Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España viven solas más de 4,7 millones de personas, de ellas 2,5 millones son mujeres. Vivir solas se ha convertido, en la mayoría de los casos, en una situación elegida que nos acerca al autoconocimiento y la felicidad. Pero, ¿cómo nos afecta en estos días de confinamiento?
Habrás tenido alguna conversación, durante estos días de confinamiento, sobre la conveniencia de atravesar la situación en pareja o cada uno en su casa. Y es que, más de una relación se habrá visto ‘sacudida’ por el hecho de tener que tomar una decisión tan importante en cuestión de minutos.
Atrevernos a renunciar a la comodidad de nuestra casa, nuestra rutina y costumbres a cambio de dejar de ver a la persona amada por, al menos, 15 días no ha sido tarea fácil para los que se han enfrentado a ella. Del otro lado del debate están las personas que no cuentan con esta opción o bien porque viven juntas o porque no tienen una relación estable. ¿Qué hacer entonces?
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Los beneficios de estar soltero
Cuando comprendemos que estar soltero es una oportunidad única de pasar tiempo con nosotros mismos, de crecer personalmente y de descubrir nuestro potencial, dejar esta condición es compleja. Ponemos en valor aspectos que no son tangibles, como la armonía, el crecimiento individual, el espacio personal y la capacidad o no de empatizar a diario y negociar.
Los nuevos solteros asumen la vida con plenitud, porque no tener pareja o no cohabitar con ella ha quedado muy lejos del estigma social. Las personas que eligen la soltería tienden a valorar su independencia y su espacio como un bien sagrado. Las relaciones personales y sentimentales no son una obligación para acumular tiempo vacío sino que son vínculos especiales, con un valor relevante y nada de conformismo.
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¿Falta de compromiso o de amor?
Probablemente, ninguna de las dos opciones. La psicología sostiene que, cuando estamos en un conocimiento pleno de nosotros mismos somos capaces de estar con la persona adecuada. De lo contrario vamos buscando en la pareja nuestras propias carencias, lo que nos falta o nos hace sentir incompletos.
Ni el compromiso ni el amor que profesamos hacia otra persona puede medirse con una vara genérica. Hay mujeres que eligen la vida en pareja, otras la soltería por un momento determinado, otras porque se sienten mucho más a gusto de esta manera y muchas porque no creen en las relaciones forzadas para evitar la soledad. Son las que han descubierto la cantidad de posibilidad que ofrece este estado y que no quieren perder ni un segundo de la felicidad que les brinda.
Como muestra, un botón. Los datos ofrecidos por el INE aseguran que, a partir de los 65 años, es mayor el número de mujeres que viven solas. Es una generación que pertenece a las mujeres que buscaron y obtuvieron independencia económica y emocional, por lo tanto, no es extraño que busquen mantener esa situación y sean rigurosas al momento de decidir si conviven o no.
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