Cada vez somos más conscientes de la gravedad del problema medioambiental al que nos enfrentamos. La inmensa mayoría de personas están tratando de cambiar ciertos hábitos para ser más sostenibles y cuidar al planeta. Reciclar correctamente, optar por el transporte público o la bicicleta y dejar aparcado el coche, reducir el consumo de plástico o adquirir productos de temporada son algunos de los gestos al alcance de nuestra mano que estamos asumiendo y que contribuyen a disminuir la huella de carbono. Sin embargo, aún son muchas las acciones que forman parte de nuestro día a día que agravan notablemente la crisis climática. Una de ellas es el uso de Internet. Ver una película en Netflix, compartir un Storie en Instagram, hacer una búsqueda en Google, enviar un correo electrónico… Todas estas actividades que realizamos a menudo tienen un impacto sobre el medio ambiente.
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Navegar por la Red contamina
El impacto de la tecnología digital sobre el medio ambiente es muy poco conocido. Aunque no precisan soporte físico, se calcula que las enormes infraestructuras necesarias para mantener en marcha todas las tecnologías de la información generan más del 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según un estudio del grupo de expertos The Shift Project. Unas cifras que superan las emitidas por el transporte aéreo civil y que podrían aumentar entre tres y diez veces respecto a los niveles actuales para 2030. Sin embargo, la solución no está en desconectarse de la Red, sino en que las grandes compañías alimenten sus servidores con energías renovables para seguir creciendo de forma sostenible.
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#ClickClean
- Limitar el almacenamiento online: almacenar documentos en línea consume el doble de energía que cuando los guardamos directamente en el ordenador. Si no se tiene espacio suficiente en el equipo, algo que suele ser habitual, es preferible optar por un disco duro externo
- Pensar antes de compartir: estamos acostumbrados a compartir nuestro día a día a través de las plataformas sociales o aplicaciones como WhatsApp. Una buena opción es pensar detenidamente qué vamos a compartir con el mundo, antes de seguir potenciando la contaminación digital
- Eliminar 'basura digital': elimina todo aquello que no necesites y haz limpieza de forma periódica en tus dispositivos. Mensajes diarios de suscripciones, correos, conversaciones antiguas o innecesarias, imágenes… Puedes utilizar aplicaciones en tu smartphone que borren archivos que se han almacenado en tu dispositivo o en la nube de manera innecesaria como Clean Master
- Extender la vida útil de nuestros aparatos: la fabricación de los dispositivos, los servidores y las infraestructuras de Red son una de las principales causas de la contaminación digital. Sin embargo, solemos cambiar nuestros aparatos electrónicos con relativa frecuencia cuando salen al mercado nuevos modelos, en vez de intentar reparar nuestro antiguo equipo. "La fase de producción de los dispositivos es muy ‘golosa’ en energía. Por ejemplo, para un teléfono inteligente, el 90% de las emisiones de gas de efecto invernadero se produce durante la fase de producción", explica Maxime Efoui-Hess, director de proyecto sobre cuestiones digitales en The Shift Project y coautor del estudio
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