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La idea de que el plátano engorda es tan antigua como infundada. Una manzana tiene cerca de 50 calorías, una naranja 47 y un plátano entre 80 y 100 calorías. Es fácil comprender los motivos que, durante años y años, llevaron a la creencia popular de que si querías perder peso no debías comer plátano. Que tenga una mayor cantidad de calorías no significa que sea perjudicial para una dieta.
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El plátano es un alimento nutritivo, rico en vitaminas y que posee una cualidad saciante superior al de otra frutas. Por si fuera poco, los plátanos estimulan la secreción de serotonina, un neurotransmisor que ayuda a reducir los niveles de ansiedad. Frutas como la pera o la nectarina no tienen esta propiedad saciante del plátano, pese a ser más dulces.
En dietas para bajar de peso es una fruta que por su alto contenido en vitamina B y carbohidratos ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre, especialmente si se lo ingiere entre comidas.
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El plátano como reemplazo de otros productos
Estamos acostumbrados a comer el plátano en su estado más natural. Es una fruta que nos permite llevarla en el bolso para comer entre horas y a los niños les suele gustar más que otras frutas de estación. También es un producto que puede utilizarse como ingrediente en platos dulces y salados o para reemplazar otro de mayor aporte calórico. El plátano podría utilizarse como reemplazo de mantequilla o queso untable en las tostadas del desayuno. Contiene más nutrientes y cero azúcares añadidos.
Una de las situaciones que más dificultan una dieta es poder comer cada tres o cuatro horas, para no llegar con hambre a las comidas principales. Sin embargo, el ritmo actual no siempre lo permite. El plátano es una de esas frutas que puedes comer a cualquier hora y que gracias al contenido de triptófano que posee reduce la sensación de apetito y aporta fibras.
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Otros beneficios de esta fruta
Comer un plátano al día, dentro de una dieta equilibrada, no engorda y, además, presenta otros beneficios para el organismo como la estimulación de la formación de glóbulos rojos y blancos. Su aporte de fibras ayuda a regular el colesterol y lo convierte en la fruta preferida de los deportistas de élite. Los plátanos tienen un alto contenido de potasio, que reduce las posibilidades de sufrir calambres después de una práctica intensa de ejercicio.
Como ocurre con el azúcar natural de otras frutas, la del plátano es absorbida lentamente por el organismo, esto evita que los niveles de glucosa se disparen y sea una fruta apta para las personas con diabetes.