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El hígado es uno de los órganos más olvidados del cuerpo. Descuidarlo puede ocasionar desde una mala digestión hasta un deterioro general del organismo. Una dieta equilibrada y sana es fundamental para mantenerlo en óptimas condiciones y garantizar una de sus funciones principales, la de eliminar toxinas.
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Aunque tengas hábitos saludables, no abuses del de alcohol, el azúcar ni las grasas, el hígado podría sufrir lo que los expertos suelen llamar una ‘sobrecarga’. Es decir, funciona pero una limpieza o depuración lo ayudan a trabajar mejor.
La depuración es una manera natural de mejorar el funcionamiento de éste órgano y mejorar, por lo tanto, todo nuestro organismo. El estrés diario, una mala alimentación, problemas con la digestión y el sedentarismo contribuyen a sobrecargarlo.
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Alimentos que ayudan a depurar el hígado
Los alimentos ricos en vitamina del grupo B, especialmente B1, B6 y B12 ayudan a las enzimas hepáticas a realizar correctamente sus funciones. Puedes incorporarlas a través de las verduras de hojas verdes y también las legumbres, los frutos secos, las carnes magras, el pescado y los lácteos.
El brócoli tiene una mención aparte por su poder antioxidante, protege las células hepáticas de las agresiones de los radicales libres, de los daños causados por el alcohol o el consumo prolongado de fármacos.
La Alcachofa
La alcachofa es rica en cinarina, un ácido hidroxicinámico y un componente químico biológicamente activo de esta planta. Ayuda a estimular la producción de bilis y colabora en la digestión de las grasas.
La cinarina es el componente estrella de esta hortaliza, evita la acumulación de grasa en el hígado, ayuda a eliminar líquidos y previene la formación de piedras en la vesícula.
Si las cocinas con otros ingredientes como el ajo y el limón, potencian sus beneficios, porque son alimentos que ayudan a depurar el hígado.
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El diente de león
La planta de diente de león es de las más efectivas si se trata de depurar el organismo. El sabor amargo e intenso de la infusión que se prepara con ella no la convierte en un alimento popular.
La taraxina, ese componente que le da amargor, es una aliada de las funciones biliares y hepáticas. Cuando el hígado está sobrecargado ella colabora en la eliminación de toxinas y potencia la formación de bilis, la responsable de que el hígado pueda eliminar las toxinas del cuerpo. Además, evita la acumulación de compuestos tóxicos y mejora la digestión.
Si quieres hacer una depuración profunda del hígado nada mejor que esta planta. En el mercado existen varias opciones para consumirla. La más conocida es como infusión, ya sea en bolsitas o haciendo una decocción de la raíz. Es aconsejable beberla cerca de las comidas principales, no más de tres tazas al día. Puedes agregar las hojas más frescas a tus ensaladas favoritas. Ten en cuenta que aportarán un sabor amargo muy intenso. Si prefieres una opción más fácil para consumir sin pensar en su preparación, también puedes encontrarlo en gotas, cápsulas y tinturas en farmacias y herboristerías.
Cítricos
La piel de los cítricos es rica en un terpeno llamado d-limoneno, un estimulante de las funciones depurativas de la vesícula biliar y el hígado. Su consumo ayuda a reducir y eliminar las grasas y activa las enzimas hepáticas. Tiene la propiedad de disolver aquellas grasas que afectan el flujo biliar, que como hemos mencionado colabora en el proceso depurativo del organismo.
Consumir cítricos es una opción, entre uno y dos al día, pero ten presente que la mayor parte de d-limoneno se concentra en la piel de estas frutas. Agregar la ralladura de limón o naranja en tus comidas y bebidas aporta una cantidad significativa de este terpeno.
El d-limoneno puedes encontrarlo en cápsulas en herboristerías y algunas farmacias.
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