"No hay planeta B". Este mensaje se ha convertido en uno de los principales gritos para los medioambientalistas, que tratan de alertar del importante problema que vivimos a nivel global. La contaminación y el cambio climático son algunos de los motivos que más preocupan a los ciudadanos de la sociedad a nivel mundial, según un estudio. Sin embargo, a pesar de la gran alarma social existente, de la cada vez mayor concienciación y de los múltiples cambios de hábitos que buena parte de la sociedad ha empezado a aplicar en aras de la conservación y preservación de nuestro entorno, los delitos medioambientales, al menos en lo que a España se refiere, ocupan el tercer puesto en el ranking delictivo.
Tratamiento de residuos
Aunque aún quede un gran camino por recorrer para reducir los niveles de contaminación y que nos convirtamos en una sociedad sostenible y plenamente comprometida, los avances positivos son muchos. No obstante, en la otra cara de la moneda encontramos alarmantes datos. Las autoridades han sido precisamente en este caso las encargadas de anunciar, en el marco de la Semana Internacional sobre Investigación de la Criminalidad Ambiental, el preocupante dato. "Los delitos medioambientales ocupan la tercera posición en el ranking delictivo, estando considerados como una de las actividades criminales más lucrativas. Son una modalidad delictiva cada vez mayor, y con un potencial impacto devastador para la totalidad de la población", aseguran desde la Guardia Civil.
En concreto, los preceptos más infringidos fueron la producción de residuos sin autorización, el abandono y/o vertido incontrolado y el transporte de los mismos sin contar con autorización de la Administración competente en la materia. Como objetivo para 2020, las autoridades han acordado centrar todos los esfuerzos en el tráfico de residuos, llevando a cabo "actuaciones encaminadas a detectar y combatir el fraude asociado a la gestión de pilas y acumuladores al final de su vida útil". Controlar las irregularidades en materia de fauna y el cuidado del entorno marino, también entran dentro de sus objetivos para este año.
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Un país privilegiado
España ocupa un lugar privilegiado en cuanto a recursos naturales y zonas de especial protección medioambiental se refiere, siendo el país de la Unión Europea con mayor biodiversidad, compartiendo el primer puesto con Estados Unidos como primer país del mundo en reservas de la biosfera reconocidas por la UNESCO. En este contexto, y para proteger la riqueza de nuestro país, el Gobierno ha manifestado su compromiso y su intención de abordar la temática, constituyendo como una de sus prioridades la defensa del medio ambiente y lucha contra el cambio climático.
Como soporte a estas actuaciones, desde el punto de vista policial, el principal actor en la lucha contra este tipo de delitos es el Seprona de la Guardia Civil, que durante la celebración de esta conferencia internacional ha liderado grupos de trabajo implicando a más de 48 países en todo el mundo. "Debemos tener conciencia plena sobre la necesidad de proteger el planeta por encima de cualquier tipo de interés, porque lo que está en juego es nuestra supervivencia y la de las generaciones futuras", explica María Gámez, directora general de la Guardia Civil, quien además, ha querido resaltar la importancia del Servicio de Protección de la Naturaleza.
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"La Guardia Civil cuida de la naturaleza desde el mismo momento de su fundación, hace más de 175 años. Esa dedicación se fue desarrollando progresivamente con más celo, formación y profesionalidad y, en 1988, se creó el Servicio de Protección de la Naturaleza. Todo un hito, porque se convirtió en la primera policía medioambiental de Europa y en una de las más potentes del mundo", señala Gámez, que asegura que el Seprona realiza más de 100 mil actuaciones al año y cuenta con cerca de "2.000 efectivos 'guardianes' encargados de la defensa del medio ambiente y sus recursos, tal y como le encomienda en exclusiva a la Guardia Civil la ley orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".