El linfoma es un tipo de cáncer del sistema defensivo (sistema inmune) que se desarrolla cuando se produce un fallo en la forma de actuar de los linfocitos, células de la sangre y de los ganglios linfáticos que ayudan a luchar contra las infecciones. En el linfoma, estos linfocitos crecen de forma descontrolada y se acumulan en diversas partes del cuerpo: ganglios linfáticos, médula ósea, sangre, o diversos órganos.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
- Relacionado: Dani Rovira anuncia que tiene cáncer
Tal como explican expertos de la Clínica Universidad de Navarra, en general, los linfomas se presentan como ganglios linfáticos aumentados de tamaño, que cuando aparecen en zonas accesibles como cuello, axilas o ingle se pueden palpar evidenciando su tamaño. Sin embargo, en ocasiones, los ganglios afectados están en el abdomen, mediastino, etc..., y pueden pasar desapercibidos. Existen más de 60 tipos diferentes de linfomas. El linfoma de Hodgkin (LH), el cáncer que ha anunciado que sufre Dani Rovira, es un tipo con unas características particulares y que fue descrito por el médico inglés Thomas Hodgkin, de ahí su nombre.
Qué es el linfoma de Hodgkin
Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es el cáncer más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes (15-30 años). Supone el 10% de todos los linfomas, y tiene una incidencia estimada en 2,2 casos por 100.000 habitantes y año, frente a una mortalidad de 0,7 casos por 100.000 habitantes y año, según datos de la Unión Europea. Con los tratamientos actualmente disponibles, el 80% de los pacientes alcanza la curación. De hecho, la mayoría lo superan, según la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
- Relacionado: Tengo un bulto en el cuello ¿puede ser algo grave?
Síntomas del linfoma de Hodgkin
La SEHH indica cuáles son las señales más comunes de este tipo de cáncer:
- Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, axilas o la ingle
- Cansancio que no responde a ninguna causa y que es permanente
- Fiebre
- Sudores nocturnos
- Pérdida de peso sin causa justificada
- Agrandamiento de algunos órganos, como el bazo.
Se desconoce la causa exacta que produce el linfoma de Hodgkin y, por tanto, no se puede prevenir, pero sí se sospechan algunos factores de riesgo. Por ejemplo, la inmunosupresión podría aumentar la probabilidad de sufrirlo. Asimismo, según explican expertos de la Clínica Mayo, haber sufrido una infección por virus de Epstein-Barr, como la mononucleosis infecciosa, también podría incrementar el riesgo.
Cómo se realiza el diagnóstico
A través de los síntomas que remite el paciente, así como la observación de uno o varios bultos en el cuello, las axilas o la ingle, el médico puede sospechar la existencia de este tipo de cáncer. Un análisis de sangre puede confirmar que existe alguna alteración en el hemograma. Sin embargo, la realización de una biopsia ganglionar puede confirmar el diagnóstico, así como indicar el tipo de linfoma.
Una vez establecido el diagnóstico, se realizará un estudio para conocer el grado de extensión de este tipo de cáncer. Para ello, se realizará un análisis de sangre concreto, pruebas de imagen como un TAC tóracoabdominal y pélvico, en muchas ocasiones un PET/TC y en buena parte de los casos una biopsia de la médula ósea. Esta última prueba está encaminada a determinar si la médula ósea está afectada.
- Relacionado: Inmunoterapia contra el cáncer: un tratamiento revolucionario en marcha
Cuál es el tratamiento del linfoma de Hodgkin
Este se determinará según el tipo de linfoma y su etapa. Suele consistir en la administración de quimioterapia, radioterapia, y, en ocasiones, puede ser necesario el trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH)
Existen otro tipo de abordajes, como terapias más dirigidas como anticuerpos monoclonales, que están contribuyendo a que este tipo de cáncer tenga una alta tasa de supervivencia y curación y con menos efectos secundarios. “Los tratamientos actuales se centran en desarrollar nuevas fórmulas que mantengan las tasas de curación que consiguen los tratamientos más tradicionales pero que, al mismo tiempo, disminuyan la toxicidad, lo que conocemos como tratamientos adaptados al riesgo”, indica el doctor Carlos Panizo Santos, hematólogo de la Clínica Universidad de Navarra.
Si quieres conocer más acerca de este tipo de cáncer, no te pierdas la entrevista realizada a Francesc Bosch, Jefe del Servicio de Hematologia de Instituto Oncológico Baselga y del Hospital Vall d'Hebron