Dar el pecho es uno de los momentos más agotadores en la vida de una mujer. Y es que se pueden producir sensaciones encontradas. Por un lado, sabes que es el mejor alimento que puede recibir tu hijo, pero la falta de sueño, el cansancio físico y los cambios hormonales te recuerdan lo difícil que es hacerlo.
Tu alimentación no solo aporta nutrientes al bebé, sino que es la base de tu salud durante los meses de lactancia. Es una manera de cuidar de tu hijo y también de ti. Por ello, te recomendamos algunos alimentos que no deben faltar en esta época de tu vida y que te ayudarán a mantenerte mejor en tu día a día.
Agua u otros liquidos
Dar el pecho produce sed, por lo que esta recomendación casi que podrías pasarla por alto. No necesitas que nadie te lo recuerde. Sin embargo, es fundamental beber en abundancia y no solo porque tu cuerpo lo demanda, sino porque más del 80% de la composición de la leche materna es a base de agua.
El agua es lo más práctico, económico y saludable, pero también puedes ingerir zumos de frutas de temporada, batidos e infusiones. Es posible que alguna de estas bebidas le gusten y le sienten mejor al niño que otras, eso lo irás notando a medida que las consumas. En este etapa se desaconseja beber alcohol y productos que contengan azúcar añadido como los refrescos y los jugos envasados.
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Fibras
Los cambios que se producen durante la etapa siguiente al parto, especialmente si has elegido dar el pecho, pueden ocasionar estreñimiento e inflamación. El consumo de fibras ayuda a regularizar el metabolismo y es una fuente importante de energia.
Probablemente no dispongas de mucho tiempo como para ponerte cocinillas, pero puedes aprovechar productos de fácil cocción, como la avena, que además de sabor y fibras aporta energía.
Chocolate
No es para nada un alimento imprescindible, pero seguro te motiva. Comer chocolate durante la lactancia es un estimulante para ti y un pequeño regalo de sabor para tu hijo. Una onza de este producto ayuda a reducir la presión sanguínea y reduce el estrés y el cansancio físico.
La lactancia no es un buen momento para comenzar una dieta y tampoco se trata de comer todo lo que en un futuro evitarás. El truco está en no pasarte. Un onza es suficiente.
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Calcio
El nivel de calcio es importante durante todo la vida, pero en esta etapa es fundamental para que tu organismo no consuma tus reservas, que repercutiría en la salud de tus huesos. Aumentar la cantidad de calcio que consumes durante la lactancia evita el riesgo de padecer osteoporosis.
Además de encontrar calcio en la leche y los productos derivados de esta, existen otras fuentes tan naturales como apetitosas. Las legumbres, las verduras de hojas verdes, el marisco y las semillas de sésamo. Estas últimas puedes triturarlas y añadirlas en caldos, ensaladas o tostadas con aceite.
Lentejas
Todos los alimentos que te ayuden a evitar la anemia son recomendables para este momento de tu vida. Las lentejas son sabrosas, saciantes y, además, permiten crear variedad de platos. Puedes utilizarlas en frío, en ensaladas, como hamburguesa o hasta en humus.
Las lentejas son un alimento rico en hierro, al igual que la carne y los frutos secos. Para favorecer su absorción puedes consumirlas con productos ricos en vitamina C, como el kiwi y la naranja.
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