Comer mejor, apostando por una dieta sana, se ha convertido en un objetivo básico para muchas personas. Cada vez damos más importancia a lo que comemos. Y no tiene por qué significar un desembolso excesivo de nuestro presupuesto si seguimos unas determinadas pautas. La nutricionista Elisa Blázquez parte de la base de que "comer sano sin gastar un dinero excesivo es cuestión de organización". Y nos da una serie de recomendaciones básicas que debemos seguir si queremos comer bien sin que nuestra economía se resienta demasiado. "Cuando comemos buena materia prima, que es la base de la buena nutrición, algunos alimentos pueden ser más caros, pero para que no suba mucho el precio de la compra, la clave está en priorizar algunos productos como base de la ingesta diaria", explica la experta, que cita los siguientes:
- Las legumbres, los granos integrales como el arroz integral, o las verduras, son alimentos con un precio muy razonable y que nos aportan muchos nutrientes. En la comida del medio día, podemos tomar tres días en semana un buen plato de legumbres como plato principal.
- La carne y el pescado de calidad tienen precios más altos, pero no tenemos por qué consumirlos todos los días. Y siempre recomienda acompañarlos de una buena ración de verduras.
- Dentro de los pescados, las sardinas son un alimento estrella a buen precio. Aportan mucho Omega 3 y son sanísimas.
- El huevo es una cena estupenda rica en proteínas. Podemos tomar huevo unas 2-3 cenas a la semana, con una buena ración de verduras.
- El pan hay que comprarlo siempre de masa madre e integral, puede resultar más alto de precio pero merece la pena. No obstante, recomienda combinarlo con buenos cuencos de avena en copos con fruta y frutos secos (eligiendo los más económicos). Sacia mucho y es una alternativa perfecta para empezar el día.
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Primar los alimentos vegetales y los productos frescos
Hay que tener en cuenta, según nos explica la experta, que la base de alimentos vegetales siempre es más accesible económicamente que la de proteínas animales. Así que, como anticipaba, la clave está en tomar mucha verdura, más legumbres, pescados azules pequeños, huevos frescos... en la rutina diaria. "Entre horas podemos consumir fruta fresca, en el caso de que hagamos algún snack. La clave está en evitar los procesados y consumir, en la medida de lo posible, producto fresco", nos dice Elisa Blázquez. Y es que los productos procesados, preparados y precocinados suelen ser bastante más caros que si haces la compra y los cocinas tú misma. Además, conviene congelar todo lo que puedas, para no tirar comida ni dejar que se estropee y aprovechar los restos y sobras, bien para hacer caldos u otros platos.
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Productos de proximidad
Y acaba con una recomendación que tenemos que tener muy en cuenta: es mejor consumir productos de temporada y de proximidad, de esta manera protegemos el medio ambiente y también consumimos alimentos que resultan mucho más accesibles. Y es que siempre será más barato comprar un kilo de fruta que haya sido cultivada en nuestra Comunidad Autónoma o incluso en cualquier punto de España que un kilo de un alimento que, habiendo sido cultivado, por ejemplo, en Sudamérica, haya tenido que recorrer miles de kilómetros antes de llegar a nuestro punto de venta. Y si este es el mercado de tu barrio, mejor que mejor, pues son muchas las ocasiones en las que encuentras productos frescos, de calidad y a buen precio.
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