veces, en pos de conseguir este reto se pierde el aprendizaje del camino hacia la sirsasana.
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Sirsasana es una palabra en sánscrito que significa: asana de la cabeza o equilibrio sobre la cabeza, “sirsa” es cabeza y “asana” postura. Es aquella postura donde las piernas quedan arriba mientras que la cabeza, los hombros y los brazos hacen de base sobre el suelo. Pese a ser la más conocida de las posturas invertidas no es la única y aunque te sorprendas al leer, si practicas yoga, seguro que has hecho alguna de estas posturas invertidas.
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¿Qué es una postura invertida y por qué tiene tantas variantes?
Las posturas invertidas son fáciles de identificar, son todas aquellas asanas en las que colocamos el cuerpo de manera tal que el corazón queda por encima de la cabeza. No solo es una postura invertida elevar las piernas y mantener en el suelo la cabeza, la postura de la pinza y la postura de la montaña, por mencionar solo dos asanas muy conocidas, también se consideran posturas invertidas.
Casi todo yogui que lleve tiempo inmerso en esta disciplina pretende realizar la postura sirsasana porque tiene muchos beneficios pero también porque significa constancia, actitud y perseverancia. Es una postura de equilibrio y, hasta que se controlan, lleva bastante tiempo de práctica. La sirsasana es de las pocas asanas que se recomienda comenzar a practicar con una pareja que ayude a sostener las piernas en determinados momentos.
Decimos que la sirsasana es la postura reina si hablamos de las invertidas y es probable que sea la primera que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en ella, sin embargo, al menos existen otras 8 posturas invertidas, mucho más simples y al alcance de todos, incluso de principiantes. La postura de la pinza de pie, la postura de prasarita, la postura de parsvottanasana, la postura de la montaña, la postura sobre los hombros, la postura sobre los antebrazos, el arado, la postura de sarvangasana son las asanas invertidas que más se utilizan.
La postura de sirsasana, además, tiene variantes como Mukta Hasta Sirsasana y Baddha Hasta Sirsasana que se suelen practicar en las clases de Ashtanga.
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Los beneficios de las posturas invertidas
Las posturas invertidas tienen muchos beneficios como ayudar a eliminar la retención de líquidos en las piernas, mejorar la respiración, el sistema circulatorio y alivia la presión de la zona lumbar y sacra.
Al cambiar por completo la posición natural del cuerpo en la postura sirsasana conseguimos renovar la circulación sanguínea del cuerpo y de todos los sistemas que lo forman. El cerebro recibe una mayor cantidad de sangre y oxígeno, lo mismo ocurre con el corazón y se ven obligados a trabajar a un ritmo diferente del habitual.
Al realizar las postura sirsasana, desintoxicamos los órganos vitales y elevamos la energia del chakra número siete o Sahasrara. Al invertirse el cuerpo, la energia de los chakras inferiores se libera, es la energia que acumula nuestras emociones y también donde reside la energia sexual.
Las posturas invertidas suelen estar contraindicadas para personas que tengan lesiones cervicales o padecen de glaucoma. Si estás embarazada o acabas de dar a luz consulta con un profesional porque existen opiniones encontradas al respecto. Es una postura de equilibrio y compleja que conlleva riesgos durante la gestación y el postparto.
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