Sí, la falta de motivación para calentar antes de ponernos con la rutina de ejercicios físicos nos ocurre a casi todos. Y es que, si apenas logramos sacar 45 minutos de nuestra agenda para hacer algo de ejercicio, ‘perder’ 15 minutos para hacer ejercicios de calentamiento nos cuesta más. Pero hay que tener claro lo siguiente: cuando calentamos estamos preparando nuestros músculos para trabajar mejor. No perdemos tiempo sino que lo invertimos.
Para llevar a cabo un buen calentamiento puedes poner en práctica el AGD, también conocida como la activación general dinámica o calentamiento funcional. Bien hecho, es decir, con una rutina preestablecida y siguiendo los ejercicios de manera correcta no debería llevarte más de 8 minutos.
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Primeros pasos para poner en práctica la AGD
Activar nuestro cuerpo mejora la lubricación de las articulaciones y la flexibilidad de los músculos. Además, aumenta la temperatura corporal y agiliza patrones de movimientos. La temperatura corporal es un indicador infalible de que estás haciendo la activación bien.
La rutina AGD propone involucrar la mayor cantidad de músculos y zonas musculares desde que comienzas. Por lo general, pasamos una gran cantidad de tiempo con actividades pasivas, sentados en la oficina o de pie, llegamos al gimnasio o al parque y pretendemos activar nuestro cuerpo en minutos, pero sin reparar en ello. Alguna flexión, un poco de movimientos circular de cintura y piernas y poco más. La AGD propone ejercicios focalizados en áreas del cuerpo, incluyendo las que solemos pasar por alto como la cadera, la columna y los hombres.
Cómo saber si lo estás haciendo bien
El calentamiento AGD se utiliza con frecuencia en los programas de fuerza y acondicionamiento porque son ejercicios que reducen, considerablemente, el riesgo de lesiones y porque mejora el rendimiento y los resultados de la actividad física.
Algunos entrenadores incorporan esta técnica para corregir o equilibrar las diferencias musculares de nuestro cuerpo. Un masaje en la zona a trabajar sería la mejor forma de comenzar con la rutina diaria de AGD. El automasaje con un rodillo de masaje o una pelota de tenis es fundamental para relajar el músculo, optimizar sus movimientos y deshacer nudos y adherencias. Es probable que sientas molestias con este ejercicio. Si es así, no te preocupes, suele ser el indicador de que lo estás haciendo bien.
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Calentar o estirar
Aunque dediquemos poco tiempo a ambas rutinas, calentar los músculos y estirarlos no es lo mismo. Es una obviedad, pero te sorprendería saber la poca importancia que le dedicamos a estas rutinas que deberían ser imprescindibles en todo entrenamiento.
El calentamiento en la manera en la que comenzamos a poner en movimiento a nuestro cuerpo. Puedes elegir diferentes opciones, más pausadas y suaves o más enérgicas como la activación general dinámica. Si no eres una experta, es probable que, al principio, creas que el entrenador ha comenzado a trabajar directamente por la rutina de ejercicios. Tradicionalmente el calentamiento se hacía para evitar lesiones pero ahora sabemos que la manera, la frecuencia y el método que elijamos para hacerlo puede mejorar los resultados notablemente.
Calentar o estirar no debería ser una u otra cosa, ambas actividades son importantes. Cuando hacemos estiramientos liberamos el ácido láctico producido por el esfuerzo y esto evita las agujetas y ayuda a prevenir lesiones cuando los músculos están en reposo.
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