La falta de espacio para cultivar en casa es importante pero no esencial. Si tienes una vivienda con jardín mucho mejor, pero si quieres comenzar a sembrar tus propias hortalizas y vegetales en un piso que no cuenta siquiera con balcón, sigue leyendo que descubrirás cómo lograrlo.
En busca del sol
Para que un huerto casero prospere tienes que encontrar ese espacio de la casa que recibe los mejores rayos de sol. Este es el aspecto clave, ni sol directo porque podría quemar los vegetales, ni poca luz solar. Los expertos aconsejan estudiar bien el sitio donde quieres colocar el huerto. Solemos pensar en función de la practicidad o la decoración, sin embargo, el huerto debe estar en un espacio de tu casa donde reciba, al menos, seis horas de sol.
Si en tu vivienda no cuentas con esa cantidad de luz natural, no te desanimes, hay más opciones. El paso siguiente es estudiar qué puedes sembrar y qué no según esta condición. Las berenjenas, los pimientos y los tomates probablemente no prosperen pero sí otros vegetales que no requieren de tanto sol. O siempre puedes recurrir a la ayuda de un huerto doméstico inteligente.
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Las macetas adecuadas
Las macetas deberían tener siempre una perforación debajo. Es incómodo porque suelen ensuciar cuando las riegas y el agua escurre por el suelo o desborda el plato de base, no es lo más práctico pero las plantas lo necesitan. Así que, si quieres tener tu propio huerto, las macetas que escojas para sembrar serán muy importantes. Procura que tenga esa perforación en la base y que se adecúe a las dimensiones de la planta y las raíces.
Un error frecuente cuando comenzamos a crear nuestro propio huerto es buscar macetas de las mismas dimensiones para que, a la vista, quede más bonito. Al igual que cuando hablamos del sitio que debemos elegir para colocar el huerto, las macetas no tienen que tener una función decorativa sino útil para que la planta pueda crecer.
Saber escoger la tierra en la que vas a sembrar
Piensa que la tierra o el sustrato en la que cultives será la base para que tus plantas cogen los nutrientes necesarios para crecer. Poner la misma tierra para todas las especies es un error de principiante que puede acabar con tus hortalizas antes de lo que imaginas. Una vez que sepas en qué sitio de la casa ubicarás el huerto y determines el espacio real que tienes para cultivar, lo recomendable es que elijas a partir de esta realidad qué especie y cuántas podrás sembrar.
Si el espacio es reducido puedes aprovechar para sembrar verduras y hortalizas que puedan crecer con la misma clase de tierra. Si dispones de mucho espacio, entonces, puedes dividir el huerto en zonas y colocar las plantas con el abono que mejor les hace. Recuerda que muchos sustratos y abonos se pueden mezclar.
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Agua y fertilizantes
Como seguramente ya sabes, no todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua ni deben ser regadas con la misma periodicidad. Si tienes un espacio pequeño, es mejor que siembres vegetales de condiciones y necesidades similares como la misma cantidad de luz, de agua e igual tipo de tierra. Pero si cuentas con espacio suficiente basta con que identifiques la zona donde está cada clase de semilla para recordar cuánto y cómo regar.
Los huertos en vertical permiten tener diferentes variedades de plantas en muy poco espacio. Quedan bonitos apoyados en cualquier pared y, además, puedes hacerlo tu misma con un palet y un poco de ingenio.
Con los fertilizantes ocurre algo similar a lo que sucede con la tierra que cada planta necesita. Los llamados fertilizantes balanceados sirven para las plantas con flores como los huertos de vegetales. Se los conoce como abono NPK, tienen nitrógeno, potasio y fósforo.
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